Prueba ORBEA Alma M30-Eagle, lanzada

Prueba ORBEA Alma M30-Eagle, lanzada

Orbea va por el buen camino y consolida un apellido de relumbrón y tradicionalmente unido a grandes logros en competición como es el de Alma. Y no parece perder comba desde el punto de vista comercial y más popular, gracias a modelos tan atractivos y configurables como la Orbea M30 en su versión Eagle.

Para empezar, desde que la familia Alma se renovara por completo en 2017, tenemos la posibilidad de personalizar su montaje y su estética, cada vez más cuidada y atractiva.

Por ejemplo, sin sobrepasar los 2.500 euros que nos fijamos como tope para este comparativo, decidimos cambiar las ruedas que la M30 incluía de serie, unas Mach1 Traxx 21c Tubeless Ready por unas Mavic Crossmax más ligeras que incrementan así el dinamismo de la bici en una parte tan crítica e importante para una bici de XC.

Y en cuanto a colores, dentro de las tres posibilidades de elección, nos dejamos seducir por el cuadro en negro mate con algunos toques del verde menta que Orbea suele utilizar en sus modelos tope de gama.

undefined

Además, Orbea ofrece la posibilidad de elegir tanto en talla S como M la opción de montar ruedas de 27,5. Una opción que, salvo excepción, no nos acaba de seducir para una bici de XC rígida. Nuestra apuesta ha sido sin espacio alguno para la duda para el modelo con ruedas de 29”.

El cuadro monocasco de la M30 está fabricado con fibras OMP para dejarlo en unos nada desdeñables 1.150 g. Se trata de una bici compacta y coqueta.

Compacta porque es, de las bicis de este comparativo, la que tiene un tubo superior más corto, junto con la Cube (con la que guarda pocos paralelismos más, pues la germánica posee una geometría en clave confort y la Alma es mucho más deportiva), que unido a su también potencia corta, tan solo 70 mm en nuestra talla M, provoca que su comportamiento del tren delantero sea muy visceral. Es muy reactiva.

Y coqueta, porque ha logrado conseguir una estética distintiva y reconocible con esa particular curva que dibuja el tubo superior antes de fusionarse con el tubo de sillín, que proporciona un mayor grado de flexibilidad que, junto con los delgados y aplastados tirantes, te transmiten una buena dosis de confort.

undefined

No posee unas vainas especialmente compactas, pero creemos que acertadamente le dan un plus de estabilidad y contribuyen a que la distancia entre ejes no sea excesivamente corta, lo que la convertiría en demasiado indomable. La Alma es una bici de competición, algo nerviosa y de reacciones viscerales, todas ellas cualidades ideales para conjugar con las ruedas de 29”.

El funcionamiento, en general, es redondo. Solo echamos en falta un mando remoto desde el manillar para gestionar el bloqueo de la horquilla RockShox Reba. Si queremos incluir una tija telescópica, deberemos apostar por la versión SL de la tija de sillín Digit que comercializa Orbea (a la venta por 79 euros), disponible en

diámetro de 27,2 mm, un diámetro de momento poco compatible con la mayoría de las tijas telescópicas del mercado.

Material: Monocasco de carbono OMP

Tallas: S, M, L y XL

Garantía: de por vida previo registro

Horquilla: RockShox Reba RL 100 Air QR15x110 Boost

Pedalier: SRAM Stylo Eagle Boost/34d /175 mm

Casete: SRAM GX XG-1275 Eagle 10-50t 12 vel.

Cadena: SRAM GX Eagle de 12 vel.

Mandos de cambio: SRAM GX Eagle de 12 vel.

Cambio: SRAM GX Eagle de 12 vel.

Llantas: Mavic Crossmax TL de aluminio, Tubeless Ready, 24 radios delante y detrás

Bujes: Mavic Crossmax, delantero 110 x 15 mm y trasero 148 x 12 mm

Neumáticos: Maxxis Ikon 2.20” FB 60 TPI Dual TLE delante y detrás

Frenos: Shimano MT500

Discos: Shimano, 180 mm delante y 160 mm detrás

Manillar: Orbea OC-II plano /720 mm

Potencia: Race Face Ride/+6º/80 mm

Dirección: FSA 1-1/8 - 1-1/2” Integrated

Tija de sillín: Race Face Ride 27.2 x 375 mm

Sillín: Selle Royal Seta Sport

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...