Participamos en la Maratona de los Dolomitas, la reina de las cicloturistas

Participamos en la Maratona de los Dolomitas, la reina de las cicloturistas

La marcha cicloturista más popular de los macizos dolomíticos es un desafío que lleva al límite nuestro físico, pero también nuestros sentidos, con una belleza paisajística difícilmente superable. La Maratona de los Dolomitas es una marcha que todo ciclista debería recorrer al menos una vez en su vida y nosotros hemos participado en la 36ª edición para contarlo desde dentro.

No es la más dura, la más larga ni, quizá, la más multitudinaria. Pero la suma de todos los elementos que rodean a la Maratona de los Dolomitas conforman la que es, sin duda, la mejor marcha cicloturista del mundo. Un desafío físico extremo que en Italia se vive desde hace 36 ediciones como un evento de gran expectación y se concibe como una competición más, a pesar de tratarse de una marcha amateur.

Si no nos crees, basta con recordar que se registran los tiempos, se establecen clasificaciones y premios por categorías e incluso se retransmite en directo a través de la RAI en un programa de más de cinco horas, con invitados de excepción y un helicóptero constantemente volando para seguir la cabeza de carrera.

Maratona de los Dolomitas

Pero, ¿qué es la Maratona de los Dolomitas? Si atendemos a sus cifras, sobre el papel asustan. Se trata de un recorrido de 138 kilómetros que acumula un desnivel positivo de nada menos que 4.200 metros repartidos en nueve de las cotas más míticas que se erigen sobre los Dolomitas, los macizos montañosos ubicados en los Alpes italianos orientales.

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Una marcha multitudinaria que, sin embargo, debe limitar su participación a 8.000 ciclistas cada año, puesto que reciben anualmente más de 30.000 solicitudes de todo el mundo que han de sortear previamente. Desde Solo Bici llevábamos tiempo preguntándonos qué mueve a tanta gente a desplazarse hasta Corvara, pagar una inscripción muy costosa y organizar la logística para llegar al corazón de los Dolomitas y enfrentarse a un recorrido tan exigente. Al volver a casa no sólo tenemos la respuesta, sino que sólo pensamos en cuándo volver. Hemos completado la Maratona de los Dolomitas y te contamos cómo ha sido nuestra experiencia.

Visita de muchos quilates

Hemos formado parte de un equipo organizado de medios especializados de diferentes partes del mundo donde se nos ha brindado la oportunidad de participar en la Maratona, pero también de disfrutar de otras actividades. Una vez aterrizados en el Aeropuerto Marco Polo – Venecia, tuvimos el privilegio de realizar una visita guiada al cuartel general de Pinarello, ubicado en Treviso.

 

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Es una experiencia muy recomendable, puesto que disponen de un showroom, denominado Bottega, abierto para ‘los fans’ de la marca. Ellos lo llaman showroom, pero es un museo para cualquier aficionado al ciclismo. Entre esta nave y las instalaciones donde pintan, ensamblan, pulen y procesan los cuadros de altísima gama de la mítica firma transalpina, descubrimos algunas de las bicicletas que han marcado por derecho propio la historia del ciclismo. Desde varias unidades de la mítica Espada de Induráin (hay 9 en todo el mundo), hasta modelos firmados de Chris Froome, Alejandro Valverde, Bradley Wiggins, Jan Ulrich o Pedro Delgado.

En una visita privada, no abierta al público, pudimos comprobar el mimo artesanal con el que tratan a sus cuadros, la enorme cantidad de mano de obra que trabaja en esta sede y nos dimos cuenta de cuán equivocados están aquellos que opinan que todas las bicis son iguales “porque vienen del mismo sitio”.

De nuestra visita nos trajimos una espectacular Pinarello F, la versión gran fondo de la Dogma F, con la que participamos en la Maratona de los Dolomitas y que se destapó como una montura perfecta para la ocasión. Rápida, cómoda y, aunque no especialmente ligera, muy manejable en todos los terrenos.

¿Una marcha cara?

Y, ahora sí, nos adentramos en terreno montañoso. La Maratona de los Dolomitas se celebra en la localidad de Corvara. La salida no es exactamente en el mismo lugar, sino a unos cuatro kilómetros, en La Villa, pero es necesaria la carretera que conecta ambas localidades para dar cabida a todo el pelotón que forma la marcha antes del inicio.

