GHOST RIOT LT 10 LC

GHOST RIOT LT 10 LC
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Cuando una bicicleta recibe un Eurobike Gold Award es que algo bueno esconde. Lo suficiente para picar nuestra curiosidad y que quisiéramos sacarla a rodar por nuestros senderos favoritos y comprobar qué hay detrás de la nueva Ghost Riot LT. Con su novedoso sistema Riot Link de suspensión y la inclusión del afamado amortiguador Cane Creek DB Inline, que está revolucionando el comportamiento de algunas Trailbikes, tiene todas las cartas para salir ganadora. La Riot ya lleva un tiempo en el catálogo de Ghost, pero su renovación para este año, con la incorporación de la gama LT (Long Travel), que añade una horquilla de 150 mm delantera y mantiene sus 130 mm traseros, manifiesta que se trata de una trailbike capaz de mucho más que andar por senderos.

La marca germana ha querido ampliar su rango de uso añadiendo algo de recorrido delantero y, por tanto, también relajando algo sus ángulos, que se mantienen en una medida muy correcta para el uso al que se destina. Además, el hecho de añadir el amortiguador Cane Creek DB Inline para que trabaje en conjunto con su sistema Riot Link, del que hablaremos más adelante, hace que la bici cobre vida, con un tacto compacto, sólido y cómodo que nos ha encantado. Vamos por partes...

De lejos, la Riot parece una clásica bici con sistema Four Bar, amortiguador en posición baja a lo Kona y un clásico esquema de dos triángulos principales, más el de refuerzo del tubo horizontal. Al acercarnos a ella, las cosas cambian. El cuadro está diseñado con lo que Ghost llama Ultra Lightweight Carbon, una combinación de carbono de calidad en alto módulo y ultraalto módulo (según su propia nomenclatura), y lo que más nos llama la atención son sus duras formas, futuristas, con marcadas aristas en los tubos, que no solo tienen una función estética, sino que tratan de aumentar la rigidez del conjunto a la vez que conseguir un cuadro ligero (y lo consiguen).

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Se nota un muy buen trabajo del carbono en cada esquina, con detalles muy bien trabajados, protectores allá donde hace falta (muchos) y un buen esquema de cableado interno que se integra a la perfección. El tubo de dirección es una obra de arte, aunque nos habría gustado algo más compacto, especialmente en talla M, donde arroja 12 cm de longitud, que dificultan el conseguir una postura baja de manillar si no eres muy alto. Nos ha gustado mucho el sistema de posicionamiento de la pinza de freno trasera, mediante un soporte en aluminio que, en lugar de atornillarse al cuadro, queda fijado al propio eje pasante de 12 mm, que transmite las torsiones a este en lugar de al cuadro.

Y hablando de centímetros, cabe mencionar en este punto las especiales medidas de la Riot LT. En Talla M, la Riot tiene un tubo horizontal de 611 mm, que la acerca a las últimas tendencias de geometrías modernas, influenciadas por sistemas como el Forward Geometry de Mondraker, que en este caso compensa con una potencia de 60 mm. Aun así, puede parecernos algo larga al principio, aunque hay que pensar que no estamos ante una bici de enduro puro, sino ante una trailbike de 130 mm, pensada también para pedalear durante kilómetros. Así que no nos parece mala la posición que se consigue, aunque al principio nos asustáramos al ver los datos en papel.

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Por otro lado, lo que Ghost llama una M es una 48, aunque parte de esa altura de tubo vertical se debe al refuerzo triangular del tubo horizontal, que añade rigidez al conjunto. De todas formas, si eres muy bajo y estás entre la S y la M, hay que mirarlo bien y, sobre todo, comprobar que si llevas una altura de sillín baja, tengas espacio suficiente para insertar la tija telescópica sin problemas hasta tu mínimo requerido. El resto de las medidas es muy equilibrado, con unas vainas compactas de 434 mm (aunque Ghost anuncia 430 en su web), una altura de pedalier de 343 mm y unos ángulos de 67° y 73°, para dirección y sillín, respectivamente, que la hacen muy polivalente en todos los terrenos, como ya nos da pistas su montaje de componentes.

Pero bajo esa apariencia de la clásica bicicleta Four Bar, en realidad podríamos estar hablando de una Five Bar, ya que el esquema de suspensión de la Riot añade un quinto link o bieleta a su cinemática, destinada a controlar cómo se comportan esos 130 mm de recorrido en cada tramo del mismo. Así pues, camuflada en el compacto alojamiento en posición baja del amortiguador, la Riot esconde su mayor secreto (a voces): una bieleta que hace que el amortiguador se comprima de forma flotante por los dos lados, que le otorga suavidad (gracias también a los nuevos rodamientos Norglide) y sensibilidad extra a los pequeños impactos. 

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Pero lo más importante que esa bieleta hace es aumentar la progresividad del amortiguador únicamente en la parte final del recorrido (el último 20 %), con lo que este se puede regular de forma óptima e independiente, sin tener que pensar en el tramo final y en la posibilidad de hacer topes, ya que esto nunca va a ocurrir. De hecho, en nuestras pruebas con todo tipo de SAG (desde el 20 % hasta un exagerado 40 %), ya nos dimos cuenta de que es casi imposible hacer tope. Tanto, que podríamos decir que el último centímetro de recorrido es inalcanzable, lo que puede sonar negativo, aunque en realidad es algo muy bueno.

