Richard Carapaz se viste de rosa... y lo va a vender caro

Richard Carapaz se viste de rosa... y lo va a vender caro

Ahora sí, el Giro ya está en manos de quienes tienen que pelearlo. Los líderes de paja se han terminado. Dicho lo de líder de paja sin ningún ánimo de ofender y con el mayor de los respetos al dignísimo Giro que han hecho tanto Valerio Conti como Jan Polanc, aguantando la 'maglia rosa' durante más de una semana entre los dos para el UAE Emirates. Esas prendas hay que honrarlas, y lo han hecho como debían.

Pero ya llega la hora de los gallos. De los grandes del pelotón mundial. Y si ayer golpeó Mikel Landa, hoy ha sido Richard Carapaz. El ecuatoriano se ha marchado solo en el Colle San Carlo y ha entrado vencedor en meta. Se lo ha currado muchísimo, pero en parte también por dejación de funciones tanto de Roglic como de Nibali. Cuando lo tenían a sólo 15 segundos, en pleno descenso ya camino a Courmayeur. Se han empezado a mirar, a relajar y a parar... y el hueco se ha ido casi a los dos minutos.

Así que, casi de forma colateral, se ha vestido con la maglia rosa. Y ahora viene el asunto: Richard Carapaz no está de rosa por casualidad. El ecuatoriano lleva diciendo, en los medios de comunicación de su país, que el Giro de Italia es su carrera favorita y que quiere llevar la maglia -la 'Camiseta Rosa', como le dicen allí- a su país como vencedor. O sea, que aquí no hay nada casual.

Por otro lado está la doble baza de Movistar. ¿Correrá ahora a la defensiva? Pues Carapaz tal vez, pero Landa no tiene por qué. El alavés puede seguir atacando y así obligar a Roglic y Nibali a mostrarse de una vez con todo, mientras Carapaz se limita sólo a seguirlos y guarda fuerzas... con la posibilidad de rematarlos luego.

Hay otro hecho que ha pasado inadvertido por la algarabía de la afición española respecto a Landa. Pero en la etapa del viernes, en el Lago Serrù, el vasco llevaba un minuto al grupo de los grandes favoritos... y Carapaz terminó entrando en meta sólo 20 segundos más tarde. O sea, que está muy muy fuerte y encima es un escalador puro. Los dos lo son. Y si algo queda en este Giro por delante, es montaña. Falta la última crono, donde Roglic es muy superior, pero antes hay cinco días de aúpa y un sólo sprint posible a la vista. Pero el ecuatoriano va a vender muy cara la prenda. Y a Movistar se le queda por delante una carrera de cara para, al menos, provocar más de un dolor de cabeza.

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