4 motivos para pasarte al gravel

4 motivos para pasarte al gravel

Es el segmento de moda y el que más rápido está evolucionando. El gravel avanza a pasos agigantados y cada vez atrae a más adeptos. Si aún no te has dejado seducir por sus virtudes, aquí tienes 4 razones que te convencerán de que el gravel es el tipo de ciclismo que debes probar.

Aunque el nacimiento del gravel como disciplina ciclista se remonta hasta casi los albores del Mountain Bike, su eclosión como una modalidad de peso en la industria es muy reciente. El gravel ha pasado de ser un segmento casi residual reservado para un puñado de ciclistas algo extravagantes, a un tipo de ciclismo ‘total’ que cada año seduce a miles de nuevos usuarios.

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En poco tiempo los caminos, pistas forestales, carreteras e incluso senderos se han poblado de ciclistas con bicicletas de cubiertas taqueadas, manillares curvados y bolsas y bidones repartidos por todo el cuadro.

Sin embargo, aún hay muchos ciclistas, ya sean de carretera, MTB o urbanos, que ven al gravel como una modalidad con poca entidad o sienten curiosidad pero aún no se han atrevido a probar. Si estás entre ellos y no tienes claro si dar el salto para ‘pasarte’ al gravel, aquí te mostramos cuatro motivos que te convencerán.

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  1. Escapar de la rutina

Precisamente por su condición de modalidad híbrida (tiene elementos procedentes de la carretera y otros del MTB), practicar gravel es de todo menos rutinario. Si estás cansado de rodar siempre por las mismas carreteras o de hacer un ciclismo de montaña repetitivo, el gravel te permitirá descubrir nuevos horizontes sin caer en la monotonía.

Y es que el gravel actual está concebido como una modalidad multi superficie, con recorridos y bicicletas capaces de rendir sobre el asfalto, en cómodas pistas forestales, en terreno roto o incluso en singletracks divertidos. Gracias a ello, podrás salir de tus rutas habituales rodando por alguna de estas superficies o bien combinarlas todas en una completa ciclo aventura.

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  1. Seguridad

Este es el argumento estrella de muchos ‘recién llegados’ al gravel, especialmente para aquellos que quieren practicar ciclismo desde una perspectiva de alto rendimiento, pero no quieren compartir espacio con los vehículos a motor tal y como sucede en ciclismo de ruta.

Es, por tanto, una cualidad que buscan muchos ciclistas que llegan al gravel desde el Mountain Bike, sobre todo aquellos que practican disciplinas de largo recorrido o montan con e-bikes. Buscan una modalidad mucho más rodadora que permita mejorar su condición física sin asumir riesgos o sin despegarse tanto de los caminos de tierra.

También muchos ciclistas de ruta que se ‘pasan’ al gravel buscan la seguridad que da el tipo de recorridos de esta modalidad, menos técnicos que en ciclismo de montaña, y les permite practicar un ciclismo más silvestre con mayor contacto con la naturaleza, pero sin poner en riesgo su integridad física.

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  1. Es deportivo y recreativo

El gravel es la modalidad cicloturista por excelencia, en el sentido más estricto del término. Durante años se ha asociado a un tipo de ciclismo recreativo, explorador, en el que lo importante es el trayecto y el final, pero no el tiempo empleado en ello. La posibilidad de anclar multitud de porta bultos y de surcar diferentes tipos de superficies han hecho del gravel el medio perfecto para viajar en bicicleta por etapas, descubrir parajes nuevos o visitar ciudades. Si quieres realizar este tipo de ciclo aventuras, el gravel es lo que estás esperando.

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Pero recientemente se ha explotado su vertiente competitiva, hasta el punto de ser acogido bajo el paraguas de la UCI y, de hecho, este año se celebrará el primer Campeonato del Mundo de gravel. En los últimos tiempos han florecido las carreras de gravel a nivel nacional, algunas con un perfil más competitivo que otras, pero es evidente que se ha ido expandiendo desde una modalidad totalmente recreativa a un espectro que también incluye una fuerte variante deportiva.

Hasta tal punto que algunas marcas como Specialized o Canyon, cuentan en sus catálogos con dos modelos de bicicletas de gravel, una para cada vertiente que mencionamos. Si quieres disfrutar de esta modalidad sin dejar de lado tu ADN competitivo, el gravel será capaz de satisfacer tus demandas.

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  1. Es el perfecto complemento

Y, por último, una cualidad que, en cierto modo, recoge todo lo visto anteriormente. El gravel tiene entidad suficiente como para consolidarse como una modalidad de peso, pero no podemos negar que muchos ciclistas de gravel recurren a esta bicicleta como vía de escape o alternativa a su disciplina ‘principal’.

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Esto se debe a que el gravel recoge lo mejor de dos segmentos a menudo opuestos: el MTB y la carretera. Permite hacer rutas de alto rendimiento, con velocidades puntas elevadas, y sumar fuertes desniveles. También ayuda a entrenar la destreza técnica. Si aún no has probado una bicicleta de gravel, descubrirás cómo un paso sencillo para una MTB en un camino con roderas y alguna piedra se convierte en un tramo exigente para la bicicleta de gravel.

Requiere menos mantenimiento que una bicicleta de montaña y, sin embargo, resisten el maltrato como una MTB, lo que permite, como hemos visto, explorar nuevos lugares y territorios. Tanto si eres un ciclista de carretera que exprime cada vatio, como un mountain biker que disfruta de la adrenalina de un descenso, encontrarás motivos para enamorarte del gravel como alternativa a tu modalidad predilecta.

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