Carácter Tomás Misser: ¿El mountainbiker más completo de nuestra história?

Carácter Tomás Misser: ¿El mountainbiker más completo de nuestra história?

En Solo Bici siempre hemos admirado grandes nombres del MTB, y Tomás Misser (Tomi) es para nosotros uno de ellos.

Salvando las distancias, nuestro John Tomac particular, nuestro Jared Graves a la Catalana.

Todos recordamos a Tomás Misser por ser el primer corredor nacional en cosechar triunfos a escala europea y mundial en DH en la década de los noventa.

Él, junto con su hermano Pau, siempre acompañados por su familia, se codearon con grandes mitos vivientes del MTB como Nico Vouilloz, Steve Peat, Cédric Gracia o Myles Rockwell, entre muchos otros.

Ellos nos enseñaron el camino, fueron los pioneros. Aquellos primeros bikers que se deslomaban cuesta abajo a lomos de esos cuadros hechos a mano de Klein, el Kona Sex DH, el Schwinn... Años que desde la nostalgia guardamos en nuestro recuerdo como el año en que empezó todo.

Tomás Misser: Un tipo familiar

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Aunque él a quien considera realmente pionero y espejo en el que reflejarse es su padre Josep, el primero en traer a casa una MTB. El que le contagió su amor por la bici. Porque en casa de los Misser se respira MTB y historia de nuestro deporte.

Llinars del Vallès se convirtió en la primera parada de la Copa del Mundo Grundig 1993, la primera Copa del Mundo MTB que se celebraba en España gracias a la familia Misser.

También recordamos con gran cariño los Dos Días de Llinars, un fin de semana de carreras de dual slalom y DH, que estuvo organizando la familia Misser durante más de veinte años.

Toda una vida sobre ruedas

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Tomás siempre ha tenido un don para ir sobre dos ruedas. No hay modalidad que se le resista. Personalmente, siempre he visto a Tomás como un solista privilegiado capaz de tocar todos los instrumentos del MTB.

No importa la modalidad: DH, dual slalom, megaavalanche, enduro, XC, pruebas por etapas, ciclocross… Es capaz de destacar en todos ellos gracias a su carácter tremendamente competitivo, serio, terco, obstinado, perfeccionista, y a su gran técnica sobre la bici, algo que, como biker que soy, siempre he envidiado.

Esa capacidad de hilar siempre fino, por el sitio, sin estridencias y con tremenda efectividad que chocaba, en ocasiones, con el estilo agresivo y más vistoso de otros bikers. Pero siempre haciendo gala de esa suficiencia corporal casi impasible a la que, incluso cuando no lo parecía, el crono acababa dándole la razón.

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