Carbono económico o aluminio con buen montaje, ¿qué bici me compro?

Carbono económico o aluminio con buen montaje, ¿qué bici me compro?

¿Qué bici me compro, de carbono o aluminio? Es posible que, a la hora de elegir nuevo modelo, te haya surgido esta duda. Las bicicletas de carbono son la gran aspiración de todo ciclista una vez se engancha a este deporte. Pero es posible que no siempre sea la mejor opción y optes por una alternativa de aluminio de calidad. Te ayudamos a resolver tus dudas comparando ambos tipos.

Las bicicletas de fibra de carbono son ya las más vendidas del mercado, tanto nuevas como de segunda mano. Son sinónimo de calidad y rendimiento y objeto de deseo para muchos ciclistas que se inician en el ciclismo y quieren mejorar contando con el mejor material.

Pero, a pesar de su enorme expansión en los últimos años, de contar ya con numerosas opciones de precio, tipos de cuadro, etc., hemos de decirte que una bicicleta de carbono no siempre es la mejor opción de compra. En determinados casos, y dependiendo del presupuesto, frecuencia del uso, modalidad y otros factores, pueden existir otras alternativas fuera de los cuadros de carbono.

De ahí que surja una pregunta recurrente entre los potenciales compradores. ¿Me compro una bici de carbono económica o una de aluminio de precio similar con un buen montaje? Analizamos algunas bicicletas del mercado actual para ayudarte en tu elección.

Bicicletas de carbono económicas, pros y contras

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Son bicicletas superventas, tanto en carretera como en MTB. La gran mayoría de marcas cuenta con uno o dos modelos como mínimo en su catálogo de este segmento y sin duda son una gran oportunidad de subir el nivel de tu bicicleta. Por varios motivos:

  • Cuadro más ligero por menos precio: por un rango de precios entre 1.500 y 2.000 euros, en modelos nuevos, puedes acceder a bicicletas con cuadro de carbono de primer precio. En segunda mano incluso puede bajar de 1.000 € para opciones sin muchos años de antigüedad.
  • Más rendimiento (absorción de vibraciones, pedaleo eficaz, integración, etc.): son beneficios asociados a las típica comparativas entre cuadros de carbono y aluminio. Los cuadros de carbono ofrecen una relación resistencia/peso sobresaliente. Además, pueden reforzarse o hacerse más flexibles donde se necesiten, o integrar mejor los componentes, adoptar formas más aerodinámicas, etc.

En cambio, la reducción de precio conlleva algunas desventajas:

  • Peores componentes y más pesados: el montaje en este rango de precios, y para compensar los mayores costes de fabricar un cuadro de carbono, es de peor calidad en estos casos. Elementos como las ruedas, los frenos o la transmisión no son tan fiables o precisos y están fabricados con materiales más pesados. Así, en algunos casos, tendrás una bicicleta de gama media, pero con algunos componentes de gama de entrada o baja.

Esto puede hacer penalizar el peso, hasta el punto que la rebaja que has conseguido con el cuadro de carbono se pierda parcialmente por el mayor lastre de los componentes.

  • Carbono del cuadro más pesado: los cuadros de carbono de estas bicicletas suelen estar fabricados con fibras más pesadas y, en general, de menor rendimiento que las de los cuadros de alta gama. Esto, sin embargo, no quiere decir que no sea un cuadro de carbono de gran calidad ni fiable. La rebaja de peso con respecto a uno de aluminio sigue siendo destacada, pero no tan acusada como la de una bicicleta de competición. Tampoco los niveles de rigidez o el rendimiento aerodinámico son los mismos. Pero siguen siendo bastante buenos.

Bicicletas de aluminio con montaje premium: pros y contras

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Como alternativa de compra a una bici de carbono económica siempre estarán las de aluminio con buen montaje de componentes.

