Test: MMR Zen 10, maestra del aluminio

Test: MMR Zen 10, maestra del aluminio

Probando la MMR Zen 10 hemos regresado a la esencia del Cross Country, sin etiquetas, modas o experimentos. Una bicicleta de aluminio de espectaculares acabados, cifras de peso muy destacadas y detalles propios de modelos superiores. Toda una maestra del aluminio.

La gama actual MMR Zen es ejemplo que cómo el aluminio puede ser un material de cuadro potente orientado hacia al rendimiento, como una alternativa económica para todos aquellos bikers que salgan habitualmente con su bicicleta, entrenen con seriedad e incluso compitan puntualmente.

En varias ocasiones hemos analizado la conveniencia de elegir entre una MTB de carbono con componentes algo más modestos, o una de aluminio con un montaje de mayor calidad. Dos tipos de bicicleta de precios similares, pero funcionamiento y detalles diferentes.

Con esta renovada gama MMR Zen, la marca asturiana quiere mover la balanza hacia la aleación de aluminio, con un trabajo al detalle de los tubos y sus uniones como principal reclamo, junto a una selección de componentes muy cuidada y de calidad.

MMR Zen 10 2022: cuadro de aluminio con estética de carbono

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Situada entre la Rakish de competición en carbono, y las más sencillas Woki y Kuma, la MMR Zen ofrece tres montajes diferentes con cuadro de aluminio de alta calidad entre 1.575 y 1.850 €.

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Su primer gran reclamo es precisamente su montura o cuadro. Destacan las uniones y soldaduras pulidas y sin marcas de la pipa de la dirección y el tubo del sillín con el tubo diagonal y los tirantes. Pero este tratamiento de la aleación de aluminio 6061 con triple conificado no se repite en las soldaduras inferiores. En el eje pedalier o en las vainas son más toscas y convencionales. No obstante, siempre éstas serán menos visibles en una primera vista. Aunque se podrían haber mejorado para completar un conjunto ya de por sí muy bueno.

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La Zen se inspira en la Rakish en el apartado de diseño, aunque con sus propias particularidades. Es un modelo de rígida centrado en un biker aficionado, pero de cierto nivel, que rinda con solvencia en todo tipo de terrenos.

Por ello opta por un esquema equilibrado y todoterreno, donde el manejo sea controlado y preciso en los senderos y la posición de escalada sea cómoda ye efectiva. El ángulo de dirección es de 69,5º, mientras que el del tubo del sillín llega a los 74,2º. En cuanto al tren trasero, es bastante grande si lo comparamos con una rígida de última generación, debido a sus vainas de 445 mm.

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Esto concede estabilidad en los giros y tramos técnicos, pero no se nota mayor lentitud en arrancadas, al ponerse de pie para subir. El perfil de tubo de poco grosor y el buen trabajo del aluminio tiene mucho que ver en esto.

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Me ha gustado el montaje de esta Zen. La marca va a lo seguro con piezas de calidad de gran resistencia, que rinden como pocas. Y muchas de ellas justifican el precio final de la bicicleta, si tenemos en cuenta la situación actual del mercado con el alza generalizado de los precios.

Destaca su grupo de transmisión SRAM GX Eagle 1x12, montado con plato de 34 dientes y cassette XG-1275 10-52D. Ojalá más grupos montados al completo de serie con sus propios componentes como éste, y menos con cassettes, platos o cadenas de gamas más bajas.

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Las ruedas y neumáticos son otro punto fuerte del montaje. Modelo de llanta y bujes Mavic Crossmax 29” de 25 mm de ancho de gran rigidez y ligereza y compatibilidad Tubeless, acompañadas por unas cubiertas Hutchinson Cobra TR de 2.10”. Son finas y de taqueado rodador. Quizás no las más adherentes de XC para tramos técnicos. Pero la Zen 10 no es una bici para tirarse por sistema por cortados y trialeras. Pide pisteo, senderos limpios y divertidos, terreno rompepiernas y subidas explosivas. Por ello es mejor optar por este tipo de cubierta, que no lastre y tenga un agarre solvente.

En cuanto a la horquilla, la RockShox Judy Silver es ligera, fiable y correcta para XC, con 100 mm y un intuitivo mando remoto de bloqueo One Loc. No obstante, a la hora de absorber el terreno es algo incómoda y descontrolada. Le falta también progresividad. En este nivel de precio y para un biker que se va a fijar en la Zen 10, escalar hacia una Reba RL sería toda una concesión de absorción y estabilidad. O incluso una Fox Rhythm con barras de 32 mm.

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Por último, no hay que olvidar la selección de periféricos, donde MMR acierta de lleno con la serie en aluminio premium Richey Comp y los frenos. Unos SRAM Level con discos de 160 mm en ambos ejes. Suficientes para el uso y terreno al que iba a llevar a prueba esta rígida.

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Con esta atractiva carta de presentación, me dispongo a devorar los senderos más Rally que conozco. Comienzo probando la Zen 10 en un circuito con subidas explosivas y bajadas rápidas con algún tramo de piedras. La bici es diversión y agilidad, con una aceleración brutal, recordándome a modelos de carbono de primer precio, o incluso superándolas.

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Subiendo es una bala. Puro rendimiento en escalada. No hecho de menos un cuadro con fibra. Por momentos incluso me olvido que es una MTB de aluminio. El cambio, aunque algo duro y tosco, me sirve perfectamente para adaptarme a los cambios de ritmo vertiginosos, tan frecuentes del XC. O también en las rutas de Maratón. Y con el desarrollo elegido superé todo tipo de rampas. Aunque en las más empinadas me costó mantener el equilibrio. Pero no a causa del plato de 34 dientes, sino por las cubiertas tan finas. Realmente hay que poner todo nuestro empeño y habilidades en esta situación.

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La Zen no es una bici para iniciarse en el MTB, por detalles como este último. Sube un escalón en cuanto a exigencia y hará falta un biker de cierto nivel, en forma y con años de experiencia para extraer todo su potencial. Requiere un manejo algo depurado y preciso en bajadas, senderos rápidos, cambios bruscos de terreno. Si cumples con todos estos requisitos, sin duda será tu bicicleta ideal.

LO MEJOR

  • Acabados del cuadro. Soldaduras invisibles en las uniones superiores.
  • Ligera y ágil. Puro XC.

LO PEOR

  • Elección de la horquilla. Buen bloqueo, pero faltó absorción y progresividad.
  • Realizar el mismo tratamiento de soldaduras invisibles en pedalier o vainas habría rematado un cuadro ya de por sí bueno y atractivo.
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Peso: 11,62 kg en talla M

Precio: 1.799 €

Cuadro

Material: aluminio 6061 hidroformado y doble conificado.

Talla: M (también disponible en S, L y XL).

Colores: gris/negro y azul/negro.

Suspensión

Horquilla: RockShox Judy Silver Air 15 Boost 100 mm One Loc Remote / barras 30 mm.

Transmisión y frenos

Pulsador: SRAM GX Eagle 12 v.

Bielas: SRAM X1 Dub aluminio 175 mm

Cambio: SRAM GX Eagle 12 v.

Cadena: SRAM Eagle 1210 12 v.

Cassette: SRAM GX Eagle XG-1275 12 v 10-52.

Frenos: SRAM Level 160 / 160 mm.

Ruedas

Llantas: Mavic Crossmax 29” Tubeless 25 mm

Neumáticos: Del: Hutchinson Cobra TR 29x2.10” / Tras: Hutchinson Cobra TR 29x2.10”.

Periféricos

Manillar: Ritchey Comp 2x Dual Position Alu 9º Sweep/ 720 mm.

Puños: MMR Double Density Ultragrip.

Potencia: Ritchey Comp 4Axis Alu 70 mm

Dirección: Ritchey Logic Press Fit Tapered 1.5

Tija: Ritchey Comp Zero Double Fix 31.6 mm Alu

Sillín: Selle Italia Model X

Más información: mmrbikes.com

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