… y así se ha comportado
Las bicicletas de doble suspensión ideadas para rally o maratón por Specialized toda la vida han tenido muy buena reputación. Sin embargo, como chica a la que le gusta exprimirse, competir en XC y picarse hasta con su sombra, siempre me había decantado por llevar un cuadro rígido, ya que me defiendo bastante mejor en bajadas que en subidas y no me gusta ni arrastrar un gramo de más ni la sensación de perder fuerza entre basculantes y flexiones. Pero nada más ver la Era S-Works y quedar seducida por su belleza, al agarrarla pude comprobar que el peso no sería un hándicap en esta ocasión.
Particularmente enamorada del sistema Brain de Specialized (que hace que me olvide de todo pensando solamente en pedalear fuerte), el sistema de basculante FSR, el amortiguador FOX con el cómodo dial MiniBrain trasero, hace que trabaje a tu medida; en posición cerrada la bicicleta prácticamente se convierte en una rígida y abriéndolo ofrece una sensibilidad que otorga la sensación de que la parte trasera va pegada al suelo y dibuja el terreno aportando un tracción brutal.
La horquilla RockShox RS-1, además de minimalista, limpia y muy bonita, ofrece una rigidez absoluta, incluso si pedaleas de pie y, cuando toca, dibuja los baches con una sensibilidad que hasta ahora no había visto. Eso sí, no he tenido ningún percance, pero no le vendría mal algo de protección a las barras descubiertas de la parte inferior, y los diales de control de rebote y Brain estarían más a mano en el lado derecho.
Con una geometría compacta, la bicicleta, sin llegar a ser una rígida asesina, se comporta de manera ágil y en ningún momento te da la sensación de ser lenta o de que le pese el culo. En momentos en los que tuve que echar la bici al hombro, resultó una bici cómoda y con huecos generosos para poder agarrar; eso sí, lástima que no admita la opción de un segundo portabidón para largas salidas o etapas maratón como tiene la Epic de los hombres. Me gustaron especialmente las Roval Control SL; ligeras, duraderas y con una rápida aceleración a pesar de ser 29”; el contrastado grupo XX1 de SRAM, pues aunque habría preferido un plato de 32 dientes y una biela más larga de 175 mm, funcionó a las mil maravillas.
Los nuevos frenos Magura MT8, más estilizados y minimalistas que los anteriores, se comportaron bien aunque prefiero un tacto más duro y menos chicloso y en un día de lluvia chirriaron demasiado. El sistema de agarre de la tija con el sillín con un solo tornillo era cómodo de ajustar, pero en mi caso no acabó de sujetar bien, sin duda prefiero un sistema de agarre con dos tornillos.
El sillín específico para chicas no tiene una forma ni una estética racing pero resultó muy cómodo. Eso sí, lejos de centrarme en estos mínimos detalles, debo confesar que mi idea de que para competir en rally o maratón la bici debía que ser rígida ha cambiado y reconozco que no me importaría en absoluto poder exprimir esta maravilla en mis competiciones de la próxima temporada.
