Tal no lo hayas pensado o lo veas inadecuado o demasiada seguridad. Pero, en determinadas circunstancias, un retrovisor se puede adaptar muy bien a la bici y ser realmente práctico.
La convivencia entre la bicicleta y el resto de vehículos en calles o carreteras a veces no es fácil. Por eso es importante, además de la propia precaución de conductores y ciclistas, que este último no escatime en elementos de seguridad para evitar percances.
A los elementos y ropa reflectante, luces, timbres y otros accesorios de seguridad puede sumarse el retrovisor. Puedes pensar que es demasiado para un ciclista, que sólo es necesario en coches o motos y que es un elemento que añade peso, es tosco y rompe la estética de la bicicleta. Pero actualmente en el mercado existen numerosos modelos adaptados a la bici que acaban desterrando estas ideas preconcebidas.
¿Por qué montar un retrovisor en la bici?
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Hay varias razones para añadir un retrovisor al montaje de tu bicicleta:
- Conducción más segura con el tráfico rodado
Es quizás la razón principal para montarlo. Si usas la bicicleta a menudo por tu pueblo o ciudad, tendrás que girarte hacia atrás para ver si viene un coche o una motor antes de hacer un giro o cambiar de carril. Esto te va a apartar la vista frontal, con todo el riesgo que eso supone. Instalando un retrovisor podrás echar una vista rápida hacia atrás sin descuidar la atención de los vehículos que salen por delante de ti.
- Rodar en grupo de forma controlada
Si acostumbras a salir en bici en grupo, ya sea con tu grupeta habitual, unos amigos o la familia, ver su situación en todo momento, de un rápido vistazo y sin el riesgo que supone girarse, te permitirá controlar la situación de tus compañeros y bajar el ritmo o esperar si uno de ellos se ha quedado rezagado.
- Mejor control ante imprevistos
Es posible que, ante situaciones de mucho tráfico, o fuera de él si emerge de improviso un vehículo, peatón o incluso animal (en Mountain Bike), ver y controlar todo lo que sucede a tu alrededor con un retrovisor sea de gran ayuda. Es un elemento muy práctico ante los imprevistos que puedan surgir en la ruta.
En el mercado existen numerosas opciones de retrovisor. Especialmente recomendada es la gama de Zéfal, con modelos para todo tipo de bicicletas, tipos de manillar, etc. La marca francesa te aconseja elegirlo en función de dos factores:
- Según su montaje
El uso del espejo retrovisor para la bicicleta tiene que ser óptimo su elección empieza por la ubicación y el tipo de montaje. Así existen diferentes lugares donde colocarlo, según tus necesidades y el tipo de espejo: en el manillar, con retrovisores de brazo largo como el Zéfal Espion Z56, o en el propio casco del ciclista, que mantiene el manillar despejado y es más ligero.
También se puede montar en el extremo del puño del manillar, como sucedes con el nuevo Zéfal ZL Tower 80 que se acaba de presentar y es ideal para e-bikes o bicis urbanas. O, si lo prefieres, montar un mini espejo en cualquier otra parte del cockpit, como sucede con el Zéfal Spy, que puede alojarse en la potencia, a la altura de la pipa de la dirección o en el propio manillar.
- Según su práctica
Este factor atañe al tipo de ciclismo o necesidades del propio ciclista. Por ejemplo, si utilizas la bici para ir al trabajo, lo más recomendable es que te hagas con un retrovisor de alta visibilidad y rango de ajuste, para obtener una vista precisa del tráfico. Así, modelos de brazo largo o instalados en el manillar, como el Zéfal ZL Tower 80 o Espion Z56 pueden resultar muy útiles.
Para el Mountain Bike, por razones de seguridad y para evitar golpes o dañar el retrovisor, se debe evitar colocar el espejo en los extremos del manillar o el puño. El retrovisor compacto Zéfal Spy es el modelo ideal para esta modalidad. Se puede instalar mediante una correa elástica sobre la potencia o en la dirección, otorgando al biker una visión rápida y nítida del entorno. Protegiéndose al mismo tiempo de impactos con ramas o piedras, salpicaduras de barro, etc.
Para carretera, por el contrario, se pueden combinar los beneficios de los dos tipos de retrovisor anteriores. Se puede instalar en el extremo del manillar, como el nuevo Zéfal Spin 25, pequeño, plegable y que se puede ubicar en el extremo del gancho del manillar. Sólo añade 50 gramos de peso a la bici y con él se obtiene una vista completa del movimiento de vehículos en la parte posterior.
Es el nuevo retrovisor de Zéfal, recomendado para e-bikes o bicicletas urbanas. Un aliado perfecto que aporta seguridad en tus trayectos ciclistas por la ciudad. Su fijación en el extremo del puño es estable y rígida, gracias a su material de poliamida reforzada con fibra de vidrio. Una estructura que mantiene el espejo estable y no se mueve con baches o similares.
El espejo es especialmente resistente a golpes o impactos, gracias al ABS cromado con cualidades irrompibles. Además, el nuevo ZL Tower 80 es reversible. Puede instalarse indistintamente a la derecha o a la izquierda del manillar. Por su parte, ofrece un gran plano visual, gracias a su superficie de 80 cm cuadrados.
Por último, comentar que su peso es de 103 gramos, y es compatible con los extremos de manillar de diámetro de 16 a 22 mm. Su precio es de 27,95 €.