Recorriendo el Camí de Cavalls durante la pandemia

Recorriendo el Camí de Cavalls durante la pandemia

Ante la inesperada situación mundial, con meses de confinamiento en casa y todos los planes de viajes cancelados, Pol Tarrés, Alex von Arend, Andreu Miró y Eloi Paré decidieron dar la vuelta al Camí de Cavalls de Menorca en MTB.

Es una isla que todos han disfrutado muchas veces pero nunca en bicicleta. Pol, Alex, Andreu y Eloi, se conocieron hace muchos años practicando trial en bici y compitiendo juntos y estando con la selección española en varias copas del mundo de trial y mundiales. Actualmente solo Pol sigue en activo y es uno de los mejores riders del mundo.

El trail que quieren hacer es el Camí de Cavalls, es un antiguo camino que rodea la isla de Menorca. El origen del camino es incierto, pero se acepta que su función era militar: era un camino que los vigilantes usaban para proteger la costa donde los soldados iban montados a caballo, de ahí la palabra "cavalls" (que significa "caballos" en catalán) en el nombre del camino.

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El camino está dividido en 20 tramos diferentes, cada una de ellos entre 5 y 14 km y conjuntamente recorren toda la isla con un total de 185 km aproximadamente. Es un sendero de gran recorrido que circunvala toda la isla de Menorca pasando por sus calas más icónicas y paradisíacas.

Los chicos llegan a Menorca el viernes a las 7:00 en el Balearia ya que es la opción más fácil. El ferry llega a Ciutadella, desde donde ellos empiezan, además entras en el barco rodando en bici, por lo que no tienes que desmontarla ni meterla en una maleta y además es gratis con el billete.

A las 9:00 salen de la oficina de Camí de Cavalls 360, la agencia que les ha ayudado a diseñar las etapas y todo el viaje antes de llegar y una vez allí, logísticamente con las maletas, avituallamientos y posible asistencia que necesiten.

La primera etapa es la más larga con unos 87 km y algo más de 900m de desnivel. A priori no parece mucho pero el terreno es muy técnico y duro ya que es muy rocoso, en bastantes zonas poco rodador y en algún punto hay que cargar la bici. Los primeros km hasta la Cap d’Artrutx son muy llanos y se puede rodar bien aunque todavía hay algo de barro de las lluvias de la semana.

Van siguiendo la costa superando los primeros obstáculos que presenta el camino dejando entrever de lo que está hecha la isla de Menorca. Después de pasar por varias calas, llegan a una de las más famosas de la isla: Macarella. Sorprende que una de las calas más icónicas esté totalmente vacía. En realidad, así es como está durante gran parte del año.

Pocos metros más tarde, en una de las bajadas, Alex corta el neumático con una piedra y pierde el control de la bici y cae dentro de un matorral. Por suerte solo se lleva un golpe y Andreu, con unas habilidades propias de McGyver, lo arregla con un trozo de cámara y 4 parches.

El grupo reanuda la marcha y entre Cala Galdana y son Bou, se adentran en el interior de la isla, cambiando los paisajes de playas de color turquesa, los acantilados y el mar por bosques frondosos, más propios del norte de España que de las Baleares, con senderos y pistas mucho más amenas.

Antes de llegar a Cala en Porter se encuentran zonas bastante difíciles, subidas con mucha pendiente muy difícil de superar encima de la bici, incluso sacando sus habilidades de trial, aún así fácilmente superables cargando la bici.

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Llegados a Cala en Porter hace rato que se ha puesto el sol, empieza a hacerse de noche y a hacer frío. Es momento de ponerse las pilas para llegar al hotel Artiem Capri de Maó, cenar y poner a punto las bicis para el siguiente día.

Según diseñaron las etapas, la segunda es la más corta y asequible con unos 49 km y 650 m de desnivel, con inicio a Mao y final en Ses Salines.

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El paisaje ya ha cambiado, ya no hay playas de arena blanca y agua turquesa, el norte de la isla es más rocosa, por lo que son playas de piedras con tonos de colores grises y agua azul oscuro. Siempre con mucho contraste.

En esta parte de la isla el 'Camí de Cavalls' cruza el 'Parque Natural de s’Albufera des Grau' con mucho contraste de paisaje, zonas agrícolas, bosques, zonas húmedas e islotes en las playas. El perfil de la etapa tiene subidas y bajadas cortas con vistas espectaculares de las playas y con contrastes de las zonas por las que pasa.