Maratona de los Dolomitas

Corvara se encuentra en la región de Alta Badia y desde cualquier aeropuerto se necesitan al menos 3 horas en coche incluyendo un par de ellas entre sus sinuosas curvas y carreteras hasta llegar. Una vez aquí, podrás contemplar (o no, porque el clima nublado es muy habitual) las características moles dolomíticas que atraen cada año a miles de turistas no solo aficionados al ciclismo, sino también al senderismo, la escalada, el kayak u otras actividades outdoor y deportes de invierno.

El día previo se celebra un village con decenas de stands donde los patrocinadores aprovechan para mostrar sus productos, pero también es una divertida feria de ciclismo con actividades, sorteos, food trucks, etc.

Cabe destacar que la Maratona de los Dolomitas es una marcha cara. O, al menos, de un importe elevado (150 € más 2€ de inscripción al sorteo). Porque, a nuestro juicio, que sea caro o no depende de los servicios que ofrezca, y en este caso se aprecia (y mucho) el dinero invertido y el retorno en el participante. Solo en la bolsa del corredor se incluye un maillot y un chaleco de invierno Castelli.

Maratona de los Dolomitas

Además, todo el recorrido, incluyendo el de las otras dos opciones de distancia, está completamente cerrado al tráfico. Los avituallamientos son copiosos, el número de voluntarios supera el millar y al término de la marcha disfrutamos de una deliciosa comida italiana con primer y segundo plato. Además, algo que no habíamos visto nunca, al típico paquete fotográfico de pago, se incluye un vídeo personalizado gratuito con el paso por las cimas más míticas de cada participante. Extraordinario.

Primeros passos

Llega el día D. La Maratona de los Dolomitas se celebra cada primer domingo de julio y hay que madrugar, mucho. La salida es a las 6:30 pero se recomienda estar en la formación de salida en torno a una hora antes. Globos aerostáticos, megafonía, música, desfile de profesionales (nos cruzamos con Nibali, entre otros), son algunos de los alicientes que suavizan el madrugón y el frío de estos primeros rayos de sol.

Maratona de los Dolomitas
Fausto Pinarello y Vincenzo Nibali, en la línea de salida.

Pistoletazo de salida y no tardan en llegar como flechas los participantes que disputan la general. Ya hemos advertido que esta marcha, como la mayoría en Italia, se concibe como una competición, y desde la organización se realizan controles antidoping aleatorios e incluso controles de dopaje mecánico a las bicicletas.

Rápidamente descubrimos cómo es posible acumular tanto desnivel en tan poca distancia. Solo unos kilómetros después de comenzar a pedalear ya nos encontramos en la primera gran ascensión de las 9 que nos esperan, Campolongo. Es, de hecho, una subida relativamente suave que sirve para entrar en calor y abrir nuestras pupilas mientas giramos la cabeza hacia el cielo. Un gesto que nos va a acompañar durante toda la ruta puesto que la belleza paisajística a nuestro alrededor, especialmente en esta primera mitad, es incomparable.

Maratona de los Dolomitas

 

Casi 6 kilómetros al 6% que nos deja rápidamente en Arabba donde comienza uno de los colosos del día, el Passo Pordoi. Este sí son palabras mayores con sus más de 9 km al 7% y unas cerradísimas curvas en herradura que nos permiten contemplar la inconmensurable marea de cicloturistas que nos acompaña delante y detrás.

A partir de este punto ni el ritmo, ni el pulso, ni la potencia importan. El recorrido en torno a las montañas de Sella (Sellaronda) es un paraíso cicloturista difícilmente superable en todo el mundo. Nos acompaña la suerte puesto que el día, que comenzó tímidamente nublado, comienza a despejarse y apreciamos las míticas cumbres escarpadas en todo su esplendor.

Maratona de los Dolomitas

En la cumbre del Passo Pordoi espera a los ciclistas, en silencio, el monumento en recuerdo al gran Fausto Coppi. Este puerto, de hecho, ha sido Cima Coppi del Giro de Italia en 13 ocasiones.

Las cumbres más altas

Sin tiempo para procesar las vistas que tenemos ante nuestros ojos, empalmamos el descenso del Pordoi con la ascensión al Passo Sella. 5,5 km al 8% en un entorno más boscoso desde la cara contraria de las montañas Sella. Se aprecia perfectamente quiénes somos los novatos en la Maratona puesto que no miramos al frente sino al cielo y a los alrededores. La iluminación de estas paredes verticales con los rayos de sol matutinos dejan un recuerdo imborrable en nuestras retinas.

