Gran Guanche: recorremos la gran travesía de las islas Canarias en MTB

Gran Guanche: recorremos la gran travesía de las islas Canarias en MTB

La Gran Guanche no es sólo una prueba de bikepacking. Es un desafío y una aventura en el sentido más amplio del término. Esta travesía de no sólo es a lomos de nuestras bicicletas de montaña. El uso de los ferries es obligatorio para pasar de una isla a otra. En total recorrimos 5 islas del archipiélago canario. Escalamos más de 20.000 metros de desnivel a lo largo de 800 kilómetros. Una variedad paisajística única y enorme. Dureza física y mental asegurada.

Por David Rovira

La palabra Guanche identifica a los antiguos aborígenes que habitaban las islas Canarias antes de la conquista francesa y posteriormente castellana en el S. XV. Este pueblo era originario del continente africano, entroncado genética y culturalmente con las poblaciones bereberes del norte africano.

La travesía de bikepacking Gran Guanche toma prestado este nombre y lo aplica a tres modalidades. El italiano Matteo Minelli, establecido en las islas hace años, ha ideado tres circuitos distintos; uno para bici de carretera, otro para Gravel y otro para MTB.

Estos itinerarios se pueden hacer por libre en cualquier época del año, pero existe la cita llamada Audax. El Audax es la non stop de Gran Guanche. Si se realiza el itinerario en MTB se llama Audax Trail. Junto a Jordi Bernatallada, David Mateu y Bernat Font nos trasladamos hasta la isla de Lanzarote para iniciar una travesía épica.

Gran Guanche: 800 km en MTB por las islas Canarias

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La Gran Guanche Audax Trail comenzó en la isla de Lanzarote y de noche. La pequeña localidad costera de Orzola vio como a las 22 h del sábado 19 de noviembre unos pocos y osados bikepackers se disponían a iniciar una fatigosa travesía en BTT por 5 islas de las Canarias.

La Audax Trail recorre esta árida y venteada isla de norte a sur, atravesando amplios campos de lava, barrancos, pistas, algo de asfalto y empujados en muchas ocasiones por el viento del norte, que soplaba tozudamente.

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En estas travesías non stop avanzamos tanto de día como de noche y en Lanzarote nos tocó rodar totalmente en horario nocturno. En resumen, apenas vimos algo de esta singular isla. Después de 119 km y más de 2.000 metros positivos nos plantamos en Playa Blanca, en el extremo sur de la isla. Esperamos al primer de los 5 ferries que utilizaríamos en la travesía. En la terminal del puerto y envueltos en una manta de supervivencia dormimos apenas 2 horas, desayunamos y embarcamos nuestras bicicletas en el barco. En una hora escasa nos encontrábamos en la siguiente isla, Fuerteventura.

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En esta desértica isla nos esperaban 160 km y unos 2000 metros de ascenso. Acompañados por un insistente e intenso viento del norte, empezamos a recorrer las rápidas pistas del litoral, para pasar a zonas donde había que empujar la bici, senderos de lava poco ciclables y de nuevo pistas y carreteras donde la bicicleta corría con mayor inercia.

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En Gran Guanche hay que tener en cuenta los horarios de los barcos. El último ferry salía a las 18 h y lo perdimos por 5 minutos. Nuestra rápida llegada al puerto no sirvió para nada y vimos cómo el ferry se iba sin nosotros. Ahora tocaba esperar hasta las 6:30 h del día siguiente. Cenamos copiosamente y dormimos en un hotel. A veces descansar bien compensa, pero supone también una rotura demasiado brusca del ritmo. Volver a empezar de nuevo, a calentar músculos y cabeza.

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De nuevo en marcha, esta vez hacia la isla de Gran Canaria. El ascenso hacia el Pico de la  Nieves fue muy duro. Las rampas de la zona de Valsequillo nos pusieron a prueba y el SRAM Eagle salió a nuestro rescate.

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Los metros de ascenso se acumulaban y los kilómetros también. El descenso se hizo esperar, pero valió la pena. Un larguísimo y divertido sendero nos condujo hacia nuevas escaladas, nuevos barrancos y terreno inhóspito. Estos espacios deshabitados y salvajes nos cautivaron.

