Guía para elegir la bicicleta de gravel adecuada

Guía para elegir la bicicleta de gravel adecuada

Elegir y comprar una bicicleta de gravel se está convirtiendo en una tarea cada vez más compleja para muchos usuarios. El gran éxito de esta nueva modalidad entre diferentes perfiles de ciclistas ha obligado a las marcas ha diversificar su gama. Rendimiento, resistencia, para largos viajes, con o sin suspensión... Te guiamos en tu futura compra.

El gravel ha experimentado, en apenas cinco años, un despegue de ventas sin precedentes. La versatilidad de este tipo de bicicletas, valida tanto para rutas de asfalto como fuera de él (aun sin ser excelente en ambos), es el principal reclamo de compra para muchos ciclistas. Bien porque quieran alejarse del tráfico de la carretera por seguridad o porque busquen rodar por el campo sin pensar en mejorar su rendimiento. O ambas a la vez.

Pero hay otros aspectos que diferencian unas bicicletas de gravel de otras. Tendrás que fijarte y estudiar cada uno de ellos para elegir la más adecuada a tu nivel y tipos de rutas, sin sobrepasarse de tu presupuesto.

Material del cuadro

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En líneas generales, se pueden distinguir tres materiales de cuadro principales en una bicicleta de gravel.

Carbono: al igual que en carretera y Mountain Bike, es el material con mejor relación entre peso, rigidez y resistencia, pero también el más caro. Indicado para ciclistas que quieran tener una bicicleta ligera y cómoda con la que entrenarse a pleno rendimiento en todas las superficies: asfalto, grava o tierra. Una bicicleta de gravel con cuadro de carbono ronda los 9 kg, bajando hasta casi los 8 kg en los modelos más exclusivos.

Aluminio: es la alternativa económica al carbono y muy atractiva para rutas de gravel, tanto cortas como de larga duración. Buena parte de la oferta de bicicletas de gravel usa este material, rígido y resistente, cualidades fundamentales para el tipo de terreno y recorridos de estas bicicletas, más que el bajo peso que aporta el carbono. El peso de la bici con cuadros de este material sube hasta casi los 10 kg.

Acero: es el material con el que surgieron las primeras bicicletas de gravel a inicios de la década pasada. Resistente, duradero y de bajo mantenimiento y precio, era la opción más práctica para moverse tanto por la carretera como por caminos sin asfaltar, sin mayores pretensiones que las de rodar plácidamente. Actualmente, los modelos con cuadros de este material están recomendados para bikepacking, rutas por etapas de larga duración, largos viajes en bicicleta, etc.

Diseño y geometría

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Una bicicleta de gravel suele tener medidas y ángulos más relajados que los de una bicicleta de carretera o una de ciclocross. Dependiendo del uso para el que vaya destinado, rendimiento o cicloturismo, se pueden diferenciar varios diseño:

Gravel racing: pensada para el rendimiento y entrenamientos de alta intensidad. El diseño presentará un ángulo de dirección más próximo a los que suele tener una bicicleta de carretera escaladora o gran fondo (de 70 a 72º) así como un stack (altura del cuadro) algo más reducido (por lo general en torno a 20 mm menos) y vainas ligeramente más largas (420-425 mm).

Gravel de aventura: más enfocado al cicloturismo, el ángulo de dirección se mantiene o incluso se relaja algún grado más con respecto a una racing, la pipa de la dirección es más corta y las vainas se alargan. Con estas modificaciones se logra una bicicleta más estable y cómoda para pedalear.

Gravel para bikepacking: una gravel para largos viajes en bicicleta, generalmente fabricada en acero, tendrá un diseño y geometría de bicicleta de carretera clásica, con mayor base debido a la mayor longitud de vainas, de 435 mm o superior, pipa de la dirección más corta y stack reducido, de 600 mm o menos. Se trata de un diseño que prima la comodidad y estabilidad por encima de todo.

Neumáticos: diámetro, ancho y dibujo

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Este es un aspecto muy importante a la hora de elegir tu nueva bicicleta de gravel. Tendrás que fijarte en tres aspectos del neumático: diámetro, ancho o balón y dibujo.

Diámetro: actualmente se usan dos estándar de rueda: 700c, el usado en bicicletas de carretera y ciclocross, o 650B, el equivalente a las 27,5" de las mountain bike. El primero es más recomendado para recorridos poco técnicos y con firme liso, mientras que el segundo se adapta mejor a senderos, singletracks y tramos más técnicos.

