Sin duda son una pieza más de los deportes de riesgo. Poca gente entiende una bajada de DH o una exhibición freestyle sin una de ellas. Y es que las cámaras on board están por todas partes. Tanto es así, que la evolución que han experimentado este tipo de artilugios ha sido tal que hoy en día, gracias al avance de la tecnología, las podemos usar prácticamente en cualquier lugar del cuerpo o de la bicicleta. De hecho, algunas de las mejores tomas que existen en la actualidad son gracias a esta modernas cámaras de vídeo. Incluso muchos de los riders que las usan les sirven para analizarse después tranquilamente en sus casas. Caídas, trazadas, saltos… un mundo de posibilidades.
Pues bien, la noticia ha saltado a la palestra. La UCI tiene intención de limitar su uso con el objetivo de salvaguardar la seguridad de los riders. Aunque estas cámaras y sus respectivos dispositivos están diseñadas para precisamente poder grabar de forma segura aquellos a lo que no llega un cámara convencional, la UCI está emperrada en regular su uso. Y parece que las primera medidas no se van hacer esperar.
De entrada, ahora sólo se podrán montar cámaras on board en las bicicletas. El cuerpo del rider de momento tendrá que quedar libre de todo dispositivo hasta que se tomen las medidas oportunas que garanticen la plena seguridad de este. Tampoco se podrán usar cámaras on board en el casco.
La UCI ha comunicado que en el futuro, mientras se estudia la situación, ni organizadores ni patrocinadores ni UCI serán responsables de un accidente causado por la cámara. Además, el fabricante de la cámara deberá tener un seguro que cubra los daños ocasionados a terceros y exima de ellos a la UCI.
Más adelante, las cámaras de los cascos se pondrán a prueba para garantizar su seguridad y que haya una serie de normas que deban cumplir todos por igual.
La UCI ha querido dejar muy claro que la llegada masiva de cámaras on board es un gran avance para el MTB, pero incluso así debe tener una regulación que deje muy claro cómo y dónde pueden usarse.
Veremos cuál es la reacción de marcas como GoPro o Sony que iniverten gran parte de su dinero en la creación, diseño y fabricación de estas cámaras subjetivas, así como la posterior difusión de sus vídeos a través de sus webs y canales de YouTube.