La sensación se llama Pogačar

La sensación se llama Pogačar

Tadej es la forma eslovena de Tadeo, el Judas bueno. De nombre bíblico, cara de niño y piernas de acero es la última joya del ciclismo, otro veinteañero más que empuja hacia el irremediable relevo generacional. Después de Carapaz (26), Bernal (22), Van der Poel (24), Van Aert (24) y Evenepoel (19), es el turno de una nueva figura. Y se ha destapado definitivamente en la Vuelta: la sensación se llama Pogačar y cumplirá 21 años el próximo 21 de septiembre.

Tadej Pogačar (Komenda, 1998) apunta al podio en su primera grande. El talentoso esloveno del UAE Emirates ya es tercero en la general y primero en la carrera por el maillot blanco, pero todavía debe pasar el examen de la dura y larga tercera semana de carrera. Con podio o sin él, no dejará la Vuelta de vacío: en el zurrón ya tiene dos victorias de etapa, en Els Cortals d’Encamp y en Los Machucos. Nadie tan joven había logrado un doblete en la gran ronda española.

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La juventud es atrevimiento y Pogačar suple su falta de experiencia con alegría. Desde el coche le dirige Joxean Fernández Matxin, veterano director español que lleva toda la vida moldeando jóvenes promesas y que no le frena: “Hay que dejarle disfrutar sin estrés ni presión. El objetivo es acabar lo mejor posible. Dos victorias de etapa es mucho más de lo que podíamos esperar, pero tiene algo que todavía no hemos visto: una capacidad de recuperación asombrosa”, desveló en declaraciones para Televisión Española.

El esloveno sorprendió en Andorra por su sangre fría. Ajeno a la batalla entre los favoritos, aprovechó los percances de Miguel Ángel López y Primož Roglič y también la estrategia del equipo Movistar, con el enfado de Marc Soler y la apuesta de Nairo Quintana por la general. Aceleró en los últimos kilómetros y la dupla del equipo telefónico ya no pudo seguir su rueda. Llegó en solitario y celebró su primer triunfo en una grande.

Pogačar confirmó su buen momento en la contrarreloj de Pau, ganó tiempo sobre todos sus rivales menos con el líder Roglič y se metió en la lucha por el podio. En Los Machucos no se escondió, respondió al ataque de Quintana, contraatacó y se llevó consigo al exsaltador de esquí. La alianza eslovena funcionó a la perfección, para uno la general, para el otro la etapa. Y, de paso, el veinteañero ya ocupa plaza de podio.

No entraba en las quinielas para ganar la Vuelta. Llegó como tapado. Los focos en su equipo estaban sobre Fabio Aru, una sombra de lo que fue. Ahora es el tiempo de los más jóvenes. Y el esloveno apuntaba a todo desde que en el 2018 ganó el Tour del Porvenir. En su primera temporada en un equipo World Tour ya había dejado muestras de su clase: en febrero conquistó la Volta ao Algarve y en mayo el Tour de California. La sensación se llama Pogačar.

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