SOLO BICI OS CUENTA LA HISTORIA DE... JUAN SIN MIEDO

SOLO BICI OS CUENTA LA HISTORIA DE... JUAN SIN MIEDO

De Asturias a cualquier lugar del mundo que os pdáis imaginar. Juan Menéndez Granados, más conocido como Juan Sin Miedo, ha convertido su pasión en su profesión. Concluida su última aventura en Mongolia (2.685 km con un desnivel acumulado de 15.400 metros), Juan Sin Miedo puso rumbo a Noruega, al mercado de Bergen, donde trabaja unas 16 horas al día para seguir manteniendo vivos sus sueños con 35 años, a la espera de iniciar su 16ª expedición, después de acumular más de 14 años como expedicionario profesional. Todos los que amamos la naturaleza y el MTB nos cambiaríamos aunque solo fuera un día por este asturiano universal.

Juan, esta ha sido tu novena temporada trabajando en Noruega, pero ¿cómo llegaste aquí?

En una ocasión que atravesé Escandinavia en invierno no tenía casi dinero para volver. Pregunté por trabajo y me salió. Estoy aquí desde mitad de mayo hasta finales de septiembre. Trabajo en el famoso mercado de Bergen, unas 15/16 horas, para seguir manteniendo mis proyectos.

¿Te gustará el pescado?

Me gusta, todavía no lo odio. Aquí el salmón, el bacalao o el cangrejo real son exquisitos. No tienen nada que ver con lo que se come en España.

Última aventura, Mongolia. ¿Cómo fue?

Cubrí 2.685 km en 34 etapas. Fue bien, una aventura muy cañera, empecé con temperaturas de -20ºC y terminé en el desierto del Gobi, con tormentas de arena, mucho polvo, con temperaturas de 37ºC a la sombra y nevando el último día. Los dos últimos días fueron muy difíciles porque tuve una rotura fibrilar. No me moría de dolor, pero a 72 km de la llegada me quedé en un cañón bloqueado, con vientos de 100 km/h.

¿Por qué Mongolia?

Tenía muchas ganas. Es un país muy vasto, muy salvaje, con un 70 % de su población que vive en plan nómada al cuidado del ganado. Un destino que si te gusta la aventura, es imprescindible. Y cumplió todas mis expectativas.

¿Próxima expedición?

Quiero ir a Estados Unidos, a hacer un desierto, y también quiero regresar a Australia y a Siberia. Dices que llevas 14 años como expedicionario profesional y 15 expediciones potentes, ¿cuáles han sido las más bestias? Polo Sur, la Amazonia, cruzar Australia en diagonal, el Ártico canadiense, el lago Baikal helado en invierno, Tanzania, Kilimanjaro o Groenlandia.

¿Cuál fue la primera de tus expediciones?

Fue la Transpirenaica, cuando tenía 20 años. Tengo muy buenos recuerdos. No fue sencilla y además la endurecí metiéndome por Andorra y algún puerto. Me enganché y de ahí me lancé al Alto Atlas, al Amazonia… Con anterioridad había hecho el Camino de Santiago en tres ocasiones.

Pero, ¿de dónde te viene todo esto?

Siempre me gustó la bicicleta. Hacía rutas por mi pueblo, hasta que un día decidí aspirar a algo más. Te gusta, repites, quieres algo más y te engancha.

¿Hay que ser un tipo especial para hacer lo que haces?

Hay que ser duro físicamente y de cabeza para hacer expediciones en solitario. Cuando todo va rodado, perfecto;, pero cuando las cosas se ponen feas, hay que tirar de coco. Cuando dependes de ti mismo, duermes a la intemperie, con los lobos fuera…

Eres Juan Sin Miedo, pero, ¿lo has llegado a pasar realmente mal?

He pasado por momentos de miedo. En Mongolia solo pasé una infección de anginas, pero en la Antártida hubo momentos muy complicados, recuerdo una deshidratación fuerte en Australia, pero no he llegado a temer por mi vida, aunque sí que hay veces que tu vida está en peligro y la diferencia entre vivir y sobrevivir es escasa.

No todos podrían hacer lo que tú haces.

La verdad es que es un sacrificio grandísimo, a todos los niveles, como el económico, porque me sigo pagando yo los proyectos casi al 100 %. Cannondale me apoya, pero están los vuelos, la comida, los teléfonos satélite, hay que pagar los seguros… Es difícil a todos los niveles, a niveles de pareja. Hay mucho sacrificio detrás de lo que hago.

Un aventurero profesional como tú tiene que estar en forma.

Me tomo el entrenamiento bastante en serio e intento simular las situaciones que me encontraré después. Miro de entrenar por los menos unas 25 horas a la semana sobre la bici, que para un amateur como yo no está nada mal.

¿Qué haces cuando estás en casa?

Doy conferencias, preparo expediciones, busco patrocinadores y cuando me doy cuenta, ya estoy en la siguiente.

Ahora tienes 35 años, ¿hasta cuándo te ves con esta vida?

Hasta que la ilusión me acompañe. Espero seguir haciendo esto unos cuantos años más. Algún día sí, montaré una familia. No me marco una meta.

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