En las encuestas, se habla de empate técnico cuando la diferencia entre dos opciones es tan ajustada que encaja dentro del margen de error. Es lo que en inglés se llama ‘too close to call’: tan pareja está la contienda que tratar de definir un ganador es una osadía. Podríamos decir que esta Ruta del Sol, en términos de Contador contra Froome, ha sido un empate técnico. Mirando la clasificación, sólo dos segundos han definido el triunfo. Percibiendo sensaciones, en Haza Llanas fue superior el pinteño y en Las Allanadas, el anglokeniano. La única ventaja psicológica que reporta un cierto aire de mayor triunfo a Froome es que partía por debajo después de perder la Vuelta 2014. El mero hecho de haber superado a su contrincante en una ocasión ya es para él, en sus propias palabras, un “gran éxito moral”.
Contador, por su parte, ha tratado de transmitir mensajes positivos. Ayer, en la meta de Alhaurín de la Torre, describió “un balance muy bueno”. “No esperaba tener una condición física tan buena, ¡casi gano la general! Además, he conseguido [en Haza Llanas] una victoria que no estaba en mis planes”. Se dijo “sorprendido”, y elogió a Froome: “Estaba por encima de mí nivel en montaña. Ha llegado en un gran momento de forma. Se nota que ha estado contando los días que faltaban para esta carrera”.
El otro motivo de satisfacción para Team Sky estuvo en la fortaleza colectiva. Mientras Froome ganaba, Nieve fue 4º; Kennaugh, 6º; Siutsou, 8º. Todos ellos trabajaban para el británico, como también lo hicieron con acierto y denuedo Vasil Kiryienka, Xabier Zandio y el recién llegado Nicolas Roche. Sólo cometieron un error: en la aproximación a Haza Llanas, descenso de Güéjar Sierra, se despistaron y cedieron un terreno precioso a un astuto Tinkoff-Saxo.
Si a esto sumamos la enorme prestación de la paralela Vuelta al Algarve, con un parcial para Richie Porte y otro para Geraint Thomas, que además se apuntó la general con relativa facilidad, hallamos un Team Sky en plena forma ya en febrero, sin dudas, con 8 victorias en su cuenta, más que cualquier otro año a estas alturas. El secreto ha estado en los entrenamientos, con una concentración de más de 15 días en diciembre y otra de similar duración en enero. También en la mentalización; un Froome muy serio aseveró en la presentación de la Ruta del Sol lo siguiente: “Llevo desde que me retiré del pasado Tour de Francia preparando el próximo”.
Un factor novedoso fue la táctica desarrollada por el equipo británico en Andalucía, en la cual estuvo dirigido por el italiano Dario Cioni. Fue más coral de lo habitual, con alternativas en los momentos decisivos para gregarios como Nieve y Kennaugh. ¿Vais a hacer esto en otras carreras, Dario? ¿Probaréis a utilizar ciclistas teóricamente secundarios para pelear por la victoria en los grandes escenarios? “mmm Bueno, no estoy seguro de que quiera contestarte a eso…” Mikel Nieve descarta la posibilidad: “Hay dos líderes claros, Chris y Richie; los demás estamos para trabajar”. Pero Cioni alienta la incógnita: “En seis meses tendrás la respuesta a tu pregunta”.
Lobato jibariza a Degenkolb
Antes de iniciar la carrera, John Degenkolb se dijo “impresionado” por Juanjo Lobato y afirmó que tenía ganas de batirse con él. Pues bien: hubo dos ocasiones y en ambas terminó vapuleado y “un tanto decepcionado” en palabras de su director, Christian Guiberteau. Por su parte, el gaditano se ha ido viniendo arriba con los días. Su superioridad ayer en Alhaurín de la Torre fue insultante. Hizo parecer pequeño a Degenkolb, el hombre que hace tres semanas protagonizó en Hatta la mayor exhibición de la temporada ciclista hasta el momento.
Movistar tiene segunda línea
En la presentación del conjunto telefónico, Eusebio Unzué habló de “hacer crecer a los jóvenes”; no es la primera vez que refería la necesidad de que la segunda línea de su Movistar Team diera un paso adelante. En esta clave, el balance de la escuadra telefónica en esta Ruta del Sol es muy positivo: sin Valverde ni Nairo Quintana, han capturado tres victorias de etapa y un podio. El tercer lugar en la general final de Beñat Intxausti es un éxito que puede generar aún más alegrías en el futuro. Al vasco sólo le falta confianza en sus posibilidades para entrar en el club de los veinte mejores ciclistas del mundo. Quizá figurar en una foto de honor junto a Contador y Froome se la otorgue.
La recompensa de ser pionero
La Vuelta a Andalucía ha sido siempre la vanguardia del ciclismo español por cuanto se ha atrevido a explorar caminos ignotos. Renunció a las retransmisiones de TVE cuando otros se aferraban a ellas; miró al extranjero cuando otros miraban su ombligo y el bolsillo de los políticos locales para obtener financiación. A largo plazo, su apuesta por la internacionalización está saliendo redonda como demuestra su espectacular edición 2015. La receta funciona. En el debe: no haber realizado un mayor esfuerzo para que estuviera presente Murias Taldea. El nuevo Continental vasco, primer equipo que nace en España desde 2010, optó por correr la Vuelta al Algarve, que le ofreció mejores condiciones económicas.
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