Trek Top Fuel edición especial Solo Bici, test de larga duración: la MTB total

Trek Top Fuel edición especial Solo Bici, test de larga duración: la MTB total

Un año entero probando el dream build único que hicimos de la Trek Top Fuel edición especial Solo Bici nos ha servido para extraer conclusiones sobre su comportamiento en la montaña… y pasárnoslo muy bien.

La pasada temporada llevamos a cabo uno de los proyectos más interesantes a los que nos hemos enfrentado en la redacción de Solo Bici: configurar la mountain bike más completa posible. Para ello, nos servimos de un cuadro Trek Top Fuel 2022. Una plataforma todoterreno, y la completamos con un montaje totalmente diferente al ofrecido de serie. En algunos casos para potenciar sus cualidades más trail, y en otros para sacar a relucir su ADN racing.

El resultado os lo mostrábamos en este artículo y a través de este vídeo:

En aquel reportaje hicimos un concienzudo análisis de cada elemento y los motivos que nos llevaron a escoger uno u otro componente. Pero emplazamos el análisis en marcha a un segundo capítulo que llega un año después. Y tras cientos (miles) de kilómetros acumulados.

Plataforma polivalente

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En primer lugar, cabe destacar que, en el capítulo de presentación de nuestra Trek Top Fuel edición especial Solo Bici, no dedicamos ningún comentario a su geometría. Fue una decisión premeditada. Porque la geometría de la nueva Top Fuel determina en buena medida su comportamiento sobre el firme y ha resultado ser una grata sorpresa.

Recuerda que la firma norteamericana decidió, en su última renovación de la Top Fuel, desplazar definitivamente al filo que separa el Trail del Cross Country, relegando todas las capacidades deportivas a la exitosa Trek Supercaliber.

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En consecuencia, Trek encontró vía libre para diseñar una geometría muy agresiva donde el rendimiento tuviera menor peso y la capacidad de descenso, mayor. Así, la dirección se lanza a 66º. Es decir, 1,5º más abierto que en la generación anterior. También ha aumentado el reach en cada talla y ha disminuido la altura del pedalier. Las vainas se quedan en tan solo 434/435 mm, reflejando así la agilidad y maniobrabilidad de esta singular bicicleta.

Grata sorpresa

Sin embargo, la sorpresa llega al subirnos al sillín y comenzar a pedalear en terreno rodador. El tubo vertical se erige a 75,9º. Esto nos confiere s una postura muy agresiva que nos invitar a exprimir las bielas y pedalear con fuerza. Ya sea en llano o en terreno ascendente.

Sobre el terreno, ha resultado ser una geometría extremadamente versátil. Con aplomo y contundencia desde el eje delantero para acometer fuertes impactos, ágil y manejable en terreno revirado y sorprendentemente reactiva cuando la pendiente se vuelve en nuestra contra.

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No olvidemos que Trek ha permanecido fiel al sistema Mino Link en la Top Fuel a través del cual podemos modificar ligeramente la geometría (con suma facilidad) mediante unos casquillos ubicados en el anclaje inferior del amortiguador. La posición Low lanza la dirección, relaja el ángulo del sillín y reduce la altura del pedalier. En nuestro caso, no obstante, hemos optado la mayor parte de nuestras salidas por la posición High para obtener mayor agilidad y eficiencia en recorridos de gran desnivel, sabedores de que la geometría sería suficientemente agresiva en esta configuración.

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En esta tabla puedes comprobar las cotas más relevantes de la Trek Top Fuel en la talla M/L que hemos probado, tanto en la configuración High como Low:

High Low
Ángulo del tubo del sillín 69,9º 69,5º
Ángulo de la dirección 65,9º 69,5º
Altura del eje de pedalier 34,6 mm 34,1 mm
Longitud de la vaina 434 mm 435 mm
Distancia entre ejes 120 cm 120,1 cm
Altura del cuadro 60 cm 60,4 cm
Alcance del cuadro 46,4 cm 46 cm

Suspensiones down country

El recorrido de la nueva Trek Top Fuel 2022 aumentó a 120 mm en cada eje, ubicándose en lo que podría ser una bicicleta Down Country de manual. No obstante, ésta es una mountain bike particular. Tal y como apuntábamos en el artículo de presentación de este modelo, Trek pareció ‘liberarse’ de cualquier atadura en cuanto a rendimiento en competición para dar rienda suelta a sus cualidades todoterreno. Gracias a ello Trek ha podido conservar el punto de giro ABP en el eje del basculante para configurar una suspensión trasera más compleja y completa que los habituales monopivotes de las bicis de XC.

