El secreto que se esconde tras el bigote de Carlos Coloma

El secreto que se esconde tras el bigote de Carlos Coloma

Es una de las imágenes que mejor identifica a nuestros corredores élite de la selección española de mountain bike: el bigote, ya sea a lo sheriff o un bigote que podríamos considerar normal. Los que todavía tenemos memoria recordamos cómo en el Campeonato del Mundo de 2010 de Mont Sainte Anne (Canadá) José Antonio Hermida entraba en meta dándolo todo y luciendo un bigote a lo sheriff perfectamente perfilado. Una imagen que hizo historia.

A partir de esta celebración dejarse el bigote se extendió entre los convocados por el seleccionador Cristobal Sánchez en las grandes citas, pero antes que ‘El Pistolero de Puigcerdà’ lo patentara, hubo otro de nuestros primeros espadas, el último que nos ha dado una medalla olímpica –bronce en los Juegos de Río 2016, con anterioridad este honor ya correspondió a Marga Fullana en Sídney 2000 (bronce), y a José Antonio Hermida en Atenas 2004 (plata)– que ya lo había lucido.

Carlos Coloma ya se presentó en alguna Copa del Mundo de 2008-2009 luciendo un nutrido bigote, como en una de las veces que la World Cup hizo su escala en Casa de Campo, en Madrid. ¡Qué tiempos aquellos! Aunque, como reconoce nuestro riojano universal, “es cierto que se hizo famoso cuando Jose ganó el Mundial con él, y a partir de ahí en los Juegos de Londres ya lo llevamos toda la selección”.

Una especie de talismán

Carlos ve en esta línea más o menos fina de pelo y más o menos perfilada “una especie de talismán que cuando voy a las carreras importantes me gusta llevarlo, me hace estar más metido en el papel de lucha y sacrificio, y de llevar a la carrera todo el esfuerzo y sacrificio que hay detrás, tanto mío como de toda la gente que me apoya”.

Coloma explica que se lo recorta a navaja, que en una semana ya se le empieza a dibujar bien por encima del labio superior y que en casa la presencia del bigote es  aplaudida. “A mi mujer y los nenes cuando hay carrera dura les gusta”.

Parece ser, pues, que hasta los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 veremos a Carlos Coloma muchos días luciendo su particular bigote. Buena señal.

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