Prueba: Nueva Mondraker Crafty RR 2022, una bestia con el nuevo motor Bosch y batería de 750 Wh

Redacción Solo Bici

Actualizado a 14/09/2021 00:00 CEST

Enmarcado en un tour para conocer el nuevo y espectacular cuartel general de Mondraker en Elche, Alicante, del que os hablaremos pronto, hemos tenido la oportunidad de testar a fondo algunos de sus próximos lanzamientos.

Bajo un riguroso protocolo de embargo de la información, de momento nos centraremos en una de las plataformas más exitosas de la marca, la nueva Mondraker Crafty RR, aunque os aseguramos que tienen preparadas más novedades muy interesantes.

En Solo Bici ya tuvimos la oportunidad de testar la Crafty pero con el cuadro de carbono, durante una sesión de test privada para conocer a fondo el funcionamiento del sistema MIND. En esta ocasión nos enfrentamos a la versión con cuadro de aluminio, aunque equipada con una selección de componentes de lo más exclusivos. En Mondraker, de hecho, se congratulan de ser de las pocas marcas que apuestan por esta fórmula, concediendo a las bicicletas de aluminio un status elevado en lugar de relegarlas a los montajes más básicos.

En su forma, la nueva Mondraker Crafty RR apenas ha cambiado respecto a su generación anterior y, de hecho, a primera vista resulta casi imperceptible. ¿Dónde está el truco? Esta es solo una de las cinco familias de e-bikes 2022 de Mondraker que irán equipadas con el nuevo Bosch Smart System (BSS3).

Motorización inteligente, autonomía bestial

La alianza entre Mondraker y Bosch se remonta hasta la primera generación de bicicletas eléctricas de la marca alicantina. Aunque tienen modelos equipado con unidades Shimano en su catálogo, el desarrollo de sus principales e-bikes ha ido de la mano del gigante alemán.

El nuevo Smart System de Bosch no es una revolución en la motorización, sino en la forma de entender cada elemento de la unidad motriz y en la experiencia con el usuario. Una apuesta por la conectividad que además permitirá constantes actualizaciones de software para beneficiarse de todas las innovaciones futuras dentro de este Bosch Smart System.

Así, el motor sigue fiel al Performance Line CX GEN4 con un par motor de 85 Nm. El diseño exterior se ha mejorado estéticamente y destaca por una entrega de la potencia muy natural donde el salto entre modos y el corte de la asistencia no resulta molesto.

En la batería reside el gran cambio de esta generación Crafty. El PowerTube asciende ahora a 750 Wh, una capacidad un 20% superior respecto a la anterior versión de 625 Wh. Mondraker ha necesitado adaptar el cuadro para albergar esta batería de un tamaño superior, para lo que han aprovechado para optimizar su peso. De este modo, a pesar del incremento de 900 gramos de peso en la unidad motriz, el aumento de peso en el montaje total es mínimo. La carga es ultra rápida, pudiendo almacenar un 50% en sólo 2 horas.

El mando remoto selector de modos es también una novedad en el BSS3. Su diseño es más ergonómico y presenta una distribución mayor de botones para elegir los modos, seleccionar el walk assist o visualizar diferentes pantallas en el display. Lo más llamativo, no obstante, es la integración de dos mapas de luces con códigos de colores específicos para indicar tanto el modo de asistencia escogido como la batería restante. Una forma de recibir esta información clave en décimas de segundo con un solo vistazo.

Lamentablemente nuestras unidades de prueba no iban equipadas con el nuevo display KIOX300 por lo que no pudimos probar la visualización ni la conectividad con la app eBike Flow.

Montaje a nivel de competición

La plataforma Crafty es la más versátil dentro de las e-bikes de doble suspensión del catálogo de Mondraker. Por polivalencia, manejo y popularidad, podríamos decir que es la versión Foxy motorizada. Dentro del catálogo de la marca, se encuadra por debajo de la gama Level (Super Enduro) y Prime (Trail).

Estamos ante una familia muy numerosa, puesto que en primer lugar se divide por el material de construcción, por un lado la Crafty Carbon y por otro la Crafty que nos ocupa. Y dentro de esta división encontramos tres montajes diferentes: Crafty R, RR y XR. Ésta última coquetea con el súper Enduro puesto que se caracteriza por un montaje algo más radical, incluyendo una horquilla de mayor recorrido.

La Mondraker Crafty RR es toda una e-bike de última generación con montaje premium, y así lo refleja su precio de venta, de 7.199 euros. El marco recurre al aluminio Stealth de la marca, con una importante rebaja de peso como comentábamos anteriormente para dar cabida a la nueva batería y compensar sus mayores dimensiones.

Proporciona 160 mm de recorrido en el eje delantero y 150 mm en la trasera. La suspensión trasera también se ha renovado en esta versión 2022 implementando una cinemática más suave y progresiva dentro del siempre celebrado Zero Suspension System, apuntando a los descensos más exigentes e incluso a la competición.