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Una larguísima y pendiente bajada final nos acercó a Agaete. En este puerto grancanario nos esperaba el ferry hacia la isla de Tenerife. Dejábamos atrás 140 kilómetros y 4.600 metros de ascenso. La fatiga iba en aumento y el castigo empezaba a ser importante. Lo que nos quedaba por delante no era poco y había que conectar nuestra centralita mental a nuestra parte más mecánica y fisiológica.

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Llegamos a la isla de Tenerife a las 22 h del lunes. Llevábamos ya 48 horas de ruta. Nuestro plan fue empezar el largo track tinerfeño (167 km y 4.360 m positivos) y dormir en La Laguna. De esta manera partíamos un poco un dilatado y duro recorrido. Ascendimos el puerto del Bailadero para llegar a San Cristóbal de la Laguna.

En esta población buscamos el cobijo de una entarimado en la plaza de la iglesia y metimos nuestras bicis y cuerpos debajo. Nos envolvimos en las mantas térmicas y dormimos unas 3 horas. Nos levantamos, desayunamos, encargamos unos bocadillos y de nuevo en ruta.

El ascenso hacia el observatorio espacial del Teide fue largo, muy largo. Escalamos 2.400 metros seguidos en medio de bosques de pino canario. La llegada a la parte final, rodeados por campas de lava mereció mucho la pena. Arrancamos hacia Vilaflor, sorteando un pesado hike a bike y unos larguísimos falsos llanos. Una Coca Cola rápida y seguir hacia Los Cristianos. De nuevo comer y esperar al ferry de las 19 h que nos conduciría hacia la última de las Islas, la isla de La Palma.

La Palma, Parque Jurásico

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Era casi de obligado cumplimiento descansar y dormir algo para afrontar del tirón los 190 km y 6.000 metros de ascenso que nos deparaba el track de la isla de la Palma. Unas pocas horas de descanso y empezamos una ascensión de 2.400 metros de manera ininterrumpida.

Pasamos de sortear plantaciones de plátanos a rodar por duras pistas de arcilla roja. La vegetación era exuberante. Los helechos y otras especies vegetales que desconozco adornaban la serpenteante pista que nos iba acercando a la cima.

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El Roque de los Muchachos nos vio coronar e iniciar un interminable descenso hacia la zona de Barlovento. Me vino a a cabeza la similitud de estas zonas tan húmedas de La Palma con Nueva Zelanda. Un ambiente muy tropical que cambió repentinamente a otro ambiente más árido, dominado por viñedos. Todo era muy cambiante y ondulante.

La llegada a Tazacorte, ya de nuevo en el litoral fue espectacular y terrorífica a la vez. La evidencia de la erupción de volcán de Cumbre Vieja era abrumadora. Lenguas de lava negra destacaban en medio de casas, poblaciones y lava antigua (de tono marrón). La naturaleza nos mostró su cara más cruda y devastadora.

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Eran las 18 h y decidimos comer para afrontar de nuevo una ascensión de 2.400 metros. Ya de noche y con las luces encendidas escogimos un ritmo de ascenso cómodo pero sin llegar a ser lento. Tampoco queríamos eternizar la subida. En plena noche atravesamos coladas de lava negra de la reciente erupción envueltos de una neblina húmeda y tenebrosa. Coronamos el último repecho y nos dejamos llevar por la pendiente hasta la costa. Ya de nuevo en Santa Cruz de La Palma finalizamos esta brutal travesía del archipiélago canario.

La ruta Gran Guanche nos brindó la oportunidad de conocer, amar y sufrir 5 de las 7 islas Canarias. La diversidad de paisaje es absoluta entre algunas de ellas. Personalmente me enamoró La Palma, por su vegetación exhuberante y por sus remotos lugares, pero esto ya forma parte de otra historia.

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TRACK DE LA RUTA (KOMOOT)

Provincia: Las Palmas y Sta. Cruz de Tenerife.

Distancia: 800 km

Desnivel: + 20.000 m de desnivel

Altura máxima: 2.390 m

Altura mínima: 0 m

Duración:  5 días (5 etapas)

Dificultad técnica: media

Dificultad física: alta

Estación ideal: todo el año

Circular: no

Avituallamientos / alojamientos: Orzola, Playa Blanca, Agaete, La Laguna, Santa Cruz de Tenerife, Tazacorte, Santa Cruz de la Palma.

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