Como van bien de tiempo, deciden desviarse un poco para visitar el far de Favàritx y las formaciones rocosas de colores gris oscuro y negros y muy poca vegetación. Deciden hacer una parada en Arenal des Castell antes de atacar los últimos km hasta Ses Salines en la que pasan una pequeña parte de acantilados para luego meterse en una zona más boscosa hasta llegar al hotel.

El tercer día el cansancio acumulado ya empieza a ser muy notable y todavía queda el día más duro. La última etapa no es la más larga pero sí la más dura advierte Joan de Camí de Cavalls 360º, y no se pueden fiar de los números ya que son alrededor de 60 km y algo menos de 900m de desnivel, una etapa que, a priori, no debería ser ningún problema para ningún rider con algunos km en su espalda.

Recargan pilas en el hotel con un buen desayuno ya que no está del todo claro si va a haber tiempo de comer porque la intención es llegar al icónico Pont d’en Gil antes de que se ponga el sol para la foto final.

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Antes de salir, Joan comenta que hay una zona a la que los locales llaman "Mordor". Eloi le pregunta que por qué se llama así, a lo que Joan le contesta: "Tranquilo, cuando llegues a Mordor lo vas a saber".

Los primeros kilómetros son muy similares a los del día anterior con la diferencia de los tonos anaranjados y amarillos de las playas y las piedras del paisaje. Llegan a la famosa cala Pregonda, una de las más emblemáticas de la isla y cerrada por unos islotes llamado el Escullar de Pregonda. Al llegar allí, encuentran colores dorados y rojizos de la arcilla.

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La siguiente parte de la etapa pasa por una zona muy virgen, y una de las más duras, pasando por el temible "Mordor" que Joan comentó. El camino es estrecho y muy roto, con piedras sueltas y pendientes infernales. Aún con su destreza de trialeros el terreno les puede así que les toca empujar y en algún momento incluso cargar la bici para ir superando los pasos más complicados.

Llegan al punto más alto de la etapa, en la que han pasado de 0 a 126 metros en menos de 900 m con una pendiente que en algunos puntos llegaba a más del 35%. Según comenta Pol, la última parte, de Cala Morell hasta el Pont de’n Gil, ha sido una de las cosas más duras que ha hecho.

Se les ha sumado todo un poco; el cansancio de los 3 días, es la parte del camino más remota y virgen por lo que solo pudieron hacer un avituallamiento antes de llegar a Cala Pregonda, se les acabó el agua, y el terreno de la parte final es el más roto, y menos rodador de la isla por lo que exige el 100% de concentración además de un buen nivel técnico como físico, cualquier error supone una caída.

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Además Aitor, uno de los cámaras, en una zona muy rocosa con piedras en forma de cuchillos le hace un corte a la rueda que el tubeless no puede cerrar, por lo que ponen un par de mechas para poder cerrar el agujero para poder continuar.

Después de dos horas sufriendo por este terreno llegan al Pont d’en Gil, donde los fotógrafos Álvaro y Aitor aprovechan la puesta de sol para sacar unas fotos impresionantes. Desde allí hasta el centro de Ciutadella pasan por Cala en Blanes, todo por asfalto y de noche hasta llegar al hotel. ¡Ya pueden decir que son finishers de Camí de Cavalls 360º!

En general, Pol, Alex Andreu y Eloi comentan que la ruta ha sido mucho más difícil técnicamente de lo esperado. El terreno en gran parte es rocoso, escarpado y técnico y exige mucha concentración y no bajar la guardia en ningún momento, ya que los errores se pagan caros porque las caídas suelen ser en zonas de piedras afiladas.

Aún así las vistas y los lugares por los que pasas son una justa recompensa, con constantes contrastes, desde playas con aguas turquesas, hasta bosques y zonas rurales, pasando por acantilados y paisajes inmejorables.

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También comentan que es importante tener una buena logística y planear cuidadosamente las etapas. Al ser un terreno difícil, suelen haber caídas y roturas de material, así que es importante ir con un mínimo de experiencia mecánica, recambios y botiquín.

En conclusión, el Camí de Cavalls es una exigente ruta para los que que quieran disfrutar de las mejores vistas y caminos de la Isla de Menorca. Recomiendan hacerlo con bicis de XC dobles con cubiertas rodadoras pero con algo de taco y sobre todo con máximo 60 tpi o con protección lateral ya que sino habrá pinchazos cada dos por tres.

De vuelta a casa en el ferry comentan cuál podría ser la siguiente aventura, ¿Mallorca? ¿Canarias? En función de la situación de la pandemia decidirán, pero seguro que tardarán poco en aventurarse en otro proyecto…

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Fotos: Aitor Lamadrid y Álvaro Rodríguez

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