Da gusto cuando el ciclismo se vuelve loco. Un recorrido quebrado sin un solo metro de llano por la bellísima región costera de Cinque Terre y las proverbiales carencias de la información en carrera del Giro d’Italia generaron ayer una situación interesantísima cuando sólo se llevaban 30 kilómetros de competición: muchos corredores, incluyendo nombres peligrosos como Kreuziger, Chaves o Monfort, con muchos minutos de ventaja sobre el pelotón. Para neutralizar el dislate, Astana puso todo su arsenal en fila a cabeza del grupo principal, que fue adelgazando con el ritmo de los Tiralongo, Landa, Rosa, Kangert…
Quedaron sólo una veintena de ciclistas que se batieron a rostro descubierto en la subida del circuito final en torno a La Spezia. Cartas sobre la mesa: Aru, Contador y Porte son los más fuertes y Urán está un paso por detrás en este punto de una ‘corsa rosa’ a la cual le restan todavía 17 etapas. Sólo quedan ya 29 ciclistas a menos de 6 minutos del liderato, que ostenta Simon Clarke gracias a su equipo, un Orica-GreenEdge que se impuso en la CRE inicial y desde entonces está jugando sus bazas con una clarividencia extraordinaria.

La Roca
El gran protagonista de esta gran jornada de competición fue un cliente inesperado. Se llama Davide Formolo, es Escorpio de 1992 y habita en San Rocco di Marano di Valpolicella, un pueblecito del Véneto en el cual los pensionistas se juntan en el centro de día para ver las carreras donde él participa. Se acercó al ciclismo haciendo de aguador de su hermano mayor Jonathan; cuando éste terminaba su esfuerzo, Davide se iba por ahí con su bicicleta a emularlo e imaginarse cómo sería competir. En su primera carrera atacó de pito. “Fue tan emocionante como mi debut con profesionales”, cuenta en una evocadora entrevista con Tuttobici.
14 primaveras después, aquel ‘ragazzo’ se descubrió ayer en La Spezia. Filtrado en la fuga de inicio, atacó un kilómetro antes del inicio de la subida definitoria. “Quise anticiparme porque temía que Kreuziger fuera más fuerte que yo”. Sus compañeros de aventura no volvieron a verle. Celebró su victoria con las manos en el rostro, incrédulo. “Las imágenes hablan por sí solas: me he divertido mucho hoy”, reponía sonriente en la RAI cuando le mostraban el vídeo de su entrada en meta.

Formolo es coetáneo de Fabio Aru. Pese a que su palmarés permanecía virgen hasta ayer, algunos expertos le califican por encima del sardo de Astana. “Soy un escalador puro y se me dan bien los cambios de ritmo. Me llaman ‘la Roca’ porque nunca me rindo”, se describe. Se estrenó en primera división la pasada temporada con el desaparecido Cannondale de matriz italiana. En él coincidió con Ivan Basso, su ídolo, con el cual compartió habitación en varias competiciones y concentraciones. Le cautivó. “Si tuviera que fichar a un ciclista, sería a él”, asevera el ahora gregario de Contador. “Me puedo ver reflejado en él: tenemos las mismas características pero sobre todo la misma cabeza. Es inteligente, comprende sin hablar mucho”.

Este invierno, concluida una campaña en la cual dejó destellos de calidad como su 7ª posición en Vuelta a Suiza o la torera prestación de aguantar a Nibali hasta el final en el Campeonato de Italia, Formolo fue uno de los ocho ciclistas que pasó a la estructura Slipstream (más conocida por su patrocinador de los últimos ocho años, Garmin) de la mano de la bicicletera Cannondale. El mánager del equipo, Jonathan Vaughters, pronto se enamoró de la Roca: “Ganará el Giro d’Italia”, afirmó de forma lapidaria tras conocer sus cualidades.
De momento, el joven ciclista transalpino sólo ha alcanzado un triunfo parcial en la ‘corsa rosa’, constituyéndose en la gran sensación de esta carrera tan particularmente proclive al bombo y el platillo. Ha puesto una sonrisa en el rostro de los Cannondale, cuyo casillero sólo registra un par de pruebas menores francesas junto el éxito de La Spezia. El hecho de que ayer Formolo fuera capaz de realizar declaraciones en inglés, idioma que sólo manejaba a nivel escolar hasta hace bien poco, revela que la integración del bloque italiano en la particular escuadra ‘argyle’ ha sido realizada con éxito.

A la Roca le tocará lidiar ahora con los focos. Marcha noveno en la general, en la cual se hundió camino de La Spezia el líder de Cannondale y vencedor del Giro 2012, Ryder Hesjedal. “Me relajé demasiado a cola de grupo. ¿Quién iba a pensar que el pelotón se iba a partir en la penúltima subida? Lo más frustrante es que tenía piernas para estar con los mejores”.

Formolo, ya sobre la mesa, tendrá hoy una reválida en Abetone, un puerto de montaña tan histórico como sencillo en cuya cima se espera un esprín reducido entre los favoritos de la general y clasicómanos de chasis ligero como Gilbert, Ulissi, Visconti o Matthews.
El Giro d’Italia está siendo retransmitido en directo cada día por Teledeporte y Eurosport a partir de las 14:30, aproximadamente. Puede ser seguido en Twitter a través del hashtag #Giro. En Arueda.com os ofrecemos información, análisis y anécdotas en la sección Rock n’Giro.