UN ESTUDIO BIOMECÁNICO, PASO A PASO

UN ESTUDIO BIOMECÁNICO, PASO A PASO

El Body Geometry Fit de Specialized es probablemente uno de los sistemas de medición y posicionamiento sobre la bici más avanzados. Está basado en una amplia experiencia, datos objetivos tras años de investigación biomédica y, por último, accesorios diseñados específicamente para satisfacer las necesidades detectadas en los procesos anteriores. Hemos tomado este sistema como ejemplo para que nos indique qué pasos fundamentales debería contemplar cualquier estudio biomecánico, sea de Specialized o no, y nos ayude a conocer más y tener criterio en temas biomecánicos.

La opinión de experto: Carlos Arrebola (Responsables sistema Body Geometry Fit en Specialitzed España)

Herramienta para disfrutar al 100% de la bici.

Así describe Carlos el sentido de un buen estudio biomecánico. Pero nos cuenta más:

“Un estudio biomecánico no sólo es para el que compite, también es para el usuario del fin de semana. A través del Body Geometry Fit adaptamos la bici a las particularidades físicas de cada ciclista en busca siempre de una posición neutra que se basa en el equilibrio entre rendimiento y salud o prevención de lesiones.

Para conseguir esto es básico conocer al ciclista que tenemos delante en todos los aspectos, histórico de lesiones, dismetrías, objetivos, etc. Por tanto, entendemos que la clave y diferencia de un buen estudio biomecánico y técnico en biomecánica y otro que no lo sea, es la capacidad de saber relacionar toda esta información que se recoge en el proceso del análisis y saber aplicar después las adaptaciones de las que disponemos a través de los puntos de contacto entre la bicicleta y el ciclista con el fin de conseguir la deseada posición neutra”

Es fundamental conocer las características del biker.

Sea cual sea el sistema o el tipo de servicio que contrates, cualquier solución personalizada, a tu

medida, debe comenzar por la recopilación de información acerca de tus hábitos, preferencias e incluso experiencias ciclistas en todo el tiempo que llevas montando en bici. Sólo así el estudio biomecánico puede posicionarte sobre tu bici de la forma más adecuada a tus necesidades.

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Personal e intransferible.

Por ese motivo, el estudio biomecánico, por raro que te parezca, debe comenzar siempre por una completa entrevista personal. De ella, el especialista debe extraer información sobre las posibles molestias que puede ocasionarte tu posición sobre la bicicleta. También debe conocer, por ejemplo, los kilómetros que realizas al año, qué tipo de uso haces con tu bici o si antes has tenido algún tipo de lesión de consideración.

Con estos datos, la solución que te propongan será ajustada a tus particularidades como rider. Desconfía del análisis en el que nadie te pregunta nada.

Fuerza flexibilidad, composición corporal y más.

Si alguien con conocimientos de biomecánica conoce dónde están tus límites de movilidad, hasta dónde tu cuerpo puede flexionarse, extenderse o rotar, cuáles son tus niveles de fuerza muscular en los diferentes segmentos de tu cuerpo, el nivel de simetría o dismetría entre tus extremidades o la estabilidad articular, comprenderá mucho mejor qué posición necesitas sobre tu bici. El biomecánica debe evaluar además aspectos como tu composición corporal y otros para conocer los límites y también el potencial de tu físico.

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Por partes.

Desde la flexibilidad de la columna vertebral a la de la musculatura posterior de tus muslos, pasando por la de la zona lumbar, cadera, etc. Valores de estabilidad de articulaciones claves como las rodillas, la alineación de las caderas o el grado de rotación de articulaciones.

Todos los datos que se obtienen con la evaluación física se comparan con datos de referencia y se interpretan para saber qué adaptaciones concretas requieren en tu caso.

Lateralmente se observan la mayoría de las articulaciones.

Una vez identificadas tus necesidades y condicionantes mediante la entrevista y la evaluación física, llega el momento de la observación en movimiento. El biker pedalea sobre su bici o en un cicloergómetro con sus medidas habituales. Mientras tanto, el especialista o algún software de captación de la imagen o del movimiento lo mira y comprueba que los ángulos que describen las articulaciones observadas lateralmente se ajustan o no a los valores óptimos y, en todo

caso, a los que el biker en cuestión necesita.

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Puntos claves.

Con la observación lateral se analiza si la altura y/o retroceso del sillín es el adecuado;

la posición del manillar, la longitud y altura de la potencia o incluso la talla del cuadro son acertadas. Y es que estos factores y algún que otro más determinan de manera directa cómo es nuestra posición y en qué ángulos están trabajando fundamentalmente, la zona lumbar, la flexión y extensión de la rodilla, de los tobillos, muñecas y cervicales, por ejemplo.

Las modificaciones realizadas en este plano afectarán principalmente al confort sobre la bici y, en consecuencia, también en la eficiencia del pedaleo y el rendimiento final del ciclista.

No todos los protocolos contemplan este punto de vista.

El segundo plano que debe observarse siempre es el frontal. Ver al ciclista de cara o desde detrás

nos proporciona igualmente una valiosa información, en este caso, sobre la alineación en el sentido vertical de caderas, rodillas, tobillos y, obviamente, sobre si el ciclista se sienta o no cuadrado sobre el sillín.

Balance de potencia.

Conseguir una colocación en la bicicleta que permita un equilibrio entre las dos partes del cuerpo, si lo dividimos en parte derecha e izquierda, es verdaderamente importante.

Por eso, cualquier posicionamiento correcto sobre la bici debería contemplarlo. De este equilibrio entre ambas partes y el alineamiento vertical de las piernas depende una entrega de potencia balanceada y óptima sobre los pedales. Obviamente, para lograrlo, es imprescindible que contemplemos al biker en este plano y comprobar si necesita o no ajustes específicos para que alcance la posición y el rendimiento óptimo.

Debemos ser capaces de controlar los efectos.

Llega la parte final del estudio biomecánico y no por ello menos importante. De hecho se produce después de lo que físicamente entendemos por estudio.

Nos referimos al seguimiento posterior. Una vez el biker obtiene su posición téoricamente óptima sobre la bici, el especialista debe comprobar que los cambios realizados en su posición producen el efecto deseado y que el proceso de adaptación a las nuevas medidas se ha realizado satisfactoriamente. Es necesario comprobar si la nueva posición ha provocado molestias, si el biker se encuentra cómodo y si, efectivamente, el rendimiento es mayor o no.

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Cuestión de feedback.

No te conformes con cualquier cosa, valora especialmente este proceso. De poco o nada servirá la tecnología, las horas empleadas y el dinero que inviertas si tras el análisis nadie se preocupa de cómo te fueron los cambios o si te sienta mejor o no tu nueva posición. El feedback que puedas

dar a tu biomecánico será fundamental, no te cortes y participa del proceso

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