Ariadna Cambronero cambió el despacho por la bici: "Aquí vivimos una vida muy pautada"

Ariadna Cambronero cambió el despacho por la bici:

Cansada de ser abogada y de hacer siempre lo mismo, un día Ariadna Cambronero cerró la puerta del despacho para siempre y pudo por fin hacer la vida que siempre soñó.

Su vida, sin dar cuentas a nadie, disfrutando de la bici y de la naturaleza. Puede que la leas y te identifiques con ella

Ariadna, dejaste la abogacía para hacer realidad tus sueños, cerrar un capítulo en tu vida y abrir otro.

Llevaba muchos años ejerciendo de abogada. Era socia de un bufete que se dedicaba al derecho de los negocios y era directora de la oficina de Barcelona, pero ya desde hacía años tenía en la cabeza hacer un cambio de vida. Me interesan muchas cosas en la vida, como el ciclismo, y no quería estar toda mi vida hasta que me jubilase ejerciendo la abogacía como lo hacía; hasta que llegó el día en el que pude reorientar mi vida.

¿Cuándo empezaste a hacer tus pinitos en bici?

La bici me gustaba desde que era adolescente. Empecé con la de montaña y después me pasé a la de carretera, siempre intentaba hacer ciclismo en mi vida. Cuando trabajaba y estudiaba tenía poco tiempo. La verdad es que me gusta todo lo relacionado con el aire libre, y el ciclismo en especial. Tenía en la cabeza dedicarme más a la bici, no en el ámbito profesional, pero sí disfrutarla.

Por ejemplo, haciendo viajes en bici.

He cruzado cuatro veces los Pirineos, dos por la parte española y dos por la francesa, y también he hecho la travesía de los Alpes.

¿Viajas sola o acompañada?

Con mi pareja, haciendo bikepacking (cicloturismo). De hecho, nos conocimos cruzando los Pirineos.

También has competido, participaste en la Titan Desert. ¿Cómo fue?

Fui a la Titan Desert con un grupo de mujeres. La experiencia fue muy positiva. Hice top ten en las féminas élite y podio máster. No es que el desierto sea lo que más me guste, pero como experiencia me gustó mucho y tengo muy buen recuerdo.

¿Lo mejor en tu primera competición por etapas?

La variedad del recorrido. Nunca había estado en África, y me impresionó mucho el desierto, con esas extensiones de terreno que no se acaban nunca y en las que se pierde la vista. Hice muchas horas sola, y aunque parezca increíble, estás en medio de la nada y me gustó la sensación de estar sola en la inmensidad.

Es decir que te gusta rodar sola.

Y mucho. Me gusta pedalear sola y entreno mucho en solitario. No me da miedo, me relaja. Estar en medio de la nada sola da vértigo, pero lo recuerdo con cariño.

¿Qué retos deportivos tienes este año?

Nuestro debut en la Andalucía Bike Race y después la Mallorca 312 en bici de carretera, y tengo un par de cosas para el verano que me faltan por cerrar.

Tras pasar tanto tiempo en una oficina, parece que estés desatada, que no pares.

Es que a la gente como yo, cuando estamos mucho rato encerradas en un sitio, necesitamos que nos dé el aire. A partir de 2012 dije uauaua, y me encanta salir por las mañanas por Vallvidriera (Barcelona) con mi bici de gravel. Una gravel es como una bici de montaña de antes, sin suspensión ni nada, y lo hago mucho por Collserola. Me encanta perderme en ella.

Tienes 51 años, ¿hasta cuándo con esta vida?

Pero mentalmente tengo menos. Vivo mucho más al día. Tengo obligaciones, porque tengo una empresa que es mía, pero no tengo que dar cuentas a nadie, e intento no planificarme mucho la vida. Y tengo la suerte de que mi pareja puede hacer como yo y hacemos lo que nos apetece cuando podemos. Si lo haremos dos o cuatro años, no lo sé. Vivimos el día a día y no pensamos en el futuro.

Tus palabras pueden animar a alguien a dar un portazo a la vida que lleva y lanzarse a la piscina.

En algunos países, como Estados Unidos, hay mucha gente que cuando llega a una determinada edad hace un cambio de chip y se reinventa. Aquí vivimos una vida muy pautada, aunque es verdad que hay gente que no tiene opción. Había quien me decía que yo les daba envidia, pero yo les contestaba que ellos también podían hacerlo. Todo tiene su parte de renuncia. Renuncias a una seguridad y a unos ingresos, pero ganas en más cosas. Creo que la gente joven tiene una mentalidad más abierta, pero la de nuestra edad es más conservadora.

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