El nombre Jawbreaker proviene del mecanismo rotatorio del cardán, que al abrirse se asemeja a una mandíbula. En el caso de este modelo, se gira la montura inferior para separarla de la superior y así poder cambiar la lente.
Además, las técnicas usadas para su creación como la tecnología Switchlock y Prizm permiten que las lentes se puedan cambiar de forma rápida y segura para adaptarse a cualquier entorno, además de mejorar la visibilidad de los ciclistas realzando el color en las zonas donde la visión es más sensible para que puedan detectar los cambios sutiles en la textura de las diferentes superficies.
Por su parte, Ryan Calilung, Director de Concept Development del departamento de I+D de Oakley, ha manifestado al respecto que «Jawbreaker restablece las expectativas que la gente tiene sobre las gafas de ciclismo». Calilung ha añadido que la clave de estas gafas es que al hacer el seguimiento de la mirada de un ciclsita y «descubrimos que no solo había partes de las lentes que la gente no miraba nunca, sino que había zonas de la montura a través de las cuales se intentaba mirar. Aquí vimos una oportunidad para mejorar con Jawbreaker».
En el siguiente vídeo podéis haceros una idea del diseño de estas gafas y del proceso que se ha utilizado para llevarlas a buen puerto: