TREK FUEL EX 9.9 PROJECT ONE

TREK FUEL EX 9.9 PROJECT ONE

Eliges entre tres modelos en función de tus preferencias de pedaleo. Podemos escoger entre las dos Superfly, dos bicis agresivas de puro XC, o bien decantarte, como ha sido nuestro caso, por el cuadro Fuel EX, sin duda, una referencia en cuanto a bicis trail se refiere. Una bici para todo, 120 mm de recorrido con una geometría equilibrada tanto para subir como para bajar y las cómodas ruedas de 29”. Ideal para nuestra manera de entender el mountain bike, siempre buscando nuevos caminos, preferiblemente sendas enlazadas y bajadas con doble de flow.

El proceso de configuración de la bici es algo muy personal y recomendamos que os dejéis asesorar por vuestro gurú de confianza. Básicamente porque la bici que vas a confeccionar es única, firmada para ti y con un montaje que se ajuste a tus necesidades y sin vuelta atrás. Así que lo primero es dar con cuál de los tres cuadros (el Superfly, el Superfly FS y el Fuel EX) se adapta mejor a lo que necesitas. Una vez lo tenemos claro, tenemos que acertar con la talla. Y es que Trek posee numerosas tallas intermedias ideales para dar con tu talla ideal. La siguiente es muy personal, ya que determinamos los colores de nuestra futura bici; a gustos, colores, nunca mejor dicho. Hay quien se decanta por colores rompedores y hay quien prefiere diseñar una bici discreta que pase un poco desapercibida, ya que una Project One siempre será una bici muy golosa, ya me entendéis. Nosotros decidimos apropiarnos del naranja de KTM u Open, por la sencilla razón de que nos gustaba y además ninguno de los integrantes de la redacción había montado ni visto nunca una Fuel EX con dichos colores.

Una vez tenemos el cuadro customizado y firmado nos centramos en configurar los componentes. El objetivo era claro: conseguir una bici sub 11 kg con tija hidráulica para poder subir con agilidad y poder disfrutar bajando con el confort que ofrece tradicionalmente la Fuel EX. Para ello apostamos abiertamente por SRAM en la transmisión, en concreto por el XX1, la transmisión mecánica más ligera hasta la fecha. Once velocidades con un piñón trasero de 10-42 en combinación con un plato de 30 dientes. Normalmente empleamos un plato de 32 dientes en bicis por debajo de los 10 kg y la conseguimos mover con agilidad.

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En este caso no hemos querido pecar de optimistas y consensuamos montar un plato más pequeño, puesto que en por nuestra capacidad física tenemos comprobado que para bicis cercanas a los 11 kg un 32 se nos atraganta un poco en subidas exigentes y prolongadas. En cuanto al pulsador, optamos por la maneta tipo Trigger, con la que simplemente estamos más familiarizados en detrimento del Grip Schift. Y tal y como os confesábamos, optamos por montar tija hidráulica, en concreto la RockShox Reverb, que si bien sabíamos que incrementaría unos 300 y poco gramos respecto a una tija de carbono Bontrager, nos aporta mucha movilidad y seguridad en los sitios más técnicos. Y seguimos para bingo, pues como horquilla decidimos montar la espectacular RockShox RS-1, en la versión de 120 mm, la máxima expresión tecnológica de la casa americana en cuanto a horquillas invertidas se refiere. Buen peso, estética brutal y con el cuerpo principal en carbono.

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Hasta el momento la bici se parecía mucho al modelo de serie, la Fuel EX9.9 XX1, así que rompimos la baraja de SRAM y apostamos por los nuevos frenos Shimano XTR. Y es que aunque los nuevos hidráulicos de SRAM, los Guide, han mejorado muchísimo respecto a los Avid, seguimos prefiriendo la ergonomía, potencia y buen hacer de los XTR con discos de 180 mm delante y 160 mm trasero. Para las ruedas nos inclinamos por las DT Swiss, unas ruedas muy fiables, especialmente sus bujes, que aguantan mucha tralla y dan pocos problemas de mantenimiento. Las 1501 para un biker de 68 kilos como Rubén, nuestro probador, poseen el grado de absorción justo sin llegar a flexionar más de lo razonablemente necesario. Para rematar el montaje optamos por los cómodos puños de silicona ESIgrip, fáciles de limpiar y con un plus de comodidad para nuestras manos. Para el resto de los periféricos, hemos barrido para casa, ya que tampoco se trata de un montaje a la carta como tal y debemos apostar por la más que contrastada gama Bontrager de componentes para manillar, potencia, sillín y cubiertas.

A pedir de boca. Literal, de hecho así ha sido. ¿Vamos a poner peros a un montaje que hemos pedido ex proceso? La bici va de lujo porque es un lujo de bici. Posee una plataforma de pedaleo excepcional. Mucha culpa la tiene el Re:aktiv. Los ingenieros de Trek unieron fuerzas con sus homólogos de Penske Racing (e implementada por FOX) para crear un amortiguador trasero con un damping que se caracteriza por dotar al sistema de suspensión de un carácter regresivo que permite potenciar dos aspectos tradicionalmente antagónicos como la eficacia de pedaleo y la sensibilidad de lectura del terreno.

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Para que nos entendamos, está a medio camino entre la dureza de una válvula de inercia y la linealidad y flotabilidad de un pivote virtual. Con un buen ajuste del SAG y del rebote nos permite apurar la posición Trail del CTD en prácticamente en toda la ruta, puesto que cuando recibe un mayor impacto, el amortiguador deja fluir el paso de aceite para aprovechar todo el recorrido, mientras que en las subidas su tacto regresivo nos permite subir eficientemente con muy poca contaminación de pedaleo. Mientras circulamos, la bici no se mueve ante los impulsos del pedaleo, mientras sí reacciona ante los impactos del terreno. Posee una posición de conducción muy cómoda, con un ángulo de dirección de 69,5°, muy bueno para subir y que no penaliza en las bajadas más exigentes.

La tija hidráulica también nos ayuda a ello. En general es una bici todo uso, una trail brutal con la que dejar a un lado las carreras y centrarte en disfrutar. Es ágil por su bajo peso y muy tragona gracias al diámetro de rueda y sus excepcionales suspensiones, que nos facilitan la labor en tramos complejos. Lástima que este manjar esté solo al alcance de algunos privilegiados. Una auténtica bici de museo.

TREK Fuel EX 9.9 29 Project One

Precio: 8.699 €

Peso: 110,920 kg (talla M, sin pedales) / 120 mm/120 mm

CUADRO Material Cuadro principal, tirantes y vainas de carbono OCLV Mountain.
Tallas 15.5, 16.5, 17.5, 18.5, 19.5, 21.5 y 23".
Garantía Vitalicia del cuadro, 5 años en los basculantes.
SUSPENSIONES Horquilla RockShox RS-1 con Solo Air, rebote, bloqueo remoto Motion Control y geometría G2 adaptada con avance de 51 mm.
Amortiguador FOX Factory Series Float con DRCV, RE:aktiv, preajuste CTD (climb-traildescend), rebote, revestimiento de Kashima.
TRANSMISIÓN Pedalier SRAM XX1/32 dien./Bielas 175 mm.
Casete SRAM XX1/10-42/11 velocidades.
Cadena SRAM PC-XX1 de 11 velocidades.
Pedales No incluye.
Mandos de cambio SRAM XX1, 11 velocidades.
Cambio SRAM XX1 X-Horizon, Type 2, 11 velocidades.
RUEDAS Llantas DT Swiss XM1501 Spline One, válvulas y fondos tubeless.
Bujes DT Swiss 142x12 trasero, Predictive Steering 15x110.
COMPONENTES Neumáticos Bontrager XR3 Team Issue Tubeless Ready, aro de aramida, 29x2,30".
Frenos Shimano XTR.
Discos 180 mm delantero y 160 mm trasero.
Manillar Bontrager Race X Lite Low Riser de carbono/31,8 mm de 5 mm de altura/780 mm.
Potencia Bontrager XXX, carbono, 31,8 mm, 7 grados/80 mm.
Dirección Cane Creek IS-3, E2, carbono.
Tija de sillín RockShox Reverb Stealth, cabeza de 2 tornillos, 31,6 mm, retroceso cero.
Sillín Bontrager Evoke RXL de carbono.
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