Canyon Grand Canyon. Cuestión de esencia

Probamos dos hardtail en carbono de Canyon. Dos bicis que comparten un mismo cuadro de carbono pero con diferente nivel de componentes

Canyon Grand Canyon. Cuestión de esencia

Canyon dispone de dos hardtail en carbono tan interesantes como éstas. Dos bicis que comparten un mismo cuadro de carbono pero con diferente nivel de componentes. Dos bicis separadas por la báscula, los componentes y el precio, pero unidas por su esencia.

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Con la segmentación y especialización de las gamas de bicicletas, es cada vez menos habitual encontrar toda una familia de bicicletas que compartan el mismo cuadro y menos todavía en el caso de cuadros rígidos de carbono. La tendencia es a reservar el cuadro más sofisticado, el más ligero y con fibras de alto módulo para el modelo o modelos superiores y otro cuadro con unas fibras menos sofisticadas, algo más pesado, para los primeros modelos de la gama.

El caso de las bicis que hemos comparado en este caso, dos Grand Canyon, es, por tanto, algo peculiar. Estamos ante una bicicleta que enfrentamos en sus dos modelos extremos. El de entrada de gama, con un precio que ronda los 2.000 euros, contra uno de los modelos superiores, la réplica del equipo Topeak Ergon, con un precio de algo más de 4.000 euros. Sin embargo, pese a que el precio entre la más económica y la más cara es algo más del doble, el cuadro, la esencia de una bicicleta, es exactamente el mismo, el Grand Canyon CF SLX 29.

La diferencia entre ambas bicicletas es el montaje, es decir, el nivel de los componentes. Al final, esto se traduce básicamente en la precisión y velocidad de los cambios de desarrollo, la potencia y tacto de los frenos, la calidad de los puños con los que te agarras al manillar o el peso final de la bicicleta. Éstos son sin duda los aspectos más palpables por el biker entre dos bicis de las características que comparamos.

En el aspecto monetario, la diferencia es evidente y, si no, tú mismo puedes hacer cálculos; 1.999 euros del modelo Grand Canyon CF SLX 8.9 frente a 4.199 euros del Grand Canyon CF SLX 9.9 Team. Una diferencia de precio de más del doble. ¿Merece la pena? El dilema está servido, o quizás no.

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Al margen de lo adecuado o accesible que sea cada una de estas bicis para cualquiera de nosotros, hay que reconocer que es fantástico que exista la posibilidad de elegir entre dos bicis de muy diferente precio y que el modelo más básico tenga un cuadro realmente de gama alta. Canyon lo hace posible y nosotros lo aplaudimos.

Estas bicis, cuyo público potencial es el biker que practica XC, recreativo o de competición, suponen la alternativa avanzada o básica para quien quiera, por ejemplo, competir. En este sentido, por 2.000 euros, lo que cuesta la más económica, cualquier biker, y pensamos especialmente en los más jóvenes, tiene una bici de total garantía para correr, hacer maratones o simplemente exprimirse por sus zonas favoritas de pedaleo. Por otro lado, con la réplica Team tienes al alcance exactamente la bicicleta que usan los corredores profesionales del Ergon-Topeak. Una bici de 9 kg y con un equipamiento 5 estrellas. Tus necesidades y presupuesto dictarán la sentencia.

Como ya es sabido, el hecho de que Canyon comercialice sus bicicletas directamente, sin pasar por la tienda y desde Internet, provoca que los precios sean sustancialmente más bajos que en el resto de las marcas que emplean el canal convencional de venta. Obviamente, bicis con el mismo equipamiento que nuestras protagonistas pero de otras marcas costarían probablemente en torno a un 20 % más, aunque, por otro lado, también es cierto que antes de comprarlas tienes al menos la posibilidad de verlas y tocarlas en una tienda física.

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