Eduard Aguilera: "El sector está cada vez más agresivo"

Eduard Aguilera:

Vamos a jugar a las comparaciones. En el mundo actual, en el que hay muchas personas empeñadas en destruir el planeta, se habla mucho de la desaparición de las abejas y las nefastas consecuencias que ello supondría para la naturaleza y el ser humano.

Su efecto polinizador es clave para la producción de alimentos a escala mundial y la biodiversidad terrestre, y en un mundo como el del ciclismo, tan hermético y donde es tan difícil prosperar, la trayectoria de Eduard Aguilera (12/01/1977) le ha servido a él para progresar como persona y dentro del sector y, en cierta forma, para dinamizar al mismo.

Vinculado siempre al mundo de la bicicleta, tuvo su primer trabajo en el Decathlon de Montigalá, al lado de su casa en Badalona. Estuvo 15 meses. Después llegó a nuestra revista, donde a lo largo de cuatro años hizo las funciones de redactor y redactor jefe, hasta que dio el gran salto al Departamento de Shimano Europa en Holanda.

Tras dos años, cambió las amapolas holandesas por las fresas de Murcia en Catlike, donde echó raíces dos años más. Viajó después a Barcelona gracias a la propuesta de Gumersport y, tras esta última experiencia, ya decidió montarse por su cuenta ofreciendo los servicios de comunicación y marketing, seduciendo a marcas como Catlike o Tomac, a empresas como Ocisport y a corredores como Hermida.

Hasta que hace diez años creó su propia distribuidora, Musette, y hace ocho meses presentó su propia marca, Momum guardabarros, puños, sellantes y válvulas.

¿Culo inquieto? "Sí, y también la necesidad de evolucionar. La forma de consumir ha cambiado, y la ventaja en nuestro caso es que dependemos de nosotros mismos para tomar las decisiones. Nuestro slogan de Momum –Causing momentum– es una forma de definir la sociedad actual, en la que el que se queda quieto y no evoluciona, muere. Por mucho que te salgan los números, estás obligado a evolucionar. Para mí es algo básico tanto en el sentido de empresa como de persona", asegura.

Eso sí, siempre bebiendo de la misma fuente: de los accesorios de alta gama, "jamás iremos con Momum a un producto duro, sino a uno de rotación de gama alta, siguiendo la misma política de Musette".

Reconoce, eso sí, que la exclusividad tiene el precio de dejar un margen menor, aunque la lucha cuerpo a cuerpo es contra menos rivales. Pocos profesionales de este sector puede tener una visión tan amplia. "A lo largo de estos años he aprendido que el sector está cada vez más agresivo y la agresividad viene de todos lados: tiendas, distribuidores y proveedores. Es un efecto dominó. La competencia es más agresiva. Las distribuidoras y las marcas facturan menos. Ahora hay que trabajar más que nunca, de ahí el nacimiento de Momum".

Una marca que fabrica en Barcelona, cuyos productos ya se pueden encontrar en España, Portugal y Andorra y cuya calidad ya seduce a mercados como el asiático, el sudamericano o el sudafricano.

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