El francés Robert Marchand se convierte en el deportista más longevo en recorrer 22,547 kilómetros en una hora.
Este francés de 105 años de edad le ha devuelto al ciclismo, en una sola hora, todo aquello que quizá un día perdió. Y es que si antes era inconcebible y épico que alguien se aventurara a realizar un Tour de Francia, aún sigue siendo inconcebible que un ser humano como cualquiera de nosotros supere la centena de años y realice una hora de esfuerzo sobre una bicicleta. Más aún si pensamos que en ese tiempo se ha desplazado hasta 22,547 kilómetros.
Él se define simplemente como un «tipo normal», pero cuando la esperanza de vida de la población mundial se queda en unos 71 años, no se le puede dar la razón. Para que nos hagamos una idea de lo que supone vivir 105 años, añadiremos algunos datos curiosos. Para empezar, Robert Marchand formo parte de la Resistencia (Fuerzas Francesas del Interior durante la Segunda Guerra Mundial), estuvo en la cárcel por negarse a dar clases a los hijos de los colaboradores de los nazis en la Europa ocupada, después fue campeón de Francia en gimnasia, a la vez que intentó llegar al profesionalismo como ciclista (se lo negaron por ser demasiado bajito). También fue bombero en París, y hasta criador de pollos en Venezuela o leñador en Canadá.
Una vida de película, y para nada normal, que ha tenido su penúltimo broche de oro con el récord del mundo de la hora para personas de su edad. Una hazaña que ha tenido lugar en el velódromo de Saint-Quentin-en-Yvelines (cerca de París), el mismo donde hace dos años batió el récord de la hora para mayores de 100 años con 26,927 kilómetros recorridos (vídeo abajo).
Según Marchand, su secreto está en no superar nunca las 110 pulsaciones por minuto y en unas gotas de miel antes del reto. En esta ocasión se quedó a más de 4 kilómetros de su último récord, pero quién iba a pensar que lo volvería a intentar después de batirlo con 103 años de edad.
Hoy al bajarse de la bici ha dicho: «Ha ido bien. No lo he pasado mal por las piernas sino por los brazos, porque tengo reumatismo«. Este es Robert Marchand, un tipo normal, pero todo un referente a escala mundial.