En el pasado Giro d’Italia achacábamos a RCS su gusto por el castigo. Esa acumulación de esfuerzos en la última semana de carrera cuya única consecuencia era plantear una y otra vez escenarios inmisericordes, concursos de fuerza y extenuación en los cuales el resultado era siempre el mismo. En esta edición de la ‘corsa rosa’ los ciclistas también están enfrentando unas etapas conclusivas terribles y exigentes; ayer, sin ir más lejos, se recorrieron casi 240 kilómetros, seis horas largas de bici, 5000 metros de desnivel acumulado. El jueves se subió un puerto de casi 20 kilómetros precediendo a una bajada endiablada hasta meta…
Hay castigo, como siempre. Y sin embargo la sensación es muy distinta. Tal vez sea que algunos de los hombres más en forma no están luchando por la ‘maglia rosa’ (Kruijswijk, Hesjedal, Visconti…). Tal vez sea Alberto Contador, su actitud agresiva inherente, el empeño por ahorrar energía contradicho por el espíritu de patrón que odia ser tosido. Tal vez sea la errática táctica de Astana, la fortaleza que transmiten y lo desconcertantes que son sus líderes. Tal vez sean los duelos dialécticos. La cuestión es que no ha habido ninguna etapa de desperdicio, y sólo quedan dos.
“Bíblico”, adjetivó el exciclista Robert Millar a este Giro. Tan bíblico que ayer presenciamos una resurrección. En los puertos tendidos bautizados en nombre de los santos Bartolomé y Pantaleón, Astana tiró del pelotón con todo, ardiendo sus fósforos en el aire de cara. Tal era su ímpetu que, en algún punto, Fabio Aru se acercó a Paolo Tiralongo y le dijo: “Haced vuestra carrera sin contar conmigo”. El sardo estaba desencajado, abatido, reviviendo en su mente la locura del Mortirolo. Según contó en la RAI, su veterano gregario y padre putativo le respondió: “¿Te crees que eres el único al que le duelen las piernas?”

Dos horas más tarde, Cervinia. Mikel Landa rompe hostilidades y Contador le seca. Kruiswijk y Hesjedal están alrededor; el canadiense toma la alternativa, se marcha, y Contador le deja ir. Había sido su socio el día anterior en el Monte Ologno, cuando el pinteño había atacado al perreo para aprovechar descaradamente un pinchazo de Landa, quid pro quo del Mortirolo. Ryder Hesjedal es un ciclista particular y en este Giro se está sublimando en su carácter y características. Despliega su velocidad con generosidad, sin temple; ataca con coraje, sin miedo; parece que le da igual ir a rueda porque la providencia le sancionó sin rebufo en algún momento de su otra vida. Así que se fuga. Su estado natural es retorcerse a plato grande por delante de grupos que se organizan para mantenerle a tiro de piedra y verle al fondo de cada recta machacándose. Y aun así, o gracias a eso, es octavo de la general de la carrera que ganó en 2012 pese a perder tiempo en varios días en los que la contienda no se desarrolló cuerpo a cuerpo.

Al leñador lo cazó Fabio Aru con un zurriagazo de un minuto y mil padecimientos. Contador le consintió, prefirió quedarse con Landa; tal vez no pensara que el sardo fuera capaz de atrapar al canadiense. Pero lo hizo y después le soltó en dos estacazos para llegar a meta destacado, eufórico, enrabietado, celebrando la victoria con todo el público enfervorizado, con su familia, con su novia Valentina, sonriendo como no lo hacía desde la primera semana del Giro. Un rato después de consumado su triunfo volvía a estar serio ante la televisión. ¿Por qué, Fabio? “Porque ya estoy pensando en la etapa de mañana. Porque hay que dejar atrás los momentos malos y también los buenos”.
La salsa la puso Mikel Landa. En la víspera había reconocido que correr junto a Contador “intimida”; ayer, dolido por un alevoso marcaje al hombre, no se cortó para entrar en confrontación dialéctica. “Contador pretende crear el caos en el Astana, entre Fabio y yo”. ¿Picado por el Mortirolo? “Si está picado, peor para él. Cada uno hace su carrera, no hay más”. ¿Querrá ganar en Sestriere? “Si él desea ganar, nosotros intentaremos que no lo consiga”. Este intercambio publicado por As refleja una interesante rivalidad deportiva cuyo siguiente capítulo viviremos hoy en el encadenado del empinadísimo Colle delle Finestre y el insidioso Sestriere. Por medio, el resucitado Aru y un abanico de secundarios que garantizan alicientes para cada metro de carrera.

El Giro d’Italia está siendo retransmitido en directo cada día por Teledeporte y Eurosport a partir de las 14:30, aproximadamente. Puede ser seguido en Twitter a través del hashtag #Giro. En Arueda.com os ofrecemos información, análisis y anécdotas en la sección Rock n’Giro.