Después de 3 años viendo prototipos en la Feria de Eurobike, y después de 4 versiones en su desarrollo, ya tenemos aquí la nueva e-bike full suspension de Orbea: la Wild FS.
Y es que su concepto y sus cambios han sido importantes hasta llegar al modelo definitivo, que es el que se quería en la marca de Mallabia, sin duda, la mejor posible que podrían fabricar hasta la fecha. Y no decepciona, muy al contrario.
Como no podría ser de otra manera en los tiempos que corren por Orbea, con los últimos años muy centrados en un completo estudio de las necesidades del mercado y de desarrollo de sus productos, el Advanced Dynamics les ha ayudado a fabricar un cuadro muy pensado en todos los sentidos: en necesidades tecnológicas, necesidades del bikes, con las mejores tecnologías... De esta manera, se ha construido un cuadro que optimiza las características de su suspensión con una cinemática para una gama amplísima de condiciones.
Con 140 mm de recorrido delantero y trasero, el enfoque de la Wild FS es para los que quieren una e-bike todo uso, eso sí, disfrutona.
El cuadro está fabricado en aluminio AL7000 hidroformado, ligero y resistente, con una estructura conificada disponiendo de más grueso justo donde hace falta para no comprometer su buen funcionamiento y vida útil del cuadro. Los ingenieros de Orbea, con Jon Gantxegui al frente, lo fabricaron pensando en ser compatible con ruedas 27"+ y 29", eso sí, con las adaptaciones pertinentes (incluso en el caso del setting del motor) según el tamaño correspondiente.
Para garantizar la rigidez adecuada del cuadro, además del conificado específico del aluminio, se han montado ejes Boost en ambas ruedas. También para la durabilidad del cuadro se le ha montado una paca metálica que protege el motor. Y lógicamente, los rodamientos del sistema de suspensión son sellados de alta calidad, para garantizar la durabilidad y la sensibilidad en su funcionamiento.
Este es el nombre que le han querido dar desde la marca para diferenciar la elección de su batería interna e integrada en el cuadro. Lógicamente, es extraíble y se ha optado por la batería interna de reducido tamaño sin afectar a la autonomía del sistema. La batería integrada se adapta sin problemas a las formas del cuadro para dar mayor protección y una elegante apariencia. El acceso a la batería es sin necesidad de herramientas, con un puerto de carga blindado con caucho de alta protección.
El motor es el Shimano E8000, el más ligero y compacto del mercado, que utiliza un plato estándar. El volumen del motor E8000 permite optimizar la geometría y la cinemática del sistema tal como han querido desde un primer momento en Orbea. Para encenderlo y apagarlo se ha dispuesto de un acceso externo con el botón de encendido de la batería, y además, cuenta con un indicador de estado.
La pantalla es compacta y se ajusta fácilmente a los demás mandos del manillar. La pantalla a color es compatible con los sistemas bluetooth y ANT+.
La geometría está pensada de inicio para la Orbea Wild FS. Destaca por su corto tubo superior, de 562 mm en talla M, que aparentemente podría parecer el de una bici poco deportiva a tenor de las tendencias actuales del mercado. Pero todo esta pensado para ello.
Sus vainas son de 450 mm y la distancia entre ejes es de 1147 mm. Para los ángulos se ha optado por unos interesantes 67º en la dirección y de 74º en el tubo de sillín.
En el apartado de los componentes, en todos los modelos de la gama, que son 8 (4 con ruedas de 29" y 4 con 27,5"), son específicos para e-bikes: horquilla específicas, potencias de 35 mm y manillares amplios, rueda robustas y diámetros de disco generosos, neumáticos con carcasa reforzada de 2.4" en 29" y de 2.8" en 27,5", sillines más confortables... En definitiva, ideales.
La primera toma de contacto que tuvimos, aunque corta, fue suficiente para darnos cuentas de muchas cosas, y la más importante, que siendo corta de tubo superior, está pensada para ello. Lo hablamos mucho con Jon, el creador de la bestia y nos dio unos buenos argumentos. Al ser bicis más pesadas, mucho más que una no eléctrica, la estabilidad queda totalmente compensada y al ser cortas, las controlamos mejor que cualquier otra e-bike que hemos probado. Esto también hace que ante subida muy empinadas, tengamos que conocerla y controlarla más, ya que si llevas un modo más fuerte de lo que deberías se te puede descontrolar. Una cosa va por la otra. De todas maneras, ya estamos esperando de poderla probar en casa, en nuestras ruta habituales, para comprobar mejor sus virtudes y defectos, si es que los hay.
Lo que nos encantó es su placa metálica protectora ya que recibimos algún impacto serio en la zona, en la caja de pedalier, y la verdad es que dimos gracias a ella. Siempre duele cuando le das un fuerte impacto, y si lleva una protección tan adecuada como la Wild FS, mucho mejor ya que te quedas más tranquilo.
Fotos de acción: Gonzalo Manera