EL RETO INHUMANO DEL IRON BIKE: MÁS DE 700 KM Y 25.000 METROS DE ASCENSIÓN ACUMULADA

EL RETO INHUMANO DEL IRON BIKE: MÁS DE 700 KM Y 25.000 METROS DE ASCENSIÓN ACUMULADA

Del 22 al 29 de julio, el espectáculo tiene un nombre: Iron Bike. Y un escenario: los Alpes Marítimos de la región italiana del Piamonte. El reto se divide en siete contundentes etapas, más un prólogo sorpresa de nada menos que 38 km que podría calificarse también como etapa, pues implica superar el paso franco-italiano del Colle di Tenda. En total, más de 700 km y 25.000 metros de ascensión acumulada aguardan a los 120 participantes que, procedentes de todo el mundo –50 de ellos son españoles–, lucharán en una de las carreras por etapas más épicas del calendario.

El Iron Bike de los Alpes llega a su 24ª edición con un aura que combina madurez y leyenda. Es una carrera de mountain bike, pero también una aventura para la que no sirven los calificativos al uso, ni tan siquiera un análisis corriente de los datos objetivos.

Durante ocho días consecutivos, los bikers deben superar etapas que giran en torno a los 100 km y rondan los 4.000 metros de ascensión. Sin embargo, la verdadera dificultad del Iron Bike de los Alpes radica más en la naturaleza de las montañas, el tipo de caminos del recorrido, la azarosa meteorología que impere esos días y el sistema de puntuación utilizado en las clasificaciones, que en el kilometraje y los desniveles, ya de por sí impresionantes. No es de extrañar que los propios especialistas coincidan al considerarla como "la carrera por etapas más dura y más bella del mundo".

 UN RECORRIDO ÚNICO, A 3.000 METROS DE ALTURA Tras unos años de ensayos y experimentos que ya quedaron atrás, el Iron Bike de los Alpes ha encontrado una fórmula estable y duradera que, a la vez, se mantiene fiel a su filosofía original y su concepción alpina del mountain bike, que no es precisamente apta para todos los públicos.

Leal a sus principios de espectacularidad y alta exigencia, el recorrido de este año se presenta sin cambios importantes. Sólo se prevén pequeñas variaciones en las jornadas menores, respetando la magia de las grandes etapas, como la mítica ascensión al Monte Chaberton, a 3.131 metros, en la que los aspirantes a la victoria consideran que reside buena parte del secreto de esta carrera.

No hay que olvidar otras ascensiones, como la del Monte Bellino, de 2.942 metros, que implica nada menos que 1.800 metros de ascensión ininterrumpida desde el fondo del valle, además del posterior descenso por el valle opuesto, siempre a través de senderos técnicos.

Otro de los hitos obligados en las últimas ediciones del Iron Bike ha sido el paso por el Forte de Fenestrelle, con el correspondiente descenso de 4.000 escalones a través de los espeluznantes túneles que conectan tres fortalezas abandonadas del siglo XIX.

 Gran parte del trazado del Iron Bike se realiza por sendas de alta montaña que exigen pericia y técnica por parte de los ciclistas. La estrategia entre los aspirantes a la victoria implica, por tanto, controlar al adversario en todos los terrenos, tanto en las interminables ascensiones como en los vertiginosos descensos.

En este sentido, el actual defensor del título, el hispano-hondureño Milton Ramos, es un verdadero especialista que ya ha demostrado en cuatro ocasiones su dominio en este terreno. El guipuzcoano Joseba Albizu, que acude este año como vigente Campeón de España de Ultramarathon 2017, volverá a intentar superarle, algo que le fue imposible en la pasada edición, dada la demostrada superioridad de Ramos en los descensos más técnicos.

 El Iron Bike de los Alpes es un evento único en todos los sentidos. Los paisajes, los pasos de montaña, las sendas imposibles, el ambiente que se respira entre corredores y miembros organización tras tantos días de convivencia –no olvidemos que se duerme en tienda de camping–… Todo ello hace del Iron Bike una carrera muy especial, de modo que todos los bikers de un cierto nivel aspiran a participar al menos una vez en la vida.

El sistema de clasificaciones tampoco escapa al espíritu indomable de esta carrera. En vez de organizar salidas en grupo y disponer un único reloj de cronometraje, el Iron Bike conserva un sistema basado en tramos especiales que obliga a afinar muchísimo en la estrategia con tal de arañar puestos en la clasificación.

En estos tramos especiales, las diferencias entre corredores se multiplican por un determinado coeficiente y se convierten en puntos. Al final del día, gana el que menos puntos ha acumulado. Este sistema también influye en la experiencia de los que simplemente anhelan el título de finishers. En el Iron Bike de los Alpes, cruzar la línea de meta no es suficiente. Hay que evitar, en la medida de lo posible, que la diferencia con el primer clasificado no supere los 30.000 puntos.

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