Prueba: Wilier URTA SLR, competición a la italiana

Redacción Solo Bici

Actualizado a 13/01/2023 00:00 CET

La Wilier URTA SLR es una bicicleta diferente a la tendencia habitual entre las Cross Country de competición. Una doble suspensión que marca su propio camino en diseño y rendimiento para desmarcarse del resto, siempre con el ADN súper deportivo inherente a este sello italiano.

Seguro que estás acostumbrado a asociar la firma Wilier Triestina con ciclismo de carretera de alto rendimiento. Varios equipos World Tour han utilizado sus bicicletas en las carreras más importantes del mundo, sobre todo el conjunto Astana, con las Wilier 0 SLR o la Filante SLR como las que te mostrábamos en este artículo.

Sin embargo, dada su ‘juventud’ en el catálogo de la firma, no resulta tan popular su división de Mountain Bike, compuesta por modelos que heredan el ADN súper deportivo de la carretera al Cross Country y Maratón de competición. La Wilier USMA, recientemente presentada, o la Wilier URTA SLR que analizamos a fondo en este test (y vídeo prueba) son sus mejores representantes.

No olvidemos que la Wilier URTA SLR es la bicicleta utilizada por una de las estructuras más potentes en Cross Country Maratón, el equipo Pirelli Wilier. En este artículo analizábamos la Wilier URTA SLR de Wout Alleman en la pasada Mediterranean Epic, con un montaje de lujo.

Suspensión racing y sensible

Tal y como avanzábamos al inicio del artículo, la Wilier URTA SLR es una bicicleta diferente a las demás ‘dobles’ de competición y lo es, principalmente, por su diseño y su geometría. El cuadro está elaborado íntegramente en fibra de carbono denominada por la firma HUS-MOD, la misma que Wilier emplea en sus bicis de carretera más ligeras. Su peso es de 1.730 gramos en talla M, pero sin sumar el amortiguador. Una cifra ligera, aunque lejos de los registros más livianos en su segmento.

El esquema de suspensión es particular. Como es habitual entre las XC de doble suspensión, recurre a un sistema monopivote que requiere de la flexión de los tirantes para completar los 100 mm de recorrido, pero en este caso trabaja en base a dos pequeñas bieletas que otorgan mucha rigidez a la estructura. La menor es de carbono y la que actúa como extensor del amortiguador es de aluminio.

Este sistema requiere de unos tirantes muy largos que Wilier ha decidido reforzar colocando un puente, una solución muy acertada para afianzar la rigidez de la trasera, aunque limita el paso de rueda en condiciones de barro. No obstante, en nuestra experiencia y tras meses usando la Wilier URTA SLR, es la parte trasera del tubo vertical en su unión con el basculante donde se acumula más barro.

El cuadro posee interesantes detalles de última generación. El anclaje de la pinza de freno trasera es de tipo flat mount, la patilla del cambio es UDH desarrollada por SRAM pero compatible con cualquier desviador y cuenta con protectores de impactos, como uno estriado en la vaina o un gran protector de carbono bajo el tubo diagonal que es rígido y atornillado, con lo cual podemos desmontarlo para su limpieza. Lástima que no quede totalmente integrado a la forma del tubo.

Siguiendo con la suspensión trasera, un detalle muy acertado es la magnífica integración del cable de bloqueo del amortiguador, gracias a su posición invertida, algo de lo que no todas las marcas pueden presumir, en muchos casos por cuestiones de patentes. Este sistema de suspensión es perfectamente compatible con la instalación de dos portabidones (mejor de 750 ml máximo), una cualidad que gustará a los ciclistas de perfil Maratón.

La geometría es diferente a la tónica reinante en el Cross Country en particular y en realidad en todo el Mountain Bike en general. En lugar de optar por tubos largos y ángulos radicales, Wilier ha preferido diseñar la URTA SLR con un cuadro compacto y medidas conservadoras, más incluso que en su generación anterior. El reach, de 426 mm en talla M, o el ángulo de la dirección, a 69º, una medida propia de otros tiempos, son algunos ejemplos.

En esta imagen puedes ver el cuadro de geometría completo.

Montaje (casi) a la carta

Wilier ofrece nada menos que 28 configuraciones de montaje diferentes de la Wilier URTA SLR, incluyendo la posibilidad de adquirir el cuadro suelto. Son prácticamente montajes a la carta donde el usuario puede escoger el grupo de transmisión, el set de ruedas o la suspensión. Eso sí, siempre con opciones de gama media alta o alta. La horquilla y el amortiguador, por ejemplo, sólo se sirven en las series Factory y Ultimate de Fox y RockShox, respectivamente. Su precio de partida es de 6.200 euros y alcanza los 10.400 € en la tope de gama.