Lo mejor de todo el sistema, además, son las posibilidades de regulación del amortiguador en los primeros tramos del recorrido, al no tener que estar pendiente del tramo final, lo que da lugar a tener una primera parte muy sensible y una zona media más lineal y con un buen soporte de pedaleo, idóneo para una bici de este tipo (aunque aún sería mejor en una bici de enduro más gorda), y que es algo que nunca podríamos alcanzar con un sistema 4 Bar clásico.

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Y no contentos con este sistema de suspensión, algún ingeniero de Ghost se debió despertar inspirado una mañana y pensar que si la suspensión ofrecía un margen de regulación independiente mayor de lo normal, había que dar un paso más y aprovechar al máximo esas posibilidades. Y qué mejor forma de hacerlo que añadiendo un amortiguador Cane Creek DB Inline, uno de los que permite mayor rango de regulaciones y un tacto muy bueno para bicis de trail como la Riot. La verdad es que el comportamiento de la bici está también condicionado a cómo el usuario regule el DB Inline, ya que este dispone de tantas regulaciones que puede mutar totalmente el comportamiento de cualquier bici  donde se instale. 

Nosotros partimos de los ajustes básicos que Cane Creek propone en su web, y desde ese punto de partida inicial, estuvimos jugando con los settings de compresión y rebote (ajustables ambos en baja y alta velocidad) hasta llegar a un compromiso de funciones. Ojo que esto es evidentemente un tema muy personal, dependiendo de gustos, preferencias personales y del uso que se le va a dar a la bicicleta, pero el amortiguador tiene tantas regulaciones que siempre será posible encontrar un ajuste a tu gusto.

A cambio, en contrapartida, el DB Inline ofrece algo de peso extra y puede intimidar a los menos avezados técnicamente, pero hay que pensar que la regulación inicial solo debe hacerse una vez, y después olvidarse de ella para siempre. Entre el DB Inline y el Riot Link, la eficacia de pedaleo es muy buena, y tuvimos que recurrir a la palanca de Climb Switch en muy pocas ocasiones.

El resto del equipamiento de la Ghost LT 10 LC es casi perfecto, con una impecable y ligera transmisión XX1 y frenos X0, las nuevas ruedas Crossmax XL o la impecable RockShox Pike en su versión Dual Air RCT3. Como puntos flojos, destacar el manillar de 72 cm, que se nos antoja algo estrecho para una bici así de capaz, al igual que los estrechos neumáticos de 2,25, especialmente al unirlos a las llantas Crossmax, que no son especialmente anchas. Unos Hans Dampf en 2,35 creemos que le harían más justicia.

En resumen, grata sorpresa la nueva versión de la Riot LT, con un sistema de suspensión que nos ha parecido especialmente eficaz en la unión del Riot Link con el nuevo amortiguador Cane Creek DB Inline. Con la inclusión, además, de la horquilla de 150 mm, la bici se acerca un poco al enduro sin perder sus maneras y su ligereza de bici de trail. Escala como una cabra en las subidas más complicadas, gracias a su peso y la tracción que proporciona su cinemática. Y en los descensos, a pesar de no ser una bici superabsorbente, sabe mantener la compostura sin problemas.

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Además, las posibilidades infinitas de regulación del amortiguador permiten tener varias bicis en una dependiendo de como se regule. Su geometría y componentes la hacen especialmente ágil en curvas cerradas, aunque pierde algo de estabilidad a grandes velocidades y se ve limitada por sus 130 mm de recorrido, que de facto se quedan en 120 mm por la limitaciÓn del Riot Link.

Una gran opción para gente que no necesite una enduro pura y tenga el tiempo de regular el DB Inline a su gusto, que seguro le dará muchas alegrías... 

GHOST Riot LT 10 LC
Precio: 6.499 €

Peso: 11,681 kg (sin pedales) / 150 mm/130 mm

CUADRO Material Carbono UHM/HM.
Tallas XS, S, M, L y XL.
Garantía 3 años.
SUSPENSIONES Horquilla RockShox Pike RCT3 Dual Air.
Amortiguador Cane Creek DB Inline.
TRANSMISIÓN Pedalier Race Face Next SL 1x11, con guiacadenas e-thirteen XCX.
Casete SRAM XX1, 10-42T.
Cadena SRAM XG1199.
Mandos de cambio SRAM XX1, pulsador.
Cambio SRAM XX1.
Desviador No.
RUEDAS Llantas Mavic Crossmax XL.
Bujes Mavic Crossmax XL, eje 15 mm delantero y 12 mm trasero, eje DT Swiss RWS.
COMPONENTES Neumáticos Schwalbe Hans Dampf 27,5 x 2,25, TR, Snake Skin.
Frenos SRAM X0.
Discos 180 mm delantero y 180 mm trasero.
Manillar Race Face Next , 725 mm.
Potencia Ghost AS-GH3, 60 mm.
Dirección Acros.
Tija de sillín RockShox Reverb, 125 mm.
Sillín Selle Italia SLR TT, raíles Titanium.
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