LA HISTORIA DE ORBEA A TRAVÉS DE SUS LOGOS

LA HISTORIA DE ORBEA A TRAVÉS DE SUS LOGOS

A lo largo de tres siglos, el logo de Orbea ha evolucionado reflejando las necesidades de cada época y los valores que les definen: su vocación de innovación, el alma de fabricante que llevan dentro y la firme voluntad de testar sus diseños en las competiciones más importantes del mundo para ofrecerte las mejores bicicletas.

También ha servido para que se les reconociera al instante y te emocionaras en algunas de las victorias más icónicas que hanlogrado junto a nuestros atletas y equipos: la Vuelta de Perico en 1985, los triunfos de etapa en el Tour de Francia con Euskaltel Euskadi, el doble oro olímpico en Pekín, los Campeonatos del Mundo de Catharine Pendrel o los récords Ironman de Andrew Starykowicz.

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Cambio de Ciclo

Sus primeros logos, con las pistolas cruzadas al más puro estilo Western revelan cuál  era su primera actividad y quién la desarrollaba: los hermanos Orbea. Lógicamente, cuando entran en el sector de la bicicleta en los años 30 del pasado siglo, necesitában un nuevo identificativo que visualizara ese cambio de actividad. Esa es la importancia de sus siguientes logos, la palabra “Ciclos”.

Pero, como ocurría con otros logotipos de esa época –ver los de Ford, Fiat o Coca Cola-, eran más escudos de una fábrica que logos tal y como los concebieron hoy en día. Había que reducir el logotipo a lo esencial, la marca, y de ahí nace el siguiente de sus logos, estilo Opel. Un logo emblemático porque es el que acompañaba a la mítica caravana publicitaria que abría el paso de los ciclistas de la Vuelta a España en los años 50-60.

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A finales de los 60 Orbea vivió una grave crisis que les llevó a la suspensión de pagos en 1969: los trabajadores tomaron entonces las riendas de la empresa y lograron la supervivencia de la marca convirtiéndola en una cooperativa: un cambio de rumbo que, con distintas grafías, se refleja en en los logos que les identificaron durante la década de los 70.

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Aquellos logos de los años 80

Hubo un tiempo en el que los Departamentos de Marketing no dominaban el mundo, todo era un poco más “de andar por casa”. Por aquel entonces -según cuenta el director industrial de Orbea, Miguel Ángel Estandía-, su comercial en Francia, Ángel Soria, traía una vez al año un montón de carpetas bajo el brazo con diferentes propuestas de diseño que presentaba en Orbea. Sumando sus ideas a las que surgían en Mallabia, fuimos actualizando en aquella época la imagen de su marca.

La particular estética de los años 80 y 90 se refleja en sus siguientes tres logos. El primero de ellos es un tanto retro; el trazo del segundo es plenamente ochentero: ambos traen a la memoria la vuelta de Orbea a la alta competición con aquel Seat Orbea de Txomin Perurena (curiosamente su logo y el de Seat eran muy parecidos) en el que destacaron Perico Delgado, Marino Lejarreta o Peio Ruiz Cabestany.

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El tercero fue muy efímero, pero tiene su importancia: cuando los 80 tocaban a su fin, el boom de las bicicletas de MTB les impulsó a buscar un logotipo directamente unido a esta disciplina (la A se trasformó en una montaña y la O en una horquilla/suspensión). De hecho, fue uno de los primeros logos que llevó en su bici el mítico Orbea Racing Team: un equipo que dominó el MTB nacional en los 90 con Jokin Muxika y Roberto Lezaun, y el internacional en la pasada década con Julien Absalon, Iñaki Lejarreta y Jean-Christophe Péraud.

Sin embargo, en unos años en los que se comenzaba a vislumbrar su expansión a nivel internacional, era un logo “condenado a morir” por sus problemas de legibilidad para personas de habla no hispana que, si no conocían la marca “Orbea”, no identificaban –por ejemplo- la montaña con una A.

