El ciclismo busca respuestas tras las confesiones de Denifl y Preidler
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El ciclismo busca respuestas tras las confesiones de Denifl y Preidler

La investigación sobre la red de dopaje vinculada al Dr. Schmidt, probablemente el tema de la semana, sigue levantando cierta polvareda. De momento, nuestro deporte no se ha visto salpicado con más nombres en el candelero y siguen siendo Stefan Denifl y Georg Preidler los dos únicos ciclistas implicados en un entramado donde, por el momento, el deporte en el foco es el esquí.

Pero siempre que se descubre una red de este tipo, al ciclismo se le remueven los fantasmas del pasado. Marcel Kittel, oriundo de Erfurt, la zona que se establece como epicentro de la estructura de Schmidt, publicó en su blog personal un largo comunicado donde, al mismo tiempo, denuncia las trampas y trata de poner el foco no en los deportistas -tampoco se ha cortado en pedir que Preidler y Denifl paguen por lo que han hecho, como es lógico- sino en todos los elementos externos que acaban tentando al ciclista para que haga trampas.

Además de sentirse «avergonzado» por el hecho de que una localidad que considera su casa «se vea como epicentro de una red de tramposos», Kittel ha pedido que los deportistas, incluso los que caen en la tentación, «no se queden abandonados» porque después siguen teniendo «una vida que completar» aunque sea fuera del deporte. Y también que a los jóvenes que estén en el mundo del deporte se les dé «la formación necesaria para que sean capaces de resistir» las presiones externas.

Por otro lado, un veterano de guerra de este deporte como Laurens Ten Dam se ha referido a esta situación de un modo bastante menos analítico. El neerlandés, ex compañero también de Preidler, ha cuestionado la validez de los métodos de detección actuales: «¿Tan malo es el pasaporte biológico? ¿Por qué nunca han cazado a Preidler y cuántos nombres nos quedan por conocer en esas 40 bolsas de sangre? Muchas preguntas, y me temo que pocas respuestas», ha dicho en una columna publicada hoy en el Telegraaf.

Es más, afirma que está «muy furioso» con Preidler, su ex compañero, y que sólo ha pensado en eso «durante los últimos días», teniendo incluso «serios problemas» para centrarse en las sesiones de entrenamiento. Además de relatar algunos hechos acontecidos en el seno del Team Sunweb en que, con su comportamiento, Preidler «arruinó el ambiente de todos», especialmente en el Giro 2017. Si bien estos asuntos no están relacionados con el dopaje.

La confesión de Preidler -que asegura haber vivido «como una pesadilla» el hecho de que Schmidt fuese cazado, sabiendo él que había dos bolsas de sangre suyas- no le ha hecho ganar precisamente amigos. Ya apartado del Groupama-FDJ, el jefe de filas del equipo, Thibaut Pinot, lo ha acusado de «alta traición». Ahora Ten Dam también carga contra él y, a buen seguro, no será el último. Una vez más, el ciclismo se sitúa frente a sus propios fantasmas y hace examen de conciencia. Pese a que, por el momento, sólo hay dos implicados. Veremos cuando se identifiquen todas las bolsas.

 

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