Publicamos la altimetría del colle dell'Agnello, Cima Coppi del Giro de Italia 2016 que se pondrá en marcha el próximo 6 de mayo. Con la colaboración de Ziklo.es
El Giro 2016 se presenta con las mejores espectativas para la afición hispana, pues tanto Valverde como Landa figuran entre los favoritos a subirse al podio. Para conseguirlo deberán enfrentarse a las montañas italianas que un año tras otro consiguen mantenernos ante el televisor disfrutando de paisajes maravillosos y gestas que acaban por convertirse en legendarias. En esta edición la “corsa rosa” ubica su Cima Coppi en los 2.744 m del impresionante colle dell’Agnello, una de las más bellas ascensiones europeas.
Desde la localidad piamontesa de Sampeyre, el centro del valle de Varaita, nuestra ruta va ascendiendo ligeramente hasta llegar a la altura del pueblo de Torrette que queda a nuestra izquierda. A partir de ese punto se inicia auténticamente la escalada por cuanto habremos de enfrentarnos, con comodidad, si el calentamiento ha sido suficiente, a las cuatro primeras curvas de herradura, entre sombras, para acceder a la bella y turística población de Casteldelfino. Dejamos a la izquierda la entrada al valle de Bellino para seguir hacia Pontechianale en un nuevo tramo de casi 4 km que nos presenta rampas cercanas al 10% al paso por Rabioux: bien nos vendrán de aperitivo para el suculento menú que nos espera.
Los 2 km en que nuestra ruta discurre paralela al embalse de Castello, totalmente llanos, nos van a permitir una agradable distracción hasta que nuevamente alguna rampa del 10%, e incluso superior, nos devuelva a la realidad más angustiante que empezaremos a divisar allí a lo lejos, al fondo del valle, al poco de atravesar la última población, Chianale, donde en un tiempo se ubicaba la aduana italo-francesa y que fue final de etapa en el Giro de 2003. Las cosas cambian irremisiblemente a partir de la barrera que cierra el acceso al puerto en épocas de restricciones de paso por nevadas.
Diez kilómetros al 10%
Nos esperan amenazadores casi 10 km con una pendiente media cercana al 10% y rampas que llegan a situarse por encima incluso del 15% mientras, de manera casi inconsciente, vamos trazando una tras otra esa larga sucesión de herraduras que servirán de referencia de cada golpe de pedal hacia la cumbre. No hay descansos, no hay tregua; nos hemos introducido directamente en el infierno con el único objetivo de alcanzar la gloria en ese cielo que nos atrae desde lo alto de la pared monstruosa que nos cierra el paso.
Las sombras van tornándose inexorablemente en praderas de alta montaña mientras superamos la cifra mítica de esos 2.000 m que parecen negarnos el oxígeno que nuestros pulmones necesitan de manera cada vez más perentoria. El agua que cae de las montañas en bellas cascadas y torrenteras nos recuerda que nuestro cuerpo reclama hidratación constante, porque nos va a resultar imposible detener nuestro pedaleo en una fuente a mitad de la escalada. El panorama se hace cada vez más espectacular a medida que entre herradura y herradura nuestra perspectiva va ganando en amplitud. Un pequeño lago artificial nos indica que el final está cada vez más cercano y nos brinda un ligero respiro en nuestro penoso esfuerzo. La pendiente ahora se mantiene en el 9%, lo que representa sin duda un alivio que nos dejará finalmente, tras trazar una última herradura hacia la izquierda, recorrer los postreros 200 m. Nos habremos merecido un buen descanso en lo más alto para disfrutar del paisaje de ambas vertientes, a cual más hermosa, desde la cima de uno de los más grandes puertos de Europa.
Con la colaboración de Ziklo y Altimetrías de Puertos de Montaña