“Se forma un corte con cinco escapados. Vehículo de asistencia neutra puede cubrir la fuga”. Con este mensaje de Radio Vuelta, el equipo de mecánicos de Shimano se pone en marcha. O, mejor dicho, pasa a tener un papel principal, porque en marcha llevan desde antes de que se dé la salida de la etapa. Son los conocidos como coches azules. Los que se ocupan, dejando a un lado filias o fobias, de que todo el pelotón esté bien asistido cuando haya un problema en sus bicis.
Llevan más de dos décadas en las carreteras para asistir a los ciclistas. Han estado por medio mundo y el último hito para ellos fue participar –ejerciendo su labor- en los Juegos Olímpicos de Río. Y son tan habituales de la Vuelta a España que el paisaje de la carrera, realmente, es difícil de concebir sin ellos. Son los guardianes de los ciclistas. Los que están ahí al momento cuando piden ayuda.
Bicis a medida
Detrás de lo que puede parecer un trabajo relativamente sencillo hay horas de preparación, planificación y una labor realmente concienzuda. Las bicicletas son, también y como resulta evidente, de la marca Shimano y la tarea de estar totalmente preparados para cuando surjan problemas empieza mucho antes que la propia etapa: “Con varios días de antelación ya llamamos a los equipos, preguntamos qué tipo de pedales usan, el grupo de cambios, etcétera. Tiene que estar coordinado desde antes para poder responder con fiabilidad, porque hay veces que por la propia carrera, los coches de los equipos van muy atrás y tardan en llegar”, explica Rober San Emeterio, mecánico profesional del equipo.
Como en todo, el ciclismo también es un deporte jerárquico. Y por eso los primeros de la general tienen ciertas particularidades que también son atendidas por la asistencia neutra: “Tenemos las medidas exactas y los componentes que usa cada uno de los primeros de la general. Si tiene un pinchazo o una avería, lo asistimos con una bici que es, al menos en eso, igual que la que tenían. Aunque luego sea de otra marca”, cuenta San Emeterio. Además, para las etapas estilo Ézaro o la del pasado miércoles en Mas de la Costa también acordes a lo que llevan en sus equipos”.
El equipo formado por Shimano para la Vuelta consta de 11 personas: seis mecánicos profesionales y cinco conductores, todos ellos con años de experiencia en el ciclismo. Además, la infraestructura consta de cuatro de los llamados ‘coches azules’ equipados con bicis, ruedas y avituallamiento alimenticio para ciclistas, dos motos con ruedas y mecánico, un furgón con material para las contrarreloj y un camión con material de repuesto y logística para los hoteles.
Los primeros en llegar
Nada más arrancar la etapa, cuando se forma la fuga, en cuanto coge algo de distancia ya está el ‘equipo azul’ detrás para asistir: “Cuando la escapada lleva 20 segundos de ventaja pasa la moto que puede asistir averías y pinchazos, pero lógicamente no cambio de bici. Después, más o menos cerca del minuto de adelanto, pasa el coche, y es el último que se queda cuando van a pillar a los fugados y paran a los equipos”, comenta José Hernández, uno de los conductores con más años de trabajo a sus espaldas en el equipo.
Lo primero para entrar en este grupo es abstraerse de favoritismos personales, porque lo mismo toca atender al corredor favorito que a su mayor rival –deportivo, claro-, como explica Hernández. “Aquí todos son iguales, son ciclistas y tenemos que ser eficientes con ellos. Somos los primeros que estamos ahí, y hay momentos en que su carrera depende de nosotros”.
Crono, operativo especial
Precisamente hoy es día de contrarreloj. Una jornada especial en la carrera y, por tanto, también especial para ellos. Porque es imposible tener un coche con cada corredor, pero sí hay que estar atentos sobre todo al apartado previo a la salida: “Para los días de crono hay un operativo algo mayor. Vienen dos compañeros más de refuerzo, porque son días de más trabajo”, según San Emeterio.
Aunque es cierto que resulta “muy difícil” ver a un ciclista profesional sin coche de equipo que lo siga, los mecánicos de Shimano deben estar preparados para poder acompañar al corredor si lo necesitara. Además, en días como la contrarreloj por equipos hay que redoblar esfuerzos: “Los equipos salían cada cuatro minutos, y teníamos montados 18 rodillos para poder tener a dos equipos calentando, uno a cada lado, antes de la salida”. Es sólo una pequeña muestra del esfuerzo de los ‘coches azules’, que con el hashtag #cochesazules se dan a conocer por la Red. Profesionales cuyo trabajo no se percibe por televisión ni sale en las crónicas, pero sin los cuales la Vuelta sería una carrera peor.