La Itzulia 2019 no está siendo monocolor por muy poco. Sólo la etapa ganada por Alaphilippe ha roto la monotonía de un equipo como el Bora-Hansgrohe, que por lo demás se ha erigido en dueño casi absoluto de la ronda vasca sobre todo con Max Schachmann y Emmanuel Buchmann.
El primero de los dos ha ganado ya nada más y nada menos que tres etapas. Él solo va a llevarse la mitad de los parciales de la carrera y, tras cuatro jornadas como líder, ahora mismo ocupa la tercera plaza. Sobre todo la de ayer fue una victoria de las de kilates, tras aguantar la embestida de Adam Yates y luego superarlo a él y a Pogaçar en la línea de meta con una solvencia tremenda.
Y hoy, día para escaladores en el que se sospechaba que el joven alemán podía sufrir e incluso perder su maillot amarillo, un compañero suyo se ha encargado de recuperarlo para el equipo. Buchmann ha atacado a 40 kilómetros de meta en la clásica etapa de Arrate, subida mítica que sale desde Eibar para terminar en el famoso santuario. Allí se ha presentado, en la base del puerto, con dos minutos de ventaja.
Que nadie piense con eso que el resto de favoritos lo ha dejado marchar. Para nada. Astana ha tirado con lo que tenía, pero Buchmann se ha marcado una absoluta exhibición. Luego Fuglsang ha tirado de oficio y calidad para, junto a Ion Izagirre y Adam Yates, bajar un poco ese hueco. Pero más que suficiente para ‘Emu’ -como le dicen en el equipo- que ahora es el nuevo líder con 54 segundos de renta.
Difícil será que se le escape ya. Por si todo esto no fuera suficiente, el Bora-Hansgrohe -resuelto a tener en su seno a la próxima generación de vueltómanos alemanes- tiene a Patrick Konrad en la sexta plaza de la general. Hoy se ha parado incluso para esperar un poco a Schachmann, que efectivamente sí ha demostrado que todavía tiene un par de peldaños por mejorar en la montaña más pura. En cualquier caso, la Itzulia que se ha marcado tanto él como el grueso de su equipo ya no hay quien la empañe. Vaya carrerón.
