Cómo sangrar un freno de Shimano en 8 pasos

Cómo sangrar un freno de Shimano en 8 pasos

Cuando la maneta de freno se queda sin tacto y toca el puño, pueden ocurrir dos cosas. Un motivo puede ser que las pastillas o el disco estén gastados, por lo que el recorrido del pistón puede no ser suficiente para que la bicicleta frene.

La otra razón es que haya una burbuja de aire dentro del circuito hidráulico. El sistema de frenado de nuestras bicis está formado de una bomba hidráulica en la maneta, un latiguillo por el que circula el aceite y una pinza que empuja a las pastillas hacia los discos. Si en el circuito del aceite entra aire, nuestros frenos fallan. Veamos cómo extraerlo si eso ocurre:

1- El primer paso a realizar es sacar la rueda trasera y extraer las pastillas de freno. Como vamos a trabajar con aceite, lo más prudente es alejar superficies a las que este líquido les puede afectar o contaminar, como, por ejemplo, los discos.

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2- Con las pastillas fuera de la pinza, podemos proceder a poner el separador que reemplaza el disco. Esto sirve para que los pistones no se salgan de su alojamiento. En el caso de que nos olvidemos de este paso, podemos extraer el pistón involuntariamente y derramar así todo el aceite del interior del circuito.

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3- El siguiente paso consiste en extraer el tapón del depósito de aceite ubicado en la maneta. La operación se lleva a cabo con una llave de allen. En el lugar de este tapón o tapa vamos a colocar un depósito que incorpora un kit de sangrado. Debe enroscarse con cuidado, pues se trata de una rosca de plástico.

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4- En el kit de sangrado nos encontramos, además de con el deposito de plástico que anteriormente colocamos en la maneta, con una jeringa. La llenamos con el aceite mineral que recomienda el fabricante y, en posición vertical, intentaremos sacar todas las burbujas de aire, a través del latiguillo que va a la pinza, que se han colado en el circuito.

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5- Con la llave de 7 mm abrimos el tornillo específico de sangrado, en el que anteriormente hemos conectado el tubo de goma. Con la jeringa en posición vertical, empujamos el pistón para que todo el aceite pueda pasar al circuito y salga por la maneta en el depósito que colocamos en principio.

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6- Volvemos a cerrar el tornillo que regula el paso y volvemos a centrarnos en la maneta. La presionamos varias veces y quedamos unos segundos en posición de presión. Fijaos en el depósito de aceite, es normal ver cómo por él salen burbujas de aire. Repetir el procedimiento unas cuantas veces hasta que estemos seguros de que la maneta tenga un buen tacto.

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7- Cuando estemos seguros de que la maneta tiene un buen tacto, entonces volvemos a la pinza y, con el tornillo que regula el flujo, bien cerrado, procedemos a sacar el tubito de la jeringa. Mucho cuidado de que no salpique aceite, por eso es conveniente ayudarse con un trozo de papel o un trapo.

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 8- Extraemos el depósito de aceite adicional en la maneta simplemente desenroscando, volvemos a colocar el tapón y limpiamos la maneta. Regresamos a la pinza y extraemos el separador de plástico, y lo sustituimos por las pastillas. Montamos la rueda y comprobamos que el tacto esté perfecto.

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