Ancho del neumático: los montajes actuales de gravel adoptan anchos desde 35 a 40 mm generalmente, pero hay casos, de gravel para caminos y senderos técnicos, que pueden llegar a los 55 mm. O lo que es lo mismo, una cubierta de 2.10 pulgadas que valdría perfectamente para practicar mountain bike.

Dibujo: la banda de rodadura tiene tacos, con una disposición similar a las de los neumáticos de ciclocross. Existen varias opciones: desde configuraciones con tacos pequeños y numerosos, para rutas más rodadoras con buen firme a menos numerosos y separados, para terreno más inestable, obstáculos y barro.

Gravel con o sin suspensión

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No hay que pasar por alto el material del que está fabricada la horquilla a la hora de elegir una bicicleta de gravel. Hay modelos que combinan cuadro de aluminio con horquilla de carbono, que aligera el peso de la bicicleta y se aprovecha de las propiedades flexoras y absorbentes del carbono para mitigar las vibraciones del terreno.

Por otro lado, también existen horquillas de suspensión específicas para gravel, con recorridos limitados a 40 mm, como la Fox 32 Step Cast AX, o sistemas de suspensión integrados como el Future Shock 2.0 de la Specialized Diverge, que aporta 20 mm en el tren delantero.

Asimismo, para el eje trasero también hay soluciones, como el diseño y fabricaciones de tirantes de carbono capaces de mitigar vibraciones, o tijas especiales de carbono y aluminio con propiedades flexoras.

¿Gravel para más asfalto o más tierra?

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Teniendo en cuenta estos aspectos, es hora de definir cómo tiene que ser tu bicicleta de gravel atendiendo, primero, al tipo de recorridos que vas a realizar. Aquí tiene mucha importancia el montaje escogido, como los neumáticos, posibles sistemas de suspensión y tipo de frenos.

Si tus rutas tendrán un importante porcentaje de asfalto, tu bicicleta deberá tener neumáticos con ancho más reducido, en torno a los 35 mm y su taqueado deberá ser de tipo rodador. El ancho deberá ser mayor conforme aumente la cantidad de tramos de grava, pistas o senderos, además de que los tacos deberán ser más pronunciados y estar más separados entre sí.

Por otro lado, si vas a rodar la mayor parte del tiempo por carretera, los sistemas de suspensión u otras soluciones para absorber vibraciones no serán importantes. En cuanto a los frenos, los discos se han impuesto en el gravel de manera casi total, aunque no debes escatimar presupuesto en este punto si vas a hacer recorridos por pistas forestales y senderos.

¿Bicicleta de gravel para entrenar, divertirse o viajar?

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Como ya hemos visto, el diseño y geometría de cada bicicleta de gravel te dará pistas sobre su uso prioritario. Para entrenar y mejorar tu rendimiento, opciones como las gravel racing de carbono o aluminio, frenos de disco y transmisión monoplato serán las más recomendadas.

En cambio, si lo que quieres es realizar salidas cortas con amigos, rutas turísticas, como el Camino de Santiago, o largos viajes en bicicleta, las gravel de aventura de aluminio o acero, de precio reducido, cumplirán perfectamente con este cometido. Además, la mayoría de ellas vienen preparadas con anclajes en los cuadros para instalar portaequipajes y llevar así bolsas o alforjas.

¿Es una buena opción una bicicleta de gravel eléctrica?

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Por último, hay que hablar de la alternativa eléctrica a las bicicletas de gravel convencionales, las e-gravel. Bicicletas de pedaleo asistido que, en los últimos tiempos, y heredando la tecnología aplicada en bicicletas de carretera o de montaña eléctricas, poseen ya diseños muy avanzados, con asistencia personalizada, baterías integradas dentro del cuadro y peso contenido. Aunque con respecto a una bicicleta convencional puede llegar a pesar hasta 6 kg más (15 kg).

Son una opción a tener en cuenta si quieres disfrutar en tus salidas sin añadir un gran desgaste físico y hacer más asequibles rutas de larga distancia o por etapas. La autonomía media oscila entre los 80 y los 100 km con una sola carga, aunque ya hay nuevos modelos, como la Specialized Turbo Creo o la Canyon Grail:ON, que superan los 100 km.

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