Quién es Emanuel Buchmann

El Dauphiné, como la mayoría de las grandes carreras del calendario World Tour, ha arrojado sorpresas agradables. Hasta este pasado domingo, muy poca gente conocía a Emanuel Buchmann. Hoy es ya uno de los grandes nombres de futuro en el ciclismo europeo y alemán. Al estilo de lo que para nosotros es Marc Soler. Y para los alemanes, tener un proyecto de vueltómano supone un cambio de modelo frente a los ciclistas que han emergido en la última década en el país más poderoso de Europa.

Mientras Froome, Porte y Fuglsang se peleaban en la subida de Plateau de Solaison para llevarse la general de la carrera, el joven Buchmann se marcó una subida tremenda al ritmo de los más fuertes del pelotón mundial. Acabó cuarto clasificado en la etapa y se metió por derecho en el Top10 de la general. Un séptimo puesto que para el Bora-Hansgröhe significa encarar el Tour también con una ambición en la clasificación general. No para ganar, evidentemente, pero sí de cara a un puesto de honor o incluso el maillot blanco. El mismo que se ha llevado en esta antesala y con los mismos rivales que tendrá en julio.

Porque en comparación con otros cicistas que se van a jugar esa clasificación de los jóvenes, en el Dauphiné ha salido bien parado. Buchmann pasaba por ser ese típico ciclista que sin ser sprinter era rápido y potente –despuntó ganando el Campeonato de Alemania sobre Nikias Arndt en 2015-, iba bien en la media montaña pero sin ser gran escalador y al mismo tiempo tenía buenas cualidades como rodador pese a estar lejos de un especialista contra el crono.

Mejor rodador, sufridor en montaña

Sin embargo, su crecimiento ha sido importante en este último año. Ya el pasado hizo un Tour bastante digno pese a estar siempre un par de escalones por debajo de los favoritos. Acabó 21º en la general, un puesto valioso a la vez que anónimo porque nadie suele acordarse de los que acaban en esa zona de la tabla. Ser séptimo en el Dauphiné es otra cosa, teniendo en cuenta cuántos había en la carrera. Evidentemente, el cuento cambia cuando hablamos de tres semanas.

Con respecto a Louis Meintjes y Simon Yates –todos del 92-, Buchmann a lo largo de esta temporada se ha cruzado con ellos en tres ocasiones. Ha sido el mejor en todas las cronos –la contrarreloj del Tour será más o menos de larga como la de Dauphiné, donde perdió poco más de un minuto con Porte-, y ha ido limitando pérdidas en las subidas. Meintjes, más escalador, fue mejor en la crono de País Vasco –que no era para rodadores-le ha sacado tiempo cuesta arriba tanto en Dauphiné como como en Romandía, por lo que el teutón ha tenido que tirar de capacidad de sufrimiento. Sobre todo e domingo en Solaison.

Órbita Bora

Buchmann lleva desde 2014 enrolado en la órbita del equipo Bora. Llegó procedente de un continental más que solvente como el Rad-Net Rose que por aquel entonces casi empezaba su andadura. Y una escuadra de la que Bora-Hansgröhe ha aprovechado más de un talento. De hecho, además de Buchmann están en el equipo Pascal Akermann, aunque por ahora el gran logro de Rad ha sido Marco Mathis que milita actualmente en Katusha.

Pero el gran valor de Buchmann es que estamos ante un corredor completo, diferente. Un proyecto de vueltómano que tal vez venga a llenar parte del vacío que ha sufrido Alemania en la última década desde que Jan Ullrich se marchó de forma precipitada por la Operación Puerto. Tampoco Andreas Klöden terminó siendo el sucesor esperado, aunque sí el que más se ha acercado: logró ser segundo en el Tour 2004 y tercero –luego segundo por la descalificación de Armstrong- en 2006. Tras la marcha del primero y el envejecimiento del segundo, aparecieron Markus Fothen y Linus Gerdemann como posibles valores para grandes vueltas. No funcionaron. En cambio, Alemania ha dominado los sprints con Kittel, Degenkolb y Greipel durante varias campañas, así como el ‘Panzer’ Tony Martin con las cronos. ¿Quién es Emanuel Buchmann? Tiene 24 años, así que el tiempo lo pondrá en su lugar. Sea cual sea.

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