En las carreras internacionales –élite y sub-23 masculino y femenino– los fija la UCI y cuando la prueba también contempla la categoría júnior lo fija la UCI. Es decir que puede haber una prueba de clase C1 que solo sea internacional para élite y sub-23 y no para júnior. En este caso, los júnior y el resto de las categorías pasarían a ser una prueba de carácter nacional y sería la RFEC la que regularía la distribución de los premios.
Al igual que el resto de los temas normativos, nacen a propuesta de la Comisión de BTT y luego la Comisión Delegada es la que los pone a debate y los aprueba.
En XCO se han estabilizado. Lo que se ha conseguido es que haya más pruebas internacionales en el Open, de forma que los importes son más altos. Una C2 distribuye 3.062 euros entre todos los corredores y una C1 6.066. En pruebas nacionales estábamos en los 1.400 y hemos pasado a los 1.700 euros. No vamos a olvidarnos de las dificultades económicas que tienen los organizadores para sacar las carreras adelante. Hay que buscar un baremo de premios equilibrado y que el organizador no pierda dinero. Lo que sí puedo avanzarte es que de cara a la próxima temporada tenemos la intención de que haya dos pruebas C1 en el Open de España y tres C2. Todas ellas serán internacionales. Existe el compromiso verbal.
El importe total es el mismo. Puede variar un poco en el DH, ya que se hace una distribución de premios scratch.
El problema a veces es que hay previstos premios en metálico para las diez primeras y en parrilla solo hay ocho. Este es el problema de la participación femenina, que hay menos corredoras que premios en ocasiones.
Ahora se deja a criterio del organizador la distribución de premios y, de momento, por la juventud de la especialidad y el propio espíritu de la competición en la mayoría de los casos no hay premios en metálico. El enduro le está comiendo terreno al DH, que está debilitado, tanto que los organizadores nos piden que la distribución de los premios sea a criterio del organizador, que no sea obligatorio.