Maratona de los Dolomitas

A aquellos cicloturistas que deseen venir a estas carreteras por su cuenta les gustará saber que a los pies del Passo Sella, en Canazei, comienza otro puerto considerado un monumento en el ciclismo transalpino, la Marmolada.

La cumbre del Sella es la más alta de toda la Maratona de los Dolomitas, a 2.244 metros de altitud, y ante nosotros tenemos unas vistas extraordinarias de todo el valle de Badia con un esplendoroso color verdoso y las cumbres nevadas a los flancos. De hecho, este punto es el paso de carretera más alto de todos los Dolomitas.

Maratona de los Dolomitas

Seguimos ascendiendo, en esta ocasión el Passo Gardena (o Val Gardena). Una subida más suave y breve, con 5.8 km al 4,3%, insistimos, rodeados de un paisaje paradisíaco a nuestro alrededor. El largo y rapidísimo descenso nos deja de nuevo en Corvara, punto en el que ponían punto y final a su marcha aquellos que escogieron la versión más corta (Sellaronda), eso sí, con 55 km y nada menos que 1.780 metros de desnivel.

Llega el coloso

Comenzamos la segunda mitad de la Maratona con, a nuestro juicio, un punto sensiblemente inferior a nivel paisajístico, aunque con lo más duro a nivel físico por delante. Ascendemos de nuevo el Passo Campolongo por la misma vertiente que a primera hora del día, aqunque con mucho más esfuerzo acumulado en nuestras piernas.

Maratona de los Dolomitas

El tramo que discurre entre el km 65 y el 85 de la marcha es el más suave, aunque en la Maratona esto no quiere decir que sea llano. Es, de hecho, un rápido sube y baja (no podríamos catalogarlo como rompepiernas) que, en cierto modo, supone la calma antes de la tempestad. Porque en este punto, en Belvedere di Colle Santa Lucia, los participantes del recorrido medio esquivan el gran desafío del día: el Passo Giau.

Maratona de los Dolomitas

Un coloso de 10 km de longitud al 9,3% que alcanza pendientes sostenidas de en torno al 15 y 16% en sus puntos más exigentes. Nos habían advertido y se cumplen los pronósticos, los primeros 5 km son especialmente duros, algo que se refleja en el silencio que invade al pelotón. Los últimos kilómetros discurren en terreno abierto, cerca de las cumbres, y de nuevo supone un deleite para los sentidos. Muchos aficionados recordarán este puerto porque aquí sentenció, en 2021, el Giro de Italia Egan Bernal.

El descenso del Passo Giau es, sin duda, uno de los momentos más inolvidables de la marcha. Con el asfalto en perfecto estado y vislumbrando las cumbres más oscuras y escarpadas al frente, disfrutamos de una bajada técnica en la que podemos abrirnos al máximo y trazar con precisión cual profesionales gracias al acceso restringido al tráfico.

El muro final

En nuestra cabeza lo más duro de la Maratona de los Dolomitas ya ha pasado, pero lo cierto es que aún debemos superar un escoyo que evoca en sí mismo historia del ciclismo: el encadenado de Falzarego y Valparola.

Son casi 12 km en una pendiente suave del 5,8% (con picos del 15%, eso sí), que actúa, en cierto modo, como juez. Los ciclistas que han reservado fuerzas aprovechan este punto para vaciarse imponiendo un ritmo fuerte, pero aquellos que llegan al límite a esta ascensión corren el riesgo de superarlo. No son pocos los participantes que han de echarse a la cuneta para tratar de sofocar los calambres en las piernas fruto del esfuerzo acumulado.

Maratona de los Dolomitas

En el avituallamiento final en la cumbre de Valparola se vive ambiente festivo. Todos sabemos que hasta la meta es casi todo en descenso.

Casi. Porque aún falta el último reto del día, el temido Muro del Gato (Mür dl Giat). Es una pequeña ascensión situada en la localidad de La Villa, a un puñado de km de la meta, de unos 300 metros de longitud pero con picos de inclinación del 19%. Quienes no montan el desarrollo adecuado o simplemente no tienen fuerzas suficientes se ven obligados a poner pie a tierra y completar este segmento a pie, no sin cierta humillación, puesto que está abarrotado de público y nos enciende las emociones.

Maratona de los Dolomitas

La meta nos espera, con música triunfante, una medalla de finisher y los vellos de punta con solo recordar la experiencia que acabamos de terminar. Porque la Maratona de los Dolomitas no es una marcha cicloturista, es una experiencia vital. Lo hemos descubierto después de completarla, y nos tememos que deberás hacer lo mismo para comprenderlo del todo.

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