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Del mismo modo que estában dando un salto a nivel tecnológico con Orca y queríandarlo a nivel internacional, había llegado el momento de dar un salto para crear el logo con el que iban a dar el paso al siglo XXI.

Emblema de una transformación

Buscaban un símbolo más abierto e integral que fuera su seña de identidad: algo como  la manzana mordida de Apple o el “swoosh” de Nike.

Ese logo -la marca ‘Orbea’ en una nueva tipografía y coronada por una elipse- nació a mediados de los 90: su gestación, que señala el punto de inflexión en la trayectoria de Orbea, hay que buscarla en Iñigo Zabala (LKS Diara Design). Él nos ayudó a plasmar el espíritu innovador que se respiraba en su fábrica de Mallabia, para lo cual buscó inspiración en lo que mejor hacemos: las bicicletas.

Un aspecto importante a la hora de diseñar es el soporte. Había que buscar una grafía que funcionara sobre el cuadro, para hacerlo más visible en carreras como el Tour, la Vuelta o Giro, y en este sentido creo que dimos en el clavo: alargamos la tipografía y le aportamos dinamismo, consiguiendo mejorar sensiblemente su aplicación sobre los cuadros”, explica.

La tipografía y símbolo ideados por Iñigo eran eficaces y potentes; funcionaban de maravilla, tanto que los responsables de entonces no dudaron a la hora de seleccionarlo: “Si no recuerdo mal el gerente de entonces lo eligió en el pasillo, en un minuto”, recuerda entre risas.

La prueba de que funcionaba es que permaneció prácticamente intacto durante más de 15 años, y sólo se realizaron sutiles cambios en el color del símbolo y en la tipografía, en los que intervino un equipo de diseño americano. “Aligeraron los colores del logo y aportaron más dinamismo a la tipografía”, señala Iñigo.

Un emblema que permanecerá para siempre en su retina por ser el que lucían Samuel Sánchez y Julien Absalon en 2008 cuando lograron sus medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín.

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Un logo para la era global

Y si ese logo funcionaba: ¿por qué evolucionarlo? La principal razón es la aparición de nuevos soportes y la necesidad de contar con un logotipo que pudiera funcionar en todos ellos (algo nada sencillo): desde el perfil de la página de twitter hasta las grandes lonas de un evento como Orbea Monegros, pasando, por supuesto, por el tubo diagonal de la bicicleta. Un logo para la era global.

Así, en 2012 comenzaron el proyecto del nuevo logo, en el que les acompañó la agencia de publicidad Brandsmith y la agencia de diseño Tres Tipos Gráficos.

“Redibujamos el logo desde cero y mejoramos las proporciones, tipografía, inclinación, posición, etc. La idea era obtener la esencia de lo que de verdad era importante en el logo de Orbea: la solidez, la fuerza, el dinamismo y el movimiento, y aplicarla a un logo que fuera funcional en diferentes formatos”, explica Nicolás Reyners, diseñador de Tres Tipos Gráficos.

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En el anterior logo de Orbea había dos llamadas de atención claras. Por un lado estaba la O, que recordaba claramente a una rueda, y por otro la unión de la ‘e’ y ‘a’, que resalta esa idea de “ir hacia adelante”. Este último rasgo se ha mantenido y priorizado en la nueva versión. Sin embargo, “descartamos la O para tener una marca más global que no sólo habla de producto y eliminar un rasgo que competía en importancia con el otro. Ahora el logo tiene el mismo carácter y fuerza que antes, pero es más equilibrado, funcional y legible”, asegura Nico.

Por otro lado, y sin abandonar el color azul, que siguen usando en diferentes soportes, apostaron por el contraste del negro sobre blanco para que el logotipo ganara en potencia, rotundidad y atemporalidad.

Al acabar sabíamos que el logo era bueno, que serviría a Orbea para muchos años. Para un diseñador, el privilegio de trabajar en un proyecto como éste es parar un momento y darse cuenta de que ‘Ostras: lo que hemos hecho va a estar todos los días en contacto con usuarios de decenas de países; en bicicletas que van a rodar por todo el mundo’. Y eso te hace sentir muy orgulloso”.

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