Que Sagan es un ciclista de otro nivel lo sabíamos todos. Hasta el punto de ser el primer corredor en la historia que directamente ha pisoteado la conocida como ‘Maldición Arcoiris’, esa que decía que cuando alguien se proclama campeón del mundo al año siguiente tiene una mala temporada. Ejemplos de ello hay para todos los colores, pero el caso es que el eslovaco está rindiendo a un nivel impresionante.
Porque ya no es sólo que lleve 10 victorias en este 2016. Es que tres de ellas son etapas del Tour de Francia, por ejemplo, donde llevaba ya varios años acabando segundo, ganando el maillot verde, metiéndose en todo tipo de fugas y llegadas… y sin levantar los brazos. Así que a sus 26 años, Sagan en lugar de achantarse por el maillot de campeón del mundo lo ha tenido como revulsivo para volver a ser el corredor ganador que fue. Y para la carrera la historia tampoco podía terminar mejor, porque no hay un ganador como él para poner una prueba de nueva creación en el punto de referencia.
El Europeo, sobrado
Lo cierto es que en este Campeonato de Europa, Sagan ha ido completamente sobrado. Con pocos compañeros en su selección, él ha ido controlando el cada vez más menguado pelotón en todo momento. Se le ha visto pasar adelante y atrás con una facilidad pasmosa mientras el resto de corredores iba apagando sus fuerzas a lo largo de los 237 kilómetros del circuito en los alrededores de Plumelec.
La cota de Cadoudal, que se ha pasado 17 veces, es un escenario perfecto para Sagan. Porque no tiene la dureza de un Mur de Huy donde por ejemplo Valverde podría ser más efectivo y tampoco es una llegada llana donde un sprinter puro pueda quitarle el sitio por velocidad punta. De ahí que cuando Moreno Moser se escapó y llegó a meter medio minuto al pelotón, fuese el propio Peter en persona el que se encargase de echar abajo al italiano una vez que Diego Rubio –carrerón del de Navaluenga en favor del equipo- y Jan Bakelants, que llevaban un buen curro encima, han terminado por reventar.

Antes de eso, a Sagan casi se le escapa la carrera en un corte de 15 unidades donde venían Gilbert, Frank o Fabio Aru entre otros –también con Diego Rubio- y donde la selección de Eslovaquia terminó completamente desarbolada. Fue Francia el equipo que se encargó de liquidar esa fuga y devolverlo todo a la normalidad.
Dani Moreno acaba tercero
En el último paso por Cadoudal que dejaba a los corredores en meta, Davide Vilela pasó a Moreno Moser intentando sorprender desde lejos. El que salió al ataque fue el veteranísimo Dani Moreno, pero Sagan le cogió la rueda con sorprendente facilidad y empezó el recital. Hasta se permitió el lujo de dejar de pedalear un poco antes de la meta y celebrar la victoria. Campeonato del Mundo, Campeonato de Europa, no ganó el de Eslovaquia porque se lo entregó en bandeja a su hermano Juraj… y en un mes tiene la opción de volver a ganar en Qatar, aunque la nómina de sprinters será muy importante.
Por detrás la lucha por el segundo puesto se definió en un sprint entre Dani Moreno, que una vez superado por Sagan siguió lanzando su apuesta, y Julien Alaphilippe. El francés, que algún día no muy lejano ganará grandes clásicas, batió al madrileño por milímetros y se lleva la medalla de plata, mientras que Moreno apunta a España en el primer podio de la historia de los Campeonatos de Europa con un bronce al que hay que sumar el oro de Castroviejo en contrarreloj en un gran estreno de nuestro país en la categoría elite.