El montaje es más agresivo, apostando definitivamente por la horquilla Fox 38 y el amortiguador Fox Float-X, ambos de la exclusiva serie Factory en este modelo. El acabado Factory Kashima también lo encontramos en la horquilla Fox Transfer, con 150 mm de recorrido en la talla M que hemos probado. La transmisión responde al grupo SRAM GX Eagle, con un plato de 34 dientes combinado con un cassette de 11-50 dientes.

Por supuesto, para detener una bicicleta que supera los 25 kilos con eficacia hace falta un set de frenos potente, y la Crafty RR recurre a los SRAM Code R con pinzas de cuatro pistones y discos de 200 mm en cada eje.

En cuanto a la plataforma de ruedas, Mondraker confía en los aros de 29 pulgadas en lugar de la tendencia al concepto mixto o mullet. Se trata de un set Mavic E-Deemax de aluminio fabricadas específicamente para su montaje en bicicletas eléctricas y con un ancho interno de 30 mm.

Se combinan con un juego de neumáticos Maxxis Minion DHF y DHR II de 2.6 pulgadas en ambos casos, un grosor que comienza a ser el estándar natural en bicicletas eléctricas de este segmento.

Un montaje propio de modelos de perfil superior o marcos de carbono que, sin embargo, Mondraker ha conseguido encuadrar en un rango de precio razonable gracias a su cuadro de aluminio de alta gama. En el capítulo de ‘peros’, nos hubiera gustado que la marca hubiera extendido el sistema MIND también a esta gama Crafty en lugar de acotarlo a los modelos de carbono.

En marcha: territorio comanche

Las rutas en bicicleta durante las presentaciones a prensa a veces son un tanto descafeinadas. Grupos numerosos, averías, alguna caída, paradas para tomar fotos… En ocasiones el test es muy superficial y tan solo se trata de una toma de contacto. No sucede así con Mondraker, que nos preparó una auténtica aventura de largo kilometraje cuya duración se extendió desde primera hora de la mañana hasta los últimos rayos de sol.

¿Y el terreno? Senderos extremadamente secos, muy rápidos, técnicos y verticales. Territorio comanche ideal para poner a prueba a la nueva Mondraker Crafty RR y nuestras capacidades con ella.

Comenzamos la jornada ascendiendo al Balcón de Alicante, una de las subidas más duras y seguidas en la última edición de la Vuelta a España. Se trata de un espectacular mirador con vistas a la costa alicantina, que corona el Xorret de Catí, en el corazón de la Sierra del Maigmó.

Esta zona es el patio de recreo del equipo de trabajadores de Mondraker, desde sus product manager hasta los mecánicos, pasando por el propio Miguel Pina, CEO de la compañía. No es de extrañar que todos ellos sean unos auténticos virtuosos con la bicicleta, y que esta pasión se transmita al producto final.

Sin tiempo para una toma de contacto dócil, comenzamos atajando los primeros singletracks salpicados de fuertes escalones y segmentos técnicos. La presencia de grandes piedras es constante en todo el territorio, las suspensiones Fox Factory van a trabajar de lo lindo.

Entre tanto despliegue de adrenalina, pronto descubrimos que la Mondraker Crafty RR se desenvuelve con soltura en estos tramos. Es cierto que no goza del feeling tan absorbente que tuvimos con la versión de carbono, pero su aplomo es brutal y la confianza que transmite nos invita a superar lo que hasta ahora pensábamos que eran nuestros límites.

Probamos los diferentes modos de asistencia, aunque resulta inevitablemente tentador seleccionar el modo eMTB, en el cual el motor realiza una gestión automática de la entrega de potencia en base a la fuerza ejercida sobre las bielas. La confianza de saber que portamos una batería de gran autonomía nos lo permite.

No importa si surcamos senderos rápidos que disparan el flow, bajadas muy técnicas o ascensiones exigentes. La geometría de la Crafty está perfectamente equilibrada para dominar cualquier escenario por complicado que parezca. La dirección se lanza a 65,5º y se combina con una potencia corta (30 mm) y un manillar extra ancho 800 mm), toda una seña de identidad de la geometría Forward.

En la sesión de tarde el paraje cambia por completo. Pasamos de zonas boscosas y arboladas a paisajes lunares dominados por el terreno árido y (más) rocas. Aquí aprovechamos para comprobar las aptitudes escaladoras de la Crafty. Y para nuestra sorpresa, esta bicicleta es mucho más que un remonte con pedales. El grip de las cubiertas y su ángulo del tubo vertical a 76º nos invita a pedalear trasladando fácilmente el peso corporal al eje delantero para no tener que poner pie a tierra en las rampas más pronunciadas.

Terminamos el día dándonos un festival de saltos, cortados y peraltes a escasos kilómetros del cuartel general de Mondraker. Esta bicicleta está preparada también para un Bike Park. Una experiencia muy completa con la sensación de haber exprimido cada virtud de la Crafty.

¿Y la batería? Increíble. Hemos agotado poco más del 50% de su capacidad.