Gran aficionado al ciclocross desde joven, Pascual Momparler compró su primera bicicleta de gravel hace casi una década. Desde entonces, ha vivido el imparable crecimiento de esta modalidad y la conoce de primera mano. Así, este año ha visto cómo se consolidaba la carrera que organiza, la Jaén Paraíso Interior de caminos de tierra. Y ha seguido muy de cerca el proceso de creación del primer Mundial de Gravel.
Con ocasión de la presentación de la edición 2023 de la Mussara Hunting Dogs, la prueba cicloturista de gravel del calendario Mussara, Pascual Momparler habla sobre el auge del gravel, desde la experiencia como técnico y organizador de eventos ciclistas.
Mompaler compagina su labor como seleccionador nacional de Ciclismo en Ruta y máximo responsable de Momparler Cycling, la empresa organizadora de carreras como la pasada Copa del Mundo de ciclocross en Benidorm o la prueba de carretera Jaén Paraíso Interior, con varios tramos de caminos de tierra similares a los de Strade Bianche.
Además, el preparador es, a título personal, un entusiasta del gravel desde los inicios de la modalidad hace ya casi una década. De hecho, desvela en esta entrevista que siempre que viaja lo hace con su bici de gravel en el coche.
Momparler: «Veremos a Valverde en el gravel y sorprenderá a más de uno»

¿Hace cuántos años que practicas gravel?
Más de 15. Yo corrí en ciclocross cuando era más joven. Recuerdo ir desde mi casa al circuito todos los días y volver. Me lo pasaba muy bien. Iba con la bici de cx por los caminos. Hacía mis viajes y mis aventuras con esa bicicleta, buscando vías verdes, cuando el gravel aún no existía. Cuando empezó el boom de éste en los Estados Unidos, compré mi primera bicicleta hará unos 7-8 años. Desde entonces, salgo con ella siempre que puede, porque me parece muy divertido.
La organización de Mussara vio cómo aumentaba la cantidad de ciclistas aficionados al gravel y decidió empezar a organizar en 2021 la Mussara Hunting Dogs. ¿Tú notas que cada vez hay más adeptos a esta modalidad en tus salidas?
Sí, sí. El gravel es una disciplina que no es moda. Ha venido para quedarse. Yo creo que va a apartar a ese cicloturismo de carretera y a ese Mountain Bike que se practica por pistas. Esa gente se va a quedar en gravel. Unos porque utilizan una bicicleta que no es adecuada para el uso que le están dando. Y otros porque se van a dar cuenta de que con una bicicleta de gravel pueden hacer lo mismo, pero por caminos más tranquilos y huyendo un poco de los coches. Todo eso ya está llegando.
¿Qué tiene el gravel que engancha tanto?
En mi caso, fue una época en la que cogí un poco de peso y cuando salía con la grupeta era una tortura. Pero luego empecé con bicicleta de gravel y me divertía mucho. Vas a 20 por hora, concentrado, en las curvas aprietas la técnica… me pareció muy divertido. Creo que eso es lo que engancha a la gente. Con una hora u hora y media te diviertes, aunque vayas tú solo.
¿Cuál es tu rincón favorito para salir?
Suelo salir mucho por donde discurre la Jaén Paraíso Interior, Úbeda o Baeza, por ejemplo. Aunque voy por toda España y llevo siempre la gravel en el coche. Me he ido fijando en que cada vez hay más diversidad entre las bicicletas gravel: más rápidas, más de aventura o con doble suspensión. Son pequeños cambios que hacen falta dependiendo de los caminos por los que salgas.
El año pasado fue el primer Mundial de Gravel organizado por la UCI. ¿Fue una sorpresa para vosotros este paso?
En la comisión europea de ciclocross, a la que pertenezco, se hablaba de la posibilidad de este Mundial desde hace cuatro o cinco años. En países como Italia, Bélgica o en el norte de Francia estaba pegando muy fuerte el gravel. Así que tampoco ha sido una gran sorpresa. Lo que sí que me sorprendió fue que tantos corredores españoles acudieran.
¿Y cómo conformaste el equipo que acudió al Mundial?
Como era el primer año, la selección la llevó más el equipo que se encarga de la parte de Mountain Bike. El criterio que se siguió fue que la gente hubiera cumplido las ratios que pedía la UCI, haber completado el número de carreras necesarias y clasificarse. Entre todos estos, se hizo un pull y un equipo final.
¿Y hay algún corredor que veas que puede ser un fan del gravel cuando se retire?
Yo creo que Valverde va a ser uno de los que monten en gravel y va a sorprender a más de uno. En la Strade Bianche disfrutaba mucho. Y el año pasado se quedó con ganas de correr en Jaén. Yo sé que lo tiene en su cabeza.
De los que vinieron al Mundial, Carlos Verona me sorprendió por su técnica. Sé que tenía su bicicleta de gravel para ‘descargar’ de la carretera. Pero vi que tenía mucho nivel.
El gravel tiene esa doble vertiente, entre competición y hobby más relajado. ¿Cómo puede evolucionar el primero en el futuro?
Al final, a la gente le gusta competir y le gusta ganar. Por un lado, está el cicloturista al que le gusta ir por caminos, ver cuántas horas es capaz de echar sobre la bicicleta, retos de supervivencia… Este grupo no irá a competir. Pero seguro que surge otro grupo de gente a la que sí le guste competir. Esa gente con ADN de desnivel, distancia y dureza que buscará pruebas para pelearse con otros y ver cuánto tardan en hacer una marcha.
Toda la razón