Cuando decimos que John Finley Scott podría ser uno de los primeros inventores del mountain bike, nos referimos a que este personaje ya construyó una BTT, prácticamente con un concepto idéntico al que la concebimos ahora, nada menos que en 1953.
Apodada Woodsy, la bicicleta que John se construyó para poder acceder a sus queridas montañas de la Sierra californiana (por culpa de un maltrecho tobillo que le impedía caminar), la bicicleta en cuestión ya disponía de los elementos esenciales para calificarla como mountain bike, a saber: cuadro Schwinn Varsity con ruedas de 27,5” y neumáticos gordos de tacos, un cambio trasero Cyclo Benelux con cassette de 14-28, otro delantero de la marca Simplex que movía el triple plato de 52-49-30, y todo ello detenido por frenos relativamente potentes de tiro lateral.
Viendo la foto, no nos parece muy diferente de algunas mountain bike actuales pensadas más para la exploración que la competición, que es la idea que John Finley Scott tenía en la cabeza al diseñarla. En 1960, la actualizó ya con un cuadro hecho a medida por Jeff Butter, manteniendo las características del prototipo original.
Y también el primer inversor
John, que ejercía de profesor de Sociología en la Universidad de California, en Davis, fue también uno de los primeros inversores del mercado del mountain bike, ya que en 1979 decidió apostar por el proyecto de Gary Fisher, al comprarle a Tom Ritchey nada menos que 110 cuadros, para que Gary los pudiera ir vendiendo y pagando conforme salían al mercado. Estaba claro que John Finley Scott ya veía en el mountain bike un deporte con futuro y viabilidad económica. Tanto como para contribuir también con 10.000 dólares de la época en el negocio de Gary Fisher, llamado Mountainbikes, y que tuvo con ello el empuje necesario para el primer arranque desde prácticamente cero.
Desde luego fue una ayuda muy importante para poder comenzar a mover toda la maquinaria del deporte, que también necesitaba de una red de tiendas y productor para poder expandirse. Un verdadero adelantado a su tiempo, no solo en cuanto a la visión de cómo debía ser una bici para moverse por el monte , sino por el convencimiento de que el mountain bike tenía un futuro, y que había que invertir en él.
Desgraciadamente John Finley Scott desapareció misteriosamente en 2006 y poco después las pesquisas policiales permitieron descubrir que había sido asesinado en su casa de Davis, California, en circunstancias algo extrañas, por un empleado suyo que le estaba robando dinero mediante la falsificación de cheques.
RIP, y gracias, John.