De todos los trastornos que podemos padecer mientras montamos en bici, el golpe de calor, conocido también por hipertermia, es uno de los más peligrosos para nuestra salud.
Además, también es de los más complicados de estabilizar una vez se manifiesta. Por ese motivo, creemos que es importante que conozcas en qué consiste y cómo tratarlo en caso de padecerlo o de tener que atender a algún compañero que lo sufra.
¿Qué es?
Podríamos decir en un lenguaje más o menos sencillo que el golpe de calor o hipertermia consiste en una situación de colapso de nuestro organismo.
Este colapso se produce cuando perdemos la capacidad de seguir disipando calor o el exceso de temperatura de nuestro cuerpo.
Esta capacidad resulta fundamental mientras realizamos ejercicio físico en ambientes calurosos. Hay que recordar que nuestro organismo necesita mantenerse a una temperatura estable de aproximadamente 37º para que todos los procesos fisiológicos se desarrollen con normalidad.
Para conseguirlo, disponemos de varios mecanismos, uno de ellos es la formación de sudor o la vasodilatación, por ejemplo.
40º, la cifra crítica
Cuando estos mecanismos que tenemos de termorregulación no consiguen mantener la temperatura corporal estable y esta llega o supera los 40º, es cuando llegamos a la hipertermia o golpe de calor.
Esta temperatura tan elevada afecta irremediablemente a los mecanismos de termorregulación, alterándolos y bloqueándolos en muchos casos.
De esta manera, la situación se vuelve crítica, pues nos aproximamos a temperaturas corporales que pueden ser incompatibles incluso con la vida, al mismo tiempo que perdemos la capacidad de termorregularnos y enfriarnos.
Por esa circunstancia, el golpe de calor reviste tanta grave. De hecho y lamentablemente, no es precisamente extraño que ocurran fallecimientos de ciclistas que se encontraban en situaciones de esfuerzo extenuante y/o ambiente muy caluroso.
Situaciones que por ejemplo, pueden producirse, como es lógico, con más incidencia en pruebas deportivas, carreras maratón de una o varias etapas y que discurren en zonas muy calurosas del planeta.
En cualquier caso, no podemos bajar la guardia y, aunque sea en nuestra zona habitual de entrenamientos o salidas, debemos tomar todas las precauciones posibles para reducir riesgos.
¿Afecta a todos por igual?
Del mismo modo que ocurre en el resto de la población, entre los bikers más sensibles a padecer un golpe de calor están los más jóvenes, los niños y adolescentes, quienes todavía no tienen desarrollados por completo algunos mecanismos de termorregulación.
Del mismo modo, los más mayores toleran peor el calor y, por tanto, tienen peor respuesta a pedalear con altas temperaturas. Especial atención, por tanto, si en vuestro grupo de salidas hay población o bikers de este tipo.
También hay que puntualizar que los que posean una mejor condición física suelen tener mejor capacidad de adaptación al calor, pues sus mecanismos de termorregulación están más desarrollados y, por tanto, optimizados para disipar el exceso de temperatura que provoca el ejercicio físico.
Es fácil de entender; como entrenan más, someten a sus mecanismos de regulación de temperatura a más horas de actividad. El resultado es que esos mecanismos están también más entrenados y son más eficientes que quienes entrenan menos y en consecuencia, son menos eficientes.
¿Puedes evitarlo?
Obviamente, la clave reside en evitar aquellas circunstancias que supongan exponernos a temperaturas muy elevadas, especialmente si tienes pensado hacer una ruta exigente o un entrenamiento de mucha intensidad.
Precisamente la combinación de estos dos factores, alta intensidad y temperatura elevada, resulta crítica, pues ambas provocan un aumento de nuestra temperatura corporal que nuestro organismo tiene que contrarrestar.
Bajo esta premisa, deberías adaptar tus salidas eligiendo recorridos con más sombra, evitando las horas centrales del día, utilizando ropa muy transpirable y, sobre todo, hidratándote a conciencia, pues de la hidratación depende también buena parte de tu capacidad de eliminar calor.
Bajar la temperatura, como sea
Si alguna vez te ves en una situación que se pueda parecer a un golpe de calor o tienes que asistir a algún biker de tu grupo que la padezca, hay una premisa principal que debes tener muy en cuenta y llevar a cabo: tratar de bajar la temperatura corporal como sea.
En este sentido, casi cualquier cosa vale, a tenor de la gravedad de un golpe de calor. De todos modos, lo más sensato y primero que debes hacer es dejar de pedalear y ponerte al resguardo del sol, en una zona con sombra.
Abanicarte o abanicar para enfriar la piel puede ser una buena opción. Cuando la piel recibe flujo de aire favorece la evaporación de sudor y por tanto a refrigerarnos y rebajar la temperatura corporal.
El mismo efecto de refrigeración o incluso superior puede conseguir el enfriar la piel vertiendo agua por encima, pero esta tiene que estar fresca, evidentemente.
Ingerir líquido fresco también es otra de las medidas que debes considerar para hidratarte o hidratar al afectado y hacer descender la temperatura.
Si existe la posibilidad, resulta ideal darse una ducha o sumergirse en una piscina (si dispone de una zona con sombra) para controlar de manera más efectiva la temperatura, aunque estos supuestos son poco probables cuando el golpe de calor te afecta en mitad de la montaña y lejos de cualquier núcleo de población.
Sea como fuere, presta atención a los posibles síntomas y no te tomes a la ligera algo tan serio como tu salud.
5 maneras de combatir un golpe de calor
Evita las horas centrales de sol
Es de lógica, pero en ocasiones por temas de organización u horarios, no nos queda más remedio que salir en bici en las horas centrales del día, cuando más calor hace. Debemos evitar por todos los medios salir a estas horas ante el inminente riesgo para nuestra salud
Busca recorridos con sombra
Planifica tu salida e intenta hacer un itinerario que esté protegido por el bosque o zonas que en todo caso tengan sombra. Eso te ayudará a controlar la temperatura corporal.
Bebe constantemente
Uno de los mecanismos de enfriamiento del cuerpo es mantenerlo bien hidratado y si el agua es fresca, todavía mejor para evitar el aumento de la temperatura. No dudes en usar mochila de hidratación en verano para tener más autonomía en tu hidratación.
Cúbrete con ropa
Aunque pueda parecer lo contrario, en ocasiones es mejor llevar la piel cubierta que no ir con ropa muy corta. Unos manguitos finos de color blanco, por ejemplo, son una buena opción al evitar un calentamiento de nuestra piel y el consiguiente aumento de la temperatura de nuestro cuerpo.
Para si sientes cansancio y mareos
A veces no escuchar nuestro cuerpo nos puede jugar una mala pasada. El cansancio y los mareos son un síntoma que indica deshidratación y principios de golpe de calor o hipertermia. Si te sientes de esa manera, debes parar inmediatamente y quedarte en un lugar con sombra, mientras que intentas refrescarte bebiendo y mojándote con agua.