La lluvia, el frío y sobre todo el fuerte viento cambiaron radicalmente el panorama de una carrera que muchos tradicionalmente suele acabar al esprín tal y como demuestra su palmarés. Sin duda, la Gante-Welvegem es la mejor carrera de lo que llevamos de año, una sensación que se refuerza gracias a la cuidada y respetuosa retransmisión de Sporza –que quizás por primera vez pudimos ver en España a través de Teledeporte–. La clásica cambió radicalmente a falta de más de sesenta kilómetros para meta. Entocnes se formó un septeto de escapados tras un ataque en el llano de StijinVandenberg (Ettix) al que se sumaron progresivamente: Geraint Thomas (Sky), Jean Debusschere (Lotto), Sep Vanmacke (Jumbo), Daniel Oss (BMC), Luca Paolini (Katusha) y Niki Tepstra (Etixx).

Todos ellos perseguían al héroe de la jornada, Jurgen Roelandts (Lotto), quien había saltado unos kilómetros antes y rodó en solitario durante casi tres horas enfrentándose al fuerte viento de costado y manteniendo el pulso a los seis que le perseguían. Roelandts fue alcanzado a unos 15 km de meta, y apenas pudo aguantar el ritmo del grupo cuando lo atraparon, aún así esta edición de la Gante-Welvegem será recordada también por su valiente cabalgada. Los ánimos de los aficionados en medio de ese panorama mojado y frío –gritando «¡Jurgen, Jurgen!»– sobrecogían incluso al espectador televisivo.
Por detrás de Roelandst y de sus perseguidores, lo que podríamos denominar el pelotón se quedó sin opciones y con ilustres cómo Kristoff, Sagan, Greipel. Chavanel y Demaré, entre otros. Incapaces de entenderse entre ellos, dimitieron de la carrera a falta de unos 50 km. Antes de esto, la clásica estuvo cerca de neutralizarse e incluso suspenderse ante las reclamaciones de algunos equipos debido al mal tiempo (entre otros, Bradley Wiggins abandonó en el primer tramo de la carrera). La organización impuso el recorrido: largo, bastante llano y salpicado por algunos tramos adoquinados y unos poco «muros». También hubo caídas que, sobre todo en la primera parte de la prueba, dejaron fuera de combate a importantes ‘outsiders’ como Boason Hagen y Steegmans.
Luca Paolini (38 años) resolvió la carrera en el larguísimo tramo recto que encara la entrada a Gante. A falta de unos 4 km, y con los todos los corredores muy tocados, atacó el italiano creando la confusión entre sus perseguidores. Se dio entonces una circunstancia bien curiosa, Vandenbergh marca el ritmo mirando hacia atrás, se supone que a su compañero Tepstra, como invitándole a atacar. El gesto no era nada disimulado, así que todos miraban a Tepstra y este se vio obligado al demarraje. Lo intentó en varias ocasiones, hasta que en una de ellas se marchó junto con Geraint Thomas, aunque ya era tarde para acosar a un Luca Paolini que tuvo varios segundos para festejar “la mejor victoria de mi carrera”.