  • Componentes fiables y ligeros: puede darse el caso de que el montaje esté tan bien elegido que se acabe ahorrando más peso que con un cuadro de carbono. Y además conseguir una fiabilidad y precisión de uso de los componentes de alto nivel. Para ciclistas que prioricen el buen funcionamiento de unos frenos o el cambio, sobre otros aspectos como la ligereza o la rigidez, sin duda un modelo de aluminio de este tipo sería la mejor opción.
  • Ahorro de precio: en la mayoría de casos estas bicicletas acaban resultando más baratas que las de carbono asequibles. La diferencia del coste de fabricación de un cuadro de aluminio por uno de carbono es sustancial y acaba notándose en el precio.
  • Cuadros muy trabajados y de alta calidad: en este punto insistimos en que un cuadro de carbono de entrada de gama es por lo general, muy resistente y fiable, aunque no logre los niveles de rendimiento y ligereza de los superiores. Pero en el otro lado, los cuadros de aluminio cada vez son más avanzados, más ligeros e integrados, con una estética que incluso ya cuesta diferenciar de las formas estilizadas de los de fibra.
  • Comportamiento más impreciso: el cuadro de aluminio aporta al ciclista unas sensaciones de conducción y manejo diferentes al carbono. En la relación entre rigidez, resistencia, flexibilidad o absorción de irregularidades el cuadro de aluminio, por muy refinado y avanzado que sea, sale perdiendo. Es, en términos globales, un cuadro menos cómodo, que genera más lagunas en puntos como el manejo, la eficiencia de pedaleo, aceleraciones, frenada, etc.

Casos prácticos: 4 bicicletas carbono VS aluminio, a examen

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Tras tener presentes estas consideraciones, llega el momento de ponerse buscar y elegir el modelo que mejor se adapte a tus necesidades. Te presentamos cuatro comparativas de modelos de bicicleta de una misma marca, dos de montaña y dos de carretera, con versiones de carbono y aluminio de precio similar. Analizamos las ventajas y desventajas de cada versión, a modo de ejemplo, para demostrar que no siempre la opción de fibra de carbono es la mejor o la única posible.

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Exceed CF 5: horquilla RockShox Recon RL 100 mm (con mando remoto), transmisión Shimano Deore 1x12, frenos Shimano SLX M7100 (discos Hayes), peso de 11,74 kg y precio 1.899 €.

Grand Canyon 9: horquilla Fox 34 Rhythm (120 mm sin remoto), transmisión Shimano con cambio XT y cassette SLX 1x12, frenos Shimano Deore XT, tija telescópica, peso de 13,26 kg y precio de 1.799 €.

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A favor carbono: peso, cuadro con geometría de competición e integración (tija, dirección, etc.).

A favor aluminio: montaje (horquilla, transmisión y frenos de gama más alta) y precio (100 euros menos).

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Procaliber 9.5: horquilla RockShox Judy SL 100 mm (sin remoto), transmisión Shimano Deore 1x12, frenos Shimano MT200, peso de 11,64 kg y precio de 2.049 €.

X-Caliber 9: horquilla RockShox Recon Gold RL (100 mm sin remoto), transmisión Shimano Deore XT-SLX 1x12, frenos Shimano MT400, tija telescópica, peso de 12,52 kg y precio de 1.649 €.

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A favor carbono: peso, inclusión de IsoSpeed e integración (dirección, cableado, etc).

A favor aluminio: montaje (transmisión, frenos, tija telescópica de serie) y precio (400 euros menos).

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SL1 2.0: transmisión Shimano Tiagra, frenos de disco Shimano Tiagra, ruedas BH Slite Thru Axle Al y precio de 2.199,90 €.

Quartz 1.5: horquilla de carbono, transmisión Shimano 105, frenos de disco Shimano 105, ruedas Shimano RS170 Al y precio de 1.899,90 €.

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A favor carbono: peso, geometría e integración (dirección, componentes, etc.).

A favor aluminio: montaje y precio (300 € menos).

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CF 7: transmisión Shimano 105/cassette Ultegra, frenos de disco Shimano 105, ruedas Fulcrum Racing 900 DB Al, peso de 8,62 kg y precio de 1.999 €.

Al 7: transmisión Shimano 105, frenos de disco Shimano 105, ruedas Fulcrum Racing 900 DB Al, peso de 9,20 kg y precio de 1.699 €.

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A favor carbono: menos peso (580 g menos), montaje e integración.

A favor aluminio: montaje (casi el mismo que en carbono), estética e integración y precio más bajo (300 euros menos.

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