Uno de los colectivos básicos para el buen funcionamiento de la GAES Titan Desert by Garmin son sin duda los mecánicos. Su labor empieza durante las semanas previas al evento recibiendo, revisando y empaquetando bicis y se prolonga en largas jornadas, hasta un día después de la sexta y última etapa de la prueba.
Varias son las tiendas y empresas que ofrecen sus servicios mecánicos a todos los participantes de la Titan. Pocos saben sin embargo, que su misión además de reparar bicicletas, va un poco más allá ejerciendo incluso funciones didácticas con los participantes, a quienes aconsejan, recomiendan e incluso imparten charlas sobre cómo deben equipar sus bicis para la prueba. Consejos sobre el material más adecuado a la orografía del desierto, el tipo de neumáticos, la configuración de las suspensiones, la combinación de desarrollos, etc. Esta labor obviamente, la llevan a cabo con los participantes más noveles de la Titan Desert.
Como para todo el mundo, la Titan particular de los mecánicos comienza con el viaje que les lleva hasta Marruecos. A diferencia de lo que ocurre con los corredores, la mayoría de ellos viajan desde España hasta el país africano en furgoneta, transportando todo el material de taller. Un desplazamiento que puede prolongarse hasta tres días incluyendo la travesía del Mediterráneo en ferry.. Su llegada al lugar del inicio de la prueba se produce tres jornadas antes del arranque de la prueba. Si la primera etapa de la Titan Desert se lleva a cabo en un domingo por ejemplo, los mecánicos llegan al campamento normalmente el jueves, de esta manera tienen tiempo suficiente para comenzar a trabajar con las bicicletas de los participantes desempaquetándolas, más de 600 bicicletas, ajustándolas y solventando cualquier pequeña avería antes del inicio de la prueba.
En el mismo momento que los mecánicos tienen acceso a las primeras bicis, comienza una vorágine laboral para que todas ellas queden perfectamente montadas y ajustadas. El objetivo es que todas esas bicis queden listas para que el sábado, el día previo al inicio de la Titan y jornada en la que llegan ya los corredores, estos puedan ya probar sus máquinas, tener un primer contacto con el recorrido y obviamente, comprueben que todo funciona a la perfección.
La jornada habitual de un mecánico da inicio a las 6AM. No hay tiempo para desayunar, así que nada más levantarse, acuden a sus respectivas carpas de trabajo para entregar las bicis que tuvieron que ser reparadas el día anterior o atender problemas, por ejemplo, de última hora antes del inicio de la etapa. Hasta que ésta no arranca, las consultas y peticiones más comunes de los corredores suelen ser la revisión de presiones o engrase de la transmisión.
Una vez la carrera está en marcha, llega el único momento de relax para los mecánicos, que disponen de un cierto tiempo libre para desayunar, salir a correr quien quiera estar un poco en forma, leer o simplemente relajarse.
Un poco antes de la llegada de los primeros corredores, que suele producirse aproximadamente sobre las 12 del mediodía, los mecánicos retoman de nuevo su frenética actividad poniendo a punto los boxxes para recibir las primeras bicis y poniendo en orden herramientas y material que deberán comenzar a usar en unos minutos.
Con un ratio de unas 15 bicicletas por mecánico y día, los problemas más comunes con los que suelen encontrarse son cambios desajustados, ruidos en la bici de diferente naturaleza, pinchazos o cubiertas rajadas y frenos que requieren un cambio inmediato de pastillas.
A modo de anécdota, algún mecánico nos cometa que, aunque parezca mentira, llegan bicicletas sin repasar al inicio de la carrera. En concreto, antes de iniciar edición de este 2018 se tuvieron que sangrar frenos, reparar rodamientos, sustituir una rueda trasera con el núcleo bloqueado o cambiar cadenas que llegaban con un desgaste severo. Y es que el estado de algunas (muy pocas afortunadamente) bicicletas justo antes de comenzar a disputar la Titan es deplorable y revelan el nulo mantenimiento que algunos usuarios hacen de su bici de manera cotidiana.
La última etapa de la Titan Desert es otro de esos días de máximo estrés para los mecánicos de la prueba. El motivo es que en una sola jornada deben recibir las bicis por parte de los corredores y volver a meterlas en cajas antes de su "repatriación" a España.
Sin embargo, la Titan no acaba aquí para ellos. En la mayoría de los casos y como hemos comentado al inicio de este relato, hay que regresar a España en furgoneta, esta vez, con sueño y cansancio acumulado durante seis intensos días de carrera en el desierto. Sirva por tanto, este artículo como reconocimiento a la labor de estos auténticos ángeles de la guarda de la Titan, que velan porque todos los participantes disfruten al máximo con sus bicicletas de la aventura en el desierto.
Fotos: David Ledesma