Las 5 reglas de oro para no lesionarse en mountain bike

Las 5 reglas de oro para no lesionarse en mountain bike

Aunque montar en bici no es de las actividades más lesivas, queremos compartir con vosotros las 5 reglas de oro para no lesionarse.

Solo es cuestión de prestar atención a algunas normas básicas que pueden evitarte más de un problema físico en bici.

A diferencia de deportes como el running u otros que implican carrera a pie, saltos y otro tipo de actividades con un impacto directo sobre nuestras articulaciones, el mountain bike no suele provocar demasiadas lesiones en quienes lo practican.

De todas formas, el riesgo cero nunca existe; de hecho, es habitual ver tanto en usuarios recién llegados a este deporte como en ciclistas muy experimentados algún tipo de lesión recurrente que, tomando las medidas oportunas, podríamos evitar o, cuanto menos, minimizar las consecuencias.

Son conductas sencillas que deberíamos tomar todos como normas, pero que en ocasiones las olvidamos o, simplemente, les restamos importancia.

En Solo Bici hemos querido recordar las que, desde el criterio de la salud, son las 5 reglas de oro para no lesionarse que deberían ser de obligado cumplimiento para cualquiera que quiera montar en bici y evitar las lesiones.

Son normas que, además, resultan igual de prácticas independientemente del nivel que tengas, desde el que compite y está más que experimentado en la bici de montaña hasta el que acaba de empezar y tiene un menor nivel de forma.

5 reglas de oro para no lesionarse

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Tu propia anatomía debería ser la primera fuente de información para saber qué bici comprarte o cómo ajustar la que ya tienes. Una potencia demasiado larga para una espalda poco flexible, un sillín demasiado alto que nos obliga a balancear la cadera al pedalear o una bici rígida poco absorbente que nos sobrecarga nuestras contracturadas cervicales son claros ejemplos de bicis que no se adaptan a nuestras necesidades y que, por tanto, pueden lesionarnos de manera severa. La experiencia, el sentido común y la objetividad de un buen análisis biomecánico son tus mejores aliados para que la bici no te dañe.

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Está sobradamente demostrado que una musculatura fuerte, que no tiene por qué ser voluminosa, y unos tendones reforzados reducen espectacularmente el riesgo de padecer lesiones como las sobrecargas musculares o las tendinitis. En un deporte en el que muchas lesiones se producen por sobresolicitación, por movimientos que se repiten en miles de ocasiones en una misma salida, como es el pedaleo, tener una musculatura resistente y fuerte es fundamental. Tampoco podemos olvidar la conocida función de faja que algunos músculos ejercen sobre articulaciones como las rodillas, en las que un músculo tonificado reduce la tensión y obliga a elementos como la rótula a trabajar de manera anatómicamente alineada. Haz trabajo de tonificación en el gimnasio o en tu casa.

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Es una norma de lo más básica y elemental, pero, en ocasiones, con las prisas, se nos olvida. Nuestro organismo y nuestro sistema muscular y óseo funciona de manera óptima a una determinada temperatura, cuando hacemos ejercicio. Alcanzar esa temperatura muscular, por ejemplo, requiere de un tiempo mínimo de ejercicio suave y progresivo. No respetarlo no solo limita nuestra capacidad de rendimiento, sino que puede darnos alguna sorpresa en forma de lesión muscular.

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Un sillín que con los kilómetros ha perdido su capacidad de absorción, unas zapatillas cuya plantilla se ha deformado y no ofrece un apoyo adecuado en el pie, unos puños poco absorbentes o unas gafas con escasa protección frente a rayos ultravioletas son aspectos que podemos dejar pasar por alto y que a la larga nos producen lesiones de diferente consideración. Aunque te pueda parece obvio, revisa siempre el estado de tus accesorios y el nivel de protección que te ofrecen. Evitarás sorpresas.

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Hay ciertas conductas que, aunque seas un deportista amateur, te van a ayudar a realizar tu actividad deportiva de manera más saludable. Suena a tópico, pero respetar un mínimo de 7 horas de sueño al día y llevar una alimentación variada y equilibrada, por ejemplo, pueden evitar que tengas problemas de calambres musculares, de deshidratación, sobreentrenamiento, también de tendinitis o cualquier otro trastorno inflamatorio o incluso algunos procesos de crisis inmunológica o lo que más popularmente se conoce por una disminución de las defensas.

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