La vida es bella y el Tour, cuando se pone, también. Culminando en Mûr-de-Bretagne, un pueblo de 2000 habitantes tan orgulloso de su cuesta que cada temporada acoge varias carreras ciclistas, la etapa de ayer prometía un desarrollo tranquilo y un final vistoso. Cumplió. Desde el punto de vista de la general, poco que destacar: apenas Vincenzo Nibali cedió respecto a sus pares. “Un mal día”, “me encontré mal en la subida”. “Me sorprende, especialmente habida cuenta de que había viento de cara”, relató Froome. “Ha petado”, definió Contador. Total: diez segundos perdidos en un esfuerzo de cuatro minutos. Poco representativos y nada sintomáticos, como los dieciocho de Contador en Huy.

El Tour, cuando se pone, es bello porque alumbra historias extraordinarias. El protagonista de ayer constituye una de estas. Con el mundano mote de ‘Pikachu’ por un casco amarillo que llevaba en juveniles, las paletas cortas respecto al resto de la dentadura y una pronunciación embarrada, Alexis Vuillermoz (1988, vive en Brouilla – Francia) puede dar el perfil de campesino simple, típico ciclista europeo de clase obrera frente al pelo lacio que se estila entre los anglosajones. No obstante, cuando apareció en el final de Huy para acabar tercero por detrás de Purito y Froome, los periodistas le preguntaban por la crisis griega y él daba su fundado diagnóstico. Estudió un máster en bancos y seguros. Otro escalador licenciado para Ag2r, que también tiene un MBA (Romain Bardet) y un ingeniero nuclear (Jean-Christophe Péraud).

Dice Vuillermoz que, si no fuera ciclista, trabajaría de gestor de patrimonio y activos financieros. Hace dos inviernos estuvo a punto de verse en el trance de “buscar trabajo en un banco” cuando el Sojasun de Stéphane Heulot cesó en septiembre dejándole en la estacada. Vincent Lavenu, mánager de Ag2r, estaba interesado por ese exitoso ‘biker’ que, tras morir su padre y dos de sus abuelos, decidió pasarse a la carretera con resultados alentadores; sin embargo, no tenía presupuesto para incorporarlo. Por fortuna, apareció un mecenas llamado Daniel Germond que ya había pagado en su día a Lavenu el contrato de otro ciclista y decidió repetir la jugada para “salvar un talento del Jura”. Así, una mañana de octubre, Vuillermoz y Germond participaron juntos en una carrera de MTB a dúo y, por la tarde, se juntaron con Lavenu en el chalé del mecenas para firmar el contrato que salvó a quien ayer atacó dos veces a los mejores ciclistas del mundo para imponerse en Mûr-de-Bretagne.

Hoy toca una jornada decisiva para el devenir del Tour de Francia: contrarreloj por equipos entre Vannes y Plumelec, algo menos de 30 kilómetros nada técnicos pero con tres tramos de cuesta (el último de ellos el repecho final del GP Plumelec en el cual ganaron este año Sheyla Gutiérrez y, qué curioso, Vuillermoz) en los que, yendo al límite, muchos ciclistas tendrán que decir adiós a sus compañeros. El viento soplará con cierta intensidad a favor y de costado y las diferencias serán más grandes de lo habitual en la disciplina por cuanto la cita llega bien entrada la competición y, por ende, con las fuerzas mermadas ya sea por táctica o por accidentes. Entre los favoritos destaca el vigente campeón del mundo, BMC, que aspira a vestir de amarillo a Tejay Van Garderen; entre los posibles perdedores, Katusha, que parte con dos efectivos menos y tres escaladores de bolsillo como un Purito Rodríguez cuyas aspiraciones para la general sufrirán un varapalo.

El Tour de Francia es retransmitido en directo por Teledeporte y Eurosport, que conectan cada día en torno a las 14:00. Podéis encontrar las altimetrías en inrng y la lista de participantes en ProCyclingStats. El hashtag en Twitter es #TdF2015. En Arueda.com os ofrecemos información, análisis y anécdotas en la sección Rock n’Tour.