El modelo que hemos tenido la oportunidad de probar se encuentra a mitad de rango, aunque, por supuesto, destaca por la calidad y el acierto de sus componentes. Nos detenemos, en primer lugar, en el grupo de transmisión, un SRAM XX1 Eagle de accionamiento mecánico, un grupo cada vez menos habitual por la presencia de la versión AXS electrónica, más común en montajes de alta gama. Casi habíamos olvidado la precisión y el tacto tan agradable de este cambio, así como su elegante acabado gold. No obstante, también hemos recordado que requiere de un ajuste más minucioso y periódico que las alternativas inalámbricas de la firma norteamericana.

Combina un plato de 32 dientes, una medida algo escasa a juzgar por el perfil super deportivo de la bicicleta, con el generoso desarrollo que nos proporciona el cassette de 10-52 dientes. Los bikers más rodadores o en mejor estado de forma preferirán un plato de 34 o incluso 36 dientes. El cuadro permite montar hasta 38 dientes.

En el juego de frenos, cambiamos al grupo Shimano XT, con rotores de 180 y 160 mm delante y detrás. En cuanto a tacto y mordida, el set de frenos XT de la firma nipona sigue a la cabeza y resulta siempre un verdadero acierto.

Merece mención especial el set de ruedas, firmado por la marca italiana Miche. Todos los montajes de la Wilier URTA SLR equipan ruedas Miche en diferentes acabados. Resulta algo decepcionante encontrar un juego de ruedas de aluminio en el rango de precio de este acabado, aunque poseen un peso muy competitivo de 1.685 gramos. Los aros son de aluminio asimétrico mientras que el buje es de aluminio 7075 T6. El ancho interno de cada llanta se queda en 19 mm.

En las especificaciones de la marca equipan este modelo con un juego de cubiertas Pirelli Scorpion XC de 2.4 pulgadas, pero nuestra unidad de test ha sido montada con un set Vittoria Barzo y Mezcal delante y detrás de 2.25 pulgadas cada una. Una combinación muy rodadora, acorde con el perfil de la bicicleta, aunque para un uso más agresivo, quizá sea más recomendable la versión ‘oficial’ de 2.4 pulgadas.

Terminamos con un elemento que consideramos mejorable, la tija Ritchey WCS de aluminio, ya que una de carbono rebajaría unos gramos y potenciaría el buen feeling absorbente de la suspensión trasera; y con otro componente muy acertado, el manillar firmado por la propia Wilier. Es de fibra de carbono y en una sola pieza integrado con la potencia un recurso que nos recuerda el ADN de carretera de Wilier. Está disponible en tres longitudes de potencia, de 60, 75 o 90 mm, y en todos los casos la angulación es negativa a -17º, lo que nos confiere una posición muy tendida sobre el eje delantero. El ancho es de 760 mm y su peso de 285 g. Se puede adquirir por separado por un importe de 700 €.

El precio de este montaje es de 8.400 € y su peso en talla M y sin pedales es de 10,54 kg, una cifra muy competitiva teniendo en cuenta que monta ruedas con llantas de aluminio.

En marcha

En marcha, la Wilier URTA SLR es un cohete, desprende deportividad desde la primera pedalada y es de esas bicis que invita a rodar rápido continuamente. La suspensión trasera se caracteriza por un tacto muy sensible en el tramo inicial, absorbiendo fácilmente los pequeños obstáculos y ondulaciones del camino. Es verdad que cuando apretamos las bielas en subidas exigentes, la trasera tiende a comprimirse más de lo deseado, pero afortunadamente contamos con un bloqueo completo desde el manillar que convierte a la URTA en una rígida total. Lástima no contar con un modo intermedio de la compresión, pero hemos podido combinar perfectamente el modo abierto y cerrado en base a las necesidades del terreno.

Además, sus líneas compactas y la rigidez del cuadro nos permiten moverla con mucha agilidad, lanzar fuertes arrancadas y desplazar el peso corporal fácilmente. En terreno revirado responde a cada curva y en tramos rodadores la posición es muy cómoda. Invita a rodar más erguido que lo habitual en este tipo de bicicletas en los últimos tiempos, por lo que ha resultado una montura ideal para afrontar recorridos largos con garantía de comodidad, sin desaprovechar la deportividad de la plataforma y los componentes.

Por el contrario, se siente algo nerviosa y menos estable que otras bicis de geometría más lanzada en descensos muy rápidos con cierta dificultad técnica. Sentimos la rueda delantera cerca y esto nos obliga a hilar fino y mantener la concentración. Es muy rápida y eficaz, pero no es tan contundente como otras XC que coquetean con el Trail, en este caso el sello racing no se separa.

En definitiva, la nueva Wilier URTA SLR es un misil con un diseño único marca de la casa. Responde al Cross Country de última generación, pero lo hace a través de una propuesta diferente, algo que, a nuestro juicio, supone un soplo de aire fresco dentro de un segmento que cada vez está más estandarizado.

Diseño atractivo, con una geometría diferente al resto.
Suspensión trasera muy sensible.
Muchas opciones de montajes, destaca el manillar integrado.
Puso muy competitivo.

En su rango de precio echamos en falta transmisión electrónica y/o ruedas de carbono.
La tija de aluminio desentona con el resto de componentes.
La entrada del cableado del triángulo principal al basculante no queda totalmente oculta.