Casi 1.000 ciclistas aficionados se han dado cita para disfrutar de la segunda edición de la Mussara Donostia – San Sebastián, una marcha cicloturista con sabor a clásica.
La Mussara Donostia – San Sebastián comienza a abrirse hueco en el calendario cicloturista anual gracias a su propuesta de marcha joven, moderna y accesible. Sin embargo, desde la organización también han cuidado la tradición ciclista inherente al País Vasco, cuna del nacimiento y auge de la bicicleta en España.
Así, ayer, con salida y meta en la capital guipuzcoana, se celebró la segunda edición de la Mussara Donostia – San Sebastián con una participación de 900 ciclistas que pudieron disfrutar de un recorrido variado, aunque exigente. Por delante, 148 km y un ascendido acumulado de 2.840 metros, incluyendo cimas míticas de la zona como Basakabi, Uitzi, Alkiza o Andazarrate. El pelotón ha cruzado también localidades históricas para el ciclismo nacional, tales como Hernani, Lekunberri o Tolosa, hasta cruzar el arco final, situado frente al legendario velódromo de Anoeta.
Entre los 900 apasionados de la bicicleta, destacaba un participante que ha ocupado la primera línea en la salida de la marcha, el ciclista local Haimar Zubeldia, quien se ha involucrado en la celebración de esta cita.
Cierre exitoso
Como es habitual en las marchas bajo el sello Mussara, la prueba se ha cerrado con servicio de fisioterapia y recuperación física, así como la ya popular pasta party, sirviendo además como punto de encuentro y charlas entre ciclistas.
Con la celebración de forma consecutiva de la Mussara 24h y de la Mussara Donostia – San Sebastián se cierra el calendario de eventos Mussara esta temporada con un rotundo éxito que comenzó con la prueba ‘madre’, la Mussara Reus y continuó con el evento de gravel, Mussara Hunting Dogs. Cuatro citas con una fuerte personalidad que ya han cautivado los corazones de miles de cicloturistas y que prometen seguir creciendo de cara a 2024.