Bicicletas antiguas, maillots de lana, bidones de aluminio, pedales de rastrales… todo ello forma parte del creciente fenómeno del ciclismo clásico.
En los últimos años proliferan, especialmente en Europa, las pruebas cicloturistas relacionadas con el ciclismo retro o clásico. Se trata de eventos en los que es obligado participar con bicicletas antiguas (modelos de 1987 o anteriores) y que tienen un marcado talante lúdico y no competitivo. Esta moda ha permitido que resurja un verdadero negocio de lo retro e incluso algunas marcas clásicas (Bianchi, Colnago…) han relanzado modelos réplica de esas bicis antiguas.
¿Cómo es una bici clásica?
Como decimos, para participar en este tipo de pruebas es necesario acudir con una bici que cumpla unas características concretas. En la web de la Pedals de Clip, por ejemplo, lo explican perfectamente: las bicis deben ser cuadros de aluminio, preferentemente anteriores a 1987 y que tengan manetas de cambio en el cuadro, cableado de frenos por encima del manillar y rastrales. Por supuesto, los desarrollos se alejan y mucho de los actuales y bondadosos compacts: el plato pequeño suele ser de 42-41 dientes y los casetes de seis u ocho coronas como mucho. La proliferación de estas pruebas y su carácter festivo han animado a muchos aficionados, no siempre los más veteranos, a rebuscar en sus garajes y rescatar y restaurar antiguos cuadros olvidados.
También hay marcas que ofrecen cuadros nuevos, pero que cumplen con esas características (el caso de la Bianchi Eroica), pero sobre todo se ha impulsado mucho el mercado de segunda mano. Algunas webs y talleres se han especializado en la restauración de bicis antiguas y es relativamente sencillo encontrar piezas de recambio de los años ochenta, setenta e incluso más antiguas. Los propios eventos sirven como punto de encuentro de los vendedores de estas piezas antiguas. Allí se pueden comprar tanto recambios como accesorios de época relacionados con el ciclismo.
La equipación del ciclista clásico
Además de una bici anterior a 1987, el participante en una prueba de ciclismo clásico debe ir equipado en consonancia. Los maillots de lana son probablemente la prenda más emblemática de estos eventos, aunque también podemos encontrar réplica en licra de maillots clásicos. Por supuesto, en Internet encontraremos una oferta enorme de maillots y culotes de época. La gorra es fundamental, un elemento que está muy de moda entre los aficionados y que es el símbolo de este ciclismo de las esencias. Lo más puntillosos adornan su vestimenta con zapatillas de piel y cordones, chichonera, guantes de piel y esparto e incluso con cámaras de repuesto amarradas a la espalda…
Las pruebas retro
Desde hace unos cinco años, en España se celebran varias marchas de ciclismo clásico. Incluso disponemos de una especie de challenge, Retroibérica, que aglutina seis de esas pruebas. Un circuito que incluye una de las más famosas: la pedal de Clip, en Sant Martí Sarroca (Barcelona). También contamos con una marcha que trata de ser la prueba principal de este tipo de ciclismo, la Eroica Hispania, que se celebra en Cenicero (La Rioja). Esta última toma el nombre y la franquicia de la marcha más antigua y popular entre los aficionados a las bicis antiguas, L’Eroica. La prueba de la Toscana italiana fue pionera en este tipo de eventos y se celebra desde 1997. Una buena muestra del éxito de esta modalidad de ciclismo es que cuenta con pruebas franquicias en lugares tan variopintos como Japón, Sudáfrica y California, entre otros muchos.
El carácter de las pruebas de ciclismo clásico sí que encajaría mayormente en el concepto cicloturista. En principio, son eventos en los que la celebración y el carácter lúdico priorizan ante el meramente deportivo. Las distancias rara vez sobrepasan los cien kilómetros y, por supuesto, no hay chip de cronometraje. La parada en los avituallamientos son casi obligadas, puesto que estos también se han adaptado a los tiempos pretéritos; nada de geles y barritas, encontraremos vino, pan rústico y embutidos para reponer fuerzas. Las rutas se diseñan también lo más alejadas posible de las carreteras y muchos kilómetros se trazan por caminos aún sin asfaltar.
De todos modos, esto no quiere decir que todas estas pruebas sean fáciles y asequibles. L’Eroica de Gaiola in Chianti es una marcha muy dura, que en su recorrido largo obliga a un gran esfuerzo. Nada menos que 209 km y 3.700 m de desnivel, que, con los desarrollos nada cómodos de estas bicis, se hacen muy exigentes. Eso sí, la organización de la prueba italiana ofrece tres recorridos más, de 46, 75, 115 y 135 km, respectivamente.
Más información:
http://www.eroicagaiole.it
http://www.eroicahispania.es/
http://retroiberica.com/