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Nuestro set de suspensiones está formado por un mix de amortiguador Fox Float DPS  Factory ‘pata negra’ y una horquilla RockShox SID Ultimate, con barras de 35 mm. Ambas suspensiones nos han concedido una absorción muy sensible aunque sin perder el tacto reactivo propio de una bici de rally.

Y aquí entramos en uno de los puntos más conflictivos de la bicicleta. La demostración de que estamos ante una bicicleta muy próxima al Trail y menos al Cross Country de competición queda patente en la carencia de bloqueo remoto de las suspensiones. De hecho, el cuadro ni siquiera permite instalar el cableado interno para ello.

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En nuestra experiencia hemos recurrido a los bloqueos manuales de forma intuitiva. La horquilla cuenta con dos posiciones, abierto y cerrado (bloquea por completo) mientras que el amortiguador ofrece además una posición intermedia. Precisamente esta opción de semi bloqueo ha sido una configuración muy recurrente, especialmente en aquellos recorridos versátiles donde necesitábamos un push de pedaleo aunque manteniendo el buen feeling de la suspensión.

Además, la posición ‘natural’ del amortiguador, es decir, no invertido, nos acercaba más si cabe el ajuste del bloqueo. No obstante, y para ser justos, cuando hemos querido hacer un uso más XC-Maratón de la bici, sí hemos echado en falta las facilidades que ofrece un bloqueo remoto.

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Pero es imprescindible poner en valor el excelente rendimiento de la suspensión Active Braking Pivot. En posición abierto gozamos de una sensibilidad extraordinaria, propia de una bicicleta Trail. Como si cada obstáculo fuera absorbido con suavidad y contundencia. Pero en terreno llano y, sobre todo, en ascensiones de alta exigencia técnica, la trasera ha respondido con asombrosa reactividad, con una contaminación de la pedalada casi nula, imperceptible. Un comportamiento propio de una bicicleta de XC de altas prestaciones. Se aprecia la herencia en la máxima competición del sello Top Fuel durante años.

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Por otro lado, debemos destacar otro aspecto que puede resultar determinante para los bikers de perfil más deportivo. Obviamente, la elección de un esquema de suspensión con anclaje vertical del amortiguador implica la imposibilidad de colocar dos portabidones sobre el cuadro. Sin embargo, es necesario reflejar que incluso el espacio dado es pequeño hasta para un solo bidón de más de medio litro. En nuestro caso, hemos tenido que recurrir a un portabidón con los orificios de anclaje deslizables para rebajar lo máximo posible su posición y ganar ese espacio.

En el lado positivo, contar con un generoso espacio de almacenamiento en el tubo diagonal ha sido una virtud a la que hemos recurrido en todas y cada una de las rutas. Desde guardar una cámara de repuesto a herramientas, suplementación, ropa de abrigo... Un comodín  muy práctico que ha supuesto la envidia de la 'grupeta' en numerosas ocasiones.

¿Ruedas de Enduro? Correcto

Cuando decidimos instalar las ruedas Zipp 3Zero Moto pensamos que quizá habíamos pecado de escoger un componente excesivamente radical. Pero con el tiempo hemos comprobado que ha sido un pleno acierto. En primer lugar, porque las llantas de 30 mm de ancho se han extendido como la pólvora en todas las modalidades, incluyendo las bicis más deportivas. Y, en segundo lugar, porque han dado un rendimiento extraordinario.

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A pesar de contar con llantas de carbono, el peso no es su fuerte. La suma del set supera ligeramente los 2.000 gramos pero su diseño de carbono de pared simple es capaz de moldearse ligeramente para adaptarse a la inclinación del terreno. En curvas extremas y descensos rápidos proporciona un agarre y sensación de confort como nunca antes habíamos apreciado. Sin duda el set de ruedas Zipp ha contribuido a multiplicar las prestaciones de nuestra Trek Top Fuel edición especial Solo Bici.

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Además, hemos podido acompañar los aros con un juego de cubiertas Vittoria Syerra de 2.4 pulgadas, una medida que ha ido in crescendo con el paso del tiempo. Su buen compromiso entre agarre todoterreno y capacidad rodadora ha respondido perfectamente al perfil que queríamos imprimir a la bicicleta. Recordemos que el montaje de serie incluye cubiertas más anchas y de mayor taqueado, por lo tanto nuestra versión es más versátil si queremos exprimirnos sobre la bici.

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Con un compuesto de grafeno, el dibujo del taqueado ha demostrado muy buena resistencia al paso del tiempo y a un uso intensivo, aunque cabe destacar que, unos días antes de escribir estas líneas, la cubierta trasera rajó en una bajada rocosa, sobre pizarra afilada eso sí.

Adaptaciones XC

Nuestro montaje se completó con varias adaptaciones que modifican la propuesta de serie. Componentes como el manillar Bontrager RSL plano de 750 mm, los siempre acertados frenos Shimano XT de doble pistón (con discos Galfer) o escoger un desarrollo mucho más rodador, con plato de 34 dientes en lugar de 30, en nuestra transmisión SRAM GX Eagle AXS, han sido acierto.

Gracias al conjunto que forman el cuadro y el montaje hemos podido disfrutar de una bicicleta mayúscula, con una contundencia en descensos y singletracks propia de lo que esperamos de una plataforma trail, y con la eficacia y capacidad rodadora de una XC purasangre.

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Parece evidente que tratando de abarcar un espectro tan amplio se pierde la especialización pura. Es decir, a modo de conclusión. ¿Es una bicicleta para hacer un uso 100% trail? Sí, lo es, y de hecho nos cuesta encontrar una bicicleta Trail o Down Country tan rápida, eficaz y divertida como esta.

Pero, ¿es una bicicleta para XC de competición? Sí, aunque con matices. Ni por peso (12,7 kg con la multiherramienta BITS integrada en el manillar) ni por concepto puede competir de tú a tú con las bicicletas de doble suspensión ultra deportivas, más ligeras y adaptadas al rendimiento. Pero esto no quiere decir que no sea una bicicleta totalmente apta para colgar un dorsal al frente y darlo todo en pruebas exigentes, siempre que no aspires a los puestos de honor sino a divertirte dando rienda suelta a sus capacidades.

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De hecho, creemos que es una montura ideal para las cada vez más frecuentes pruebas por etapas de cierta dificultad técnica. Algo que nosotros, por cierto, hicimos con una Trek Top Fuel esta vez de serie en su acabado tope de gama.

Si quieres saber más información sobre Trek Top Fuel y todas las opciones de montajes, precios y tecnologías, puedes acceder al site oficial de la marca.

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Cuadro: Trek Top Fuel C Fibra de carbono OCLV Mountain

Horquilla: RockShox SID Ultimate, 120 mm

Amortiguador: Fox Factory Float DPS 120 mm

Transmisión: SRAM GX Eagle AXS, cassette 10-52d, plato 34d, pulsador SRAM GX Eagle AXS

Pedalier: SRAM DUB, 73mm, BSA (roscado)

Ruedas: Zipp 3Zero Moto, 29”, 30 mm de ancho. Fibra de carbono.

Bujes: ZM2

Neumáticos: Vittoria Syerra 29×2.4

Frenos: Shimano XT 4 pistones

Discos: Galfer Wave (180/160 mm)

Manillar: Bontrager RSL 750 mm, potencia 80 mm

Puños: ESI grips

Herramienta: Bontrager BITS 10 funciones

Tija: Pro Koryak 150 mm (diámetro 34.9 mm)

Sillín: Selle Italia Flite Boost X